Cuentos
Las llaves
En un momento crucial de la vida, una mujer clamó al Señor, desesperada por la falta de fuerza y fructificación espiritual que estaba experimentando en su vida. De repente sintió a Jesús parado a su lado, preguntándole: ¿Me permites las llaves de tu vida? La experiencia fue tan real, que la mujer buscó en su bolsillo y sacó un mazo de llaves. ¿Están todas las llaves aquí?, preguntó el Señor.
- Sí, excepto la llave de un pequeño espacio de mi vida.
- Si no puedes confiar todos los espacios de tu vida, no puedo aceptar ninguno.
La mujer estaba tan agobiada con la idea de que el Señor se fuera del todo de su vida, que clamó: ¡Señor... tomas las llaves de todos los espacios de mi vida!
Muchos de nosotros tenemos espacios que esperamos que nadie vea jamás. Intentamos limpiarlos algún día, pero parece que ese algún día nunca va a llegar.
Cuando invitamos a Jesús a esos espacios, Él nos ayuda a limpiarlos. Con Él, tenemos el valor de botar toda la basura y llenarlos con su amor, gozo y paz.
REFLEXIÓN:
"Observa y lo verás: puede que hoy Dios te regale, un paisaje vivo con colores hermosos y árboles vestidos de hojas verdes rodeados por un toque casi imperceptible de luz natural. El que contempla a este un tiempo, puede percibir además un cambio en los colores, que con el transcurrir lo convierte en distinto: como la vida misma".
EEM
