Campirano

Dietas alternativas para la sequía invernal

2006-12-04

Privilegiar el uso y racionar el pasto La mejor pastura, debe ser destinada en lo posible al lote...

Recomendaciones del Inta sobre manejo nutricional.

La falta de precipitaciones en muchas zonas de la cuenca lechera central y las intensas heladas ocurridas en los últimos días del invierno, presentan un panorama bastante complicado para la producción lechera al "frenar" significativamente el crecimiento natural de las pasturas en un período en el que el stock anual de los forrajes conservados (henos/silajes) se está agotando. El INTA Rafaela da una serie de sugerencias para sobrepasar con éxito esta coyuntura climática negativa.

El período de transición inverno-primaveral puede ser más complejo todavía si a estos inconvenientes se les suman los cambios muy bruscos de alimentación, que pueden provocar disturbios metabólicos de diferente naturaleza (cetosis, acidosis, hipocalcemias, etc.), comprometiendo la eficiencia productiva y reproductiva del ganado.

En este marco, El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Rafaela, sugiere algunas pautas para el manejo de la alimentación del ganado lechero en esta coyuntura climática: Monitorear y balancear los recursos existentes; ejecutar rápidamente un balance ajustado de los alimentos que dispone (henos, silajes, concentrados) y calcular cuántos días pueden durar de acuerdo a su actual nivel de consumo. Además. Es recomendable confrontar estos datos con la existencia de ganado del establecimiento y las concretas posibilidades de adquisición de alimentos extra.

Manejar los animales: Estrategias para dividir el rodeo.

  -Armar un grupo especial con vacas recién paridas y en lactancia temprana. Debe recordarse que son las vacas que habrá que preñar y las que mejor defenderán el nivel productivo de su tambo. 

-Analizar la posibilidad de que las vaquillonas en producción queden solas en un grupo aparte, tratando de mantenerlas a todas bien alimentadas. Si no se puede, separar las preñadas con lactancia avanzada y llevarlas con el grupo antes mencionado. 

-Con el resto de animales se puede organizar un tercer grupo de menores requerimientos, al que solamente habrá que alimentar para mantener un buen estado corporal (y preñez), sin tanto énfasis en la producción de leche. 

Manejar los alimentos: cómo prolongar al máximo el uso de los forrajes disponibles.

En un contexto climático crítico, los forrajes (fibra, alimentos voluminosos) son los recursos limitantes por excelencia por la complejidad de su transacción en el mercado.

Por eso, proponemos algunas pautas a seguir:

 Para las otras categorías del tambo (vacas secas, recría, vaquillonas) se pueden formular buenas dietas de mantenimiento, en base al suministro de silajes y/o henos, que podrán complementarse con algo de pasto (de potreros degradados) que puedan levantar los animales diariamente.

Sin embargo, para que no pierdan estado, deberemos suministrar pequeñas cantidades de algún concentrado y/o subproducto tipo afrechillo de trigo, cascarilla de soja, semilla de algodón, granos de maíz o sorgo molidos. Se deben contemplar al menos 8 kg de MS de forrajes fibrosos y 0.5 a 1.0 kg de concentrados para alimentar cada una de esas categorías.

Sugerencias generales y recordatorios especiales

-Privilegiar el uso y racionar el pasto: La mejor pastura (y la más cercana al tambo) debe ser destinada en lo posible al lote de vacas de punta. Mida bien la que dará diariamente. 

-Procesar los rollos: O desmenuzarlos (tamaño medio de partícula de fibra de 10 cm) para minimizar los desperdicios y "estirar" su suministro, ofrecer cantidades más precisas y acordes al balance de la dieta. 

-Ajustar la oferta de silajes: Cuantificar los kilos ofrecidos diariamente, en función de la materia seca que posea el material. El control de las cantidades prolonga su utilización, a la vez que permite un correcto equilibrio de las dietas. 

-Suministrar los granos de maíz o sorgo bien molidos: Si se va a ofrecer más de 5 kg. MS/vaca/día (y en bateas de tipo comunitarias), repartir el suministro en 3 veces diarias para evitar una sobrecarga ruminal de almidón y posterior acidosis láctica. 

-Incorporar proteína: Cuando falta pastura en las dietas es necesario incorporar una fuente de proteína adicional. Pueden utilizarse proteínas de origen vegetal como semilla de algodón, expeller de soja; girasol; algodón o maní; gluten feed; sojilla. 

-Usar porotos de soja: Son una excelente fuente de proteínas, incluso pueden reemplazar a la semilla de algodón. Para animales de más de 200 kg de peso vivo no hace falta "desactivarlos" previamente, pero es necesario suministrarlos partidos o molidos, de tamaño grande. 

-Usar la urea con precaución:  Si por varias circunstancias no se consiguen fuentes de proteína verdadera como las mencionadas, se puede usar urea, pero siempre bajo estricta vigilancia del profesional que asesora el establecimiento en su dosificación y mezclado, ya que es un producto que en cantidades inadecuadas es tóxico y puede provocar hasta la muerte de los animales.

-Ajustar los minerales y vitaminas: Las concentraciones de minerales (calcio, fósforo, magnesio) y vitaminas (A, D y E) de las dietas es una tarea esencial ante ausencia o limitaciones de pasto fresco de buena calidad, sobre todo para las vacas de punta.  

Fuente:
www.agronet.com.mx
Autores:
Ing. Agrónomo Miriam Gallardo
INTA Rafaela



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