Refranero
Nadie es profeta en su tierra
Nadie es profeta en su tierra.
Nadie sabe el bien que tiene hasta que lo pierde.
Ni hierba en el trigo, ni sospecha en el amigo.
Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre.
Ningún amor más verdadero que aquel que muere no revelado.
No dejes caminos anchos por coger sendas estrechas.
No dejes que lo urgente no te de tiempo para lo importante.
No es lo que fuiste ni lo que vás a ser;
es como eres hoy, ahora
No está lo bueno en contar lo que se vive sino
en darle vida a lo que se cuenta.
No estoy para perder el tiempo sino para ganarlo.
No estudio por saber mas, sino por ignorar menos.
No hagas cosas buenas que parezcan malas.
No hagas de tu cuerpo la tumba de tu alma.
No hay árbol que el viento no haya sacudido.
No hay deber que descuidemos tanto
como el deber de ser felices.
No hay enemigo pequeño.
No hay ley sin agujeros para quien sabe encontrarlos.
No hay mejor cosa que tener a alguien con quien hablar
de todas las cosas como si hablaras contigo mismo.
No hay mejor palabra que la que está por decir.
No hay ninguna cosa seria que no pueda decirse con una sonrisa.
No hay peor cuña que la de la misma madera.
No importa si ganas o pierdes, hasta que pierdes.
No juzguéis a los demás si no queréis ser juzgados.
No llego a comprender por qué de niños son tan inteligentes y
de adultos son tan tontos.
No por mucho madrugar se amanece más temprano
No se comienza siendo el más bueno o el mejor,
se termina siéndolo.
No puedo cambiar la dirección del viento,
pero sí ajustar mis velas para llegar siempre a mi destino.
No se puede desear algo ardientemente
si sólo se desea con la razón.
AAG