Summum de la Justicia

Autodefensa: la insoportable levedad de sobrevivir

2013-04-02

La delincuencia en este país, compra armas como si acudiera a una panadería mientras...

Stanislaw Jerzy Lec

Por Víctor Sánchez Baños

Hace unos días el Gobierno federal reiteró su posicionamiento en contra de la legalización de las autodefensas. Fue precisamente el estreno del secretario del sistema de Seguridad, Monte Alejandro Rubido García ante el Congreso donde rechazó la legalización de estos grupos.

En contraste, el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, dijo que va a enviar al Congreso de Guerrero una iniciativa para regular a los grupos de autodefensa, mientras que el activista Javier Sicilia dijo que impedir que la sociedad se arme para defenderse, es ir en contra de la Constitución.

En otros comentarios que hemos hecho en esta columna analizamos el legítimo derecho de los mexicanos a defenderse ante cualquier tipo de agresión. A esto se le llama "legítima defensa". No es otra cosa que ante la amenaza de grupos de delincuentes, sean organizados o "desorganizados" (aquellos que realmente ofenden en todo momento a la totalidad de la sociedad), puedan defenderse mediante el uso de la fuerza o las armas.

La delincuencia en este país, compra armas como si acudiera a una panadería mientras el ciudadano común y decente tiene que soportar la humillación de un atraco en la calle en condiciones de desventaja.

Lo ideal, aunque absurdo, es salir todos los días de los hogares con guardaespaldas o policíacas de cabecera. La realidad es otra y el Estado no cumple con su primera obligación que es proporcionar seguridad a los ciudadanos.

Muchas regiones del país han tomado la decisión de armarse. Hartos de los asesinatos, violaciones, robos, secuestros o extorsiones. Esas sociedades se cansaron de soportar con la cabeza baja, vejaciones.

Por si fuera poco, ahora en su legítimo  derecho a defenderse son agredidos por ese "Estado ofendido" por las decisiones de los pueblos.

Los grupos de autodefensa debería ser una vergüenza pero para los gobiernos que han demostrado gobernar en estados fallidos, en toda la extensión de la palabra.

Los pueblos que se defienden no deben ser castigados.

Al contrario, esas policías comunales de autodefensa deberían ser sumados a los grupos policíacos oficiales. Es más, no les costaría nada ya que no cobran salario y lo hacen en beneficio de la comunidad. Lo ideal es que les pagaran aunque sea simbólicamente a la comunidad para mantener a esos ciudadanos que buscan el cuidado de sus comunidades.

Hoy satanizarlos es simplemente ir contra la naturaleza del derecho de todo ser humano a defenderse. Aún mas justificado cuando el Estado los abandona a su suerte.

PODEROSOS CABALLEROS.-

Michoacán vive momentos políticos muy, pero muy complicados. Fausto Vallejo difícilmente terminará su gestión al frente del gobierno de Michoacán ya que dejó abierta la posibilidad de que tenga que pedir otra licencia al cargo, porque clínicamente no está físicamente apto para mantenerlo. Vallejo tiene cuatro meses entrando y saliendo de hospitales, pero poco más en plena decadencia de salud. Oficialmente maneja el gobierno del Estado que no tiene una enfermedad terminal. Sin embargo, los michoacanos no tienen gobernador de tiempo completo. Su estado de salud se merma día a día, como se aprecia físicamente. Los ciudadanos tienen el derecho de conocer el estado de salud de sus gobernantes. *** Jorge Herrera Caldera, gobernador de Durango, sigue apretado en sus finanzas. Ahora se menciona en los corrillos políticos que varios programas sociales están congelados por falta de recursos. ¿A qué se deberá este conflicto?.



EEM

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