Cartas Abiertas

El presidente de Panamá responde al Wall Street Journal por Twitter

2014-04-15

Como muchos políticos, Martinelli respondió atacando a O'Grady.

THE WALL STREET JOURNAL

Nuestra columnista Mary O'Grady se anotó un gol el lunes cuando nada más y nada menos que el mismo presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, tuiteó una respuesta personal a su columna (El rey de Panamá mueve a la reina) sobre sus planes para burlar la ley y mantenerse en el poder por otros cinco años. A eso se le dice obtener resultados, aunque nos gustaría que el presidente corrigiera sus datos.

El periodo de Martinelli termina el 1 de julio y la Constitución de Panamá señala que no puede buscar la reelección. O'Grady expuso y criticó su plan para evadir esa restricción al poner a su esposa como candidata a la vicepresidencia en las elecciones del 4 de mayo. Eso es inconstitucional. Un presidente en ejercicio tampoco debería participar de una campaña en curso, pero Martinelli ha estado promocionando a José Domingo Arias, quien aspira a la presidencia por el partido Cambio Democrático y tiene como compañera de fórmula a la esposa de Martinelli. El presidente también ha atacado al tribunal electoral independiente.

Como muchos políticos, Martinelli respondió atacando a O'Grady. "Una vez la misma periodista del WSJ me entrevistó ya que era íntima amiga de Jimmy Papadimitriu, que ahora asesora a Varela", escribió Martinelli en su cuenta de Twitter.

Permítanos corregir las cosas. El presidente se está refiriendo a Juan Carlos Varela, quien es vicepresidente y ex ministro de Relaciones Exteriores de Martinelli. Varela rompió lazos con Martinelli y ahora compite para sucederlo como candidato de un partido opositor. No sabemos si Papadimitriu asesora a Varela, pero podemos decir que O'Grady no lo hace y que jamás ha sido amiga de Papadimitriu. Sí entrevistó a Martinelli en 2010, cuando Papadimitriu era su jefe de gabinete.

No hay duda de que a Martinelli le molestó que O'Grady destapara su jugada electoral. Los panameños recuerdan, y no con agrado, al dictador Manuel Noriega, removido del poder en 1989 por tropas estadounidenses. Si Martinelli tiene planes de convertirse en otro caudillo, debe ser valiente y decírselo a los votantes en lugar de esconderse detrás de la candidatura ilegal de su esposa.



EEM

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