Migración

Italia critica los controles a inmigrantes que impiden su paso a Europa

2015-06-15

Frente a ello, Renzi consideró hoy que esta actitud busca

Roma, 15 jun (EFE).- El primer ministro de Italia, Matteo Renzi, pidió hoy colaboración a la Unión Europea (UE) para afrontar la inmigración y criticó la actitud de "enseñar músculo" de países como Francia, que impiden el paso de inmigrantes por su frontera.

Italia es el país más afectado por el fenómeno de la inmigración procedente de África de toda Europa y muchos lo ven como un puente para alcanzar el norte del continente.

Países limítrofes con Italia, como Francia y Austria, han decidido limitar el flujo de inmigrantes por sus fronteras meridionales y aplicar a rajatabla las reglas comunitarias, que permiten la expulsión de quienes no tengan permiso de estancia legal.

Es el caso de Francia, cuyo ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, aseguró hoy que su país no ha suspendido el espacio Schengen de libre tránsito ni ha cerrado su frontera con Italia, sino que sencillamente se ha limitado a aplicar controles más férreos.

Frente a ello, Renzi consideró hoy que esta actitud busca "mostrar músculo" y auguró el fracaso de la Unión Europea si no afronta el "dramático problema" de la inmigración de forma conjunta y solidaria.

"Si Europa quiere ser Europa tiene el deber de afrontar este problema todos juntos (...) Es del todo evidente que la actitud de mostrar músculo que algunos ministros de algunos países amigos están teniendo va en la dirección exactamente opuesta", lamentó.

Renzi tiene en mente su "Plan A" de colaboración de los países europeos, pero también baraja un "Plan B" de actuación únicamente en el caso de que Europa sea incapaz de hacerlo de forma conjunta.

"Estamos en condiciones de afrontar este problema porque somos un gran país con una fuerza y una solidez que nadie pone en discusión. Pero esto no será una derrota para Italia, sino una derrota para Europa", advirtió.

Sea como fuere, Italia asiste a la aglomeración de inmigrantes en su frontera norte, además de en las estaciones de tren de sus principales ciudades, que se han convertido en improvisados campamentos de refugiados ante la imposibilidad de viajar.

El caso más sonado es el del paso fronterizo de Ventimiglia, una pequeña localidad próxima a Francia que en los últimos días se ha visto invadida por cientos de inmigrantes a los que se les ha impedido el paso.

Ante esta negativa, un centenar de inmigrantes, sobre todo eritreos y senegaleses, durmieron anoche nuevamente en el puerto de Ventimiglia, en protesta a la decisión de Francia de no permitirles pasar.

En la frontera con Austria, Bolzano vive una situación similar, si bien el número de los inmigrantes que esperan la reapertura es mucho menor y no se han producido alteraciones del orden público, explicó a los medios el jefe de Policía Lucio Carluccio.

Pero el aumento de los controles fronterizos ha perjudicado también a ciudades del interior de Italia, como Milán (norte del país) o la propia Roma.

En Milán, desde hace varios días cientos de inmigrantes deambulan por la Estación Central, en torno a la cual la Cruz Roja italiana (CRI) ha montado un improvisado campamento en el que reparte comida y ofrece asistencia sanitaria.

En un comunicado, la CRI señala que en los últimos días ha atendido problemas de carácter dermatológico o lesiones derivadas de actos de violencia o de tortura sufridos por los inmigrantes antes de partir desde el norte de África o durante el propio viaje.

Pese a que se han detectado numerosos casos de sarna, los voluntarios de Cruz Roja aseguraron que "no se han registrado patologías de particular gravedad".

Una situación similar se vive en Roma, sobre todo en las proximidades de la estación Tiburtina, donde la CRI ofrece esos servicios a cerca de 200 inmigrantes que han regresado a la zona, después de que el viernes fueran desalojados por las fuerzas del orden.

En un comunicado, Cruz Roja destaca "el buen corazón de algunos ciudadanos que, de norte a sur, están llevando espontáneamente en los puntos de recogida bienes de primera necesidad", aunque siguen faltando alimentos para los próximos días.

Y es que la colaboración ciudadana está siendo un factor importante, como declaró hoy el alcalde de Roma, Ignazio Marino, tras visitar el campamento montado cerca de la estación Tiburtina.

"Aquí, en los aledaños de la Tiburtina, se está afrontando una emergencia nacional y europea. Quiero dar las gracias a los muchos romanos que estos días están demostrando solidaridad donando víveres", escribió el alcalde en la red social Facebook.



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