Increiblemente Cierto
Sin miedo a la verdad
Alfonso Aguiló
"A nadie le gusta que le engañen —decía Platón—, y eso es una
prueba más de que existen la verdad y la falsedad"
Luchar por encontrar la verdad es un instinto connatural a todo ser humano. La grandeza del hombre radica en que podemos decidirnos por la verdad y por el bien, y así construir nuestra vida a la luz de la sabiduría y la libertad.
El cristianismo irrumpió en la historia hace veinte siglos. La fe cristiana establecía una sólida conexión entre la verdad y el bien, que se reclamaban y apoyaban mutuamente. Además, defendía al débil frente al poderoso, pues proclamaba que todos los hombres tienen el mismo derecho a la verdad, que tienen igual libertad y dignidad. Mostraba al corazón humano sus esperanzas y posibilidades de bondad. Impulsaba a cada hombre a esclarecer la verdad, que no es propiedad de nadie, sino que es superior a todos e ilumina la vida de todos. Animaba a no tener miedo a la razón, ni a la verdad, provenga de donde provenga.
Es cierto que el misterio que rodea a la fe desborda la capacidad del hombre. Pero eso no significa que no podamos reconocerlo, ni que todos los acercamientos a ese misterio sean igualmente válidos, ni que no haya en la historia signos claros de su presencia, ni que las acciones del hombre sean todas igualmente buenas o malas.
JMRS