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Los bancos no quieren que Trump derogue la ley Dodd-Frank

2016-12-13

Una propuesta que reemplazaría efectivamente Dodd-Frank y que fue presentada por el...

Christina Rexrode y Emily Glazer, The Wall Street Journal

Los grandes bancos tienen un mensaje inesperado para el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump: no anule la Ley Dodd-Frank.

“No estamos pidiendo desechar por completo Dodd-Frank”, dijo el presidente ejecutivo de J.P. Morgan Chase & Co., James Dimon, en una conferencia sobre servicios financieros hace unos días. Dimon y otros ejecutivos de grandes bancos abordaron, por primera vez desde la elección de Trump, los cambios regulatorios que podría realizar su gobierno.

Esta postura contrasta con la de algunos en Washington que han pedido una revocación completa de Dodd-Frank, la legislación aprobada en 2010 que impuso nuevas restricciones a los bancos y creó agencias como la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor. Una propuesta que reemplazaría efectivamente Dodd-Frank y que fue presentada por el republicano Jeb Hensarling, presidente del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, ha ganado fuerza desde la elección presidencial.

El equipo de Trump ha hablado de desmantelar la ley, si bien aún no ha dejado claro si esto involucraría una revocación de Dodd-Frank. Las acciones de los bancos han subido cerca de 20% desde la elección, en parte gracias a la creencia de que Trump aligerará de alguna forma la carga regulatoria sobre los bancos.

Pese a que la banca favorece un relajamiento de las regulaciones, tiende a pensar en términos prácticos, en lugar de ideológicos. Su mensaje central parece ser: simplifiquen las regulaciones y háganlas menos costosas, pero no regresen a los días del Viejo Oeste de la banca que precedieron a la crisis financiera.

De muchas formas, es entendible. Los bancos han dedicado seis años y cientos de millones de dólares para adaptarse al nuevo entorno. Esto los ha obligado a salir de negocios como el corretaje con capital propio, modificar sus estructuras corporativas para volverse más seguros y enfocarse más en las necesidades de los clientes. Si bien el desmantelamiento de Dodd-Frank parecería liberar a los bancos, comenzar con un nuevo libreto regulatorio socavaría sus nuevos modelos de negocios y distraería a la gerencia.

Una de las mayores preocupaciones para los bancos es que la situación no empeore. “Lo primero que pediría es nada nuevo, ninguna nueva regla”, señaló John Gerspach, director financiero de Citigroup Inc., en la conferencia. “Si todavía no han descifrado cómo funcionan en conjunto todas las reglas existentes, no pongan nada más”.

Los bancos reconocen los beneficios de las nuevas reglas, al señalar que han ayudado a mejorar la forma en que las firmas gestionan los riesgos y ven sus negocios. Los banqueros estadounidenses también han dicho que al verse obligados a mantener mayores niveles de capital, y acumularlo rápido tras la crisis financiera, sus firmas se volvieron mucho más sólidas que sus atribulados pares europeos.

Entonces, ¿qué cambios les gustaría ver a los grandes bancos?

Pruebas de resistencia. Estos ejercicios anuales llevados a cabo por la Reserva Federal se han vuelto enormemente importantes debido a que gobiernan la cantidad de capital que los bancos pueden devolver a los accionistas, ya sea a través de recompras de acciones o en la forma de dividendos.

Los bancos quieren que estos estén basados más en criterios objetivos y desean tener un mejor conocimiento del proceso de examinación de la Fed y su toma de decisiones. Además, los banqueros consideran que deberían dedicar menos tiempo y dinero para pasar las pruebas.

Bill Demchak, presidente ejecutivo de PNC Financial Services Group Inc., dijo que su banco podría, en teoría, recibir todos los beneficios del proceso de prueba de resistencia con “60% del esfuerzo”. Dijo que para cumplir con las pruebas, “hace que todo se paralice una vez al año”.

La regla Volcker. Los bancos dicen que no están ansiosos por volver al negocio de especular con los movimientos de los mercados usando sus propios recursos. Sin embargo, quieren que el proceso en torno a la Regla de Volcker sea menos pesado y que sea administrado por menos de cinco organismos.

Cambios en esta área podrían “probablemente hacer más fácil crear mercados” y mejorar la liquidez, lo que beneficiaría a los inversionistas y a otros emisores, dijo Dimon.

“Hay un ajuste activo al valor de mercado de la madera, la barra de acero, el pollo, el cerdo, el algodón; lo necesitamos en los instrumentos financieros, no es diferente”, aseveró. “Creo que un poco más de liquidez podría ser bueno”.

Gerspach dijo que a Citigroup le gustaría reducir el papeleo: “No queremos hacer corretaje con capital propio”, aseguró. “Pero también me encantaría trabajar con los reguladores para reducir la carga de demostrar que no estamos haciendo corretaje con fondos propios”.

Capital y liquidez. Los bancos dicen que hay tantas nuevas reglas relacionadas con tantas áreas de sus balances que con demasiada frecuencia corren el riesgo de que estén enfrentadas. Además, no se sabe con claridad cuánto capital es realmente suficiente.

Timothy Sloan, presidente ejecutivo de Wells Fargo, mencionó diferencias entre reglas sobre cuánto capital debe mantener un banco y la cantidad de activos líquidos que tener disponible una firma. Las intersecciones de estas normas perjudican el otorgamiento de préstamos, argumentan los banqueros.

Los bancos también querrían más claridad acerca de cuánto capital es suficiente para los bancos. Los reguladores han aplicado varios recargos de capital a los bancos más grandes y estos pueden cambiar a medida que evolucionen las regulaciones.

“Se trata de tener certeza en torno a la capacidad de tener acceso a tu retorno de capital una vez que supere todos los obstáculos y si esos obstáculos suben o bajan debido al punto de vista de varias personas”, dijo el presidente ejecutivo de Bank of America Corp., Brian Moynihan.

Dimon dijo que la autoridad de los reguladores debería ser “reducida un poco. Debería ser más prescriptiva en lo que están tratando de lograr exactamente”.

Pese a todo eso, los banqueros están asumiendo una postura de esperar y ver antes de hacer grandes cambios en sus negocios. “Creo que la diferencia al dirigirnos a 2017 es que tenemos esperanza”, dijo Gerspach. “Pero (...) no podemos trazar un plan basado en la esperanza”.



JMRS

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