Disparates y Desfiguros
La desmemoria de López Obrador
Por Kenia López Rabadán, Revista Sidempre
Consultas fuera de la ley, baja colaboración con las organizaciones no gubernamentales, el anuncio de la construcción de un Tren Maya, la invitación de Nicolás Maduro a su toma de protesta y el relego de las Fuerzas Armadas a dicho evento protocolario, así como la poca intención de una fiscalía autónoma, entre muchas otras, son ocurrencias del próximo gobierno.
El pasado mes de octubre se llevó a cabo una supuesta “consulta ciudadana” sobre el destino del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, que tuvo una participación de poco más de millón de votos, es decir ni siquiera el 1% de la población, de los cuales presuntamente el 69.6% “decidió” que el nuevo aeropuerto se ubique en la base militar de Santa Lucia.
Tal vez lo que olvidó el nuevo gobierno es que somos poco más de 119 millones de mexicanos. También olvidó que las verdaderas consultas ciudadanas se deben hacer al amparo de la ley, es decir, regularse de acuerdo con el artículo 35 de la Constitución federal.
Estoy segura de que los instrumentos de participación ciudadana son herramientas valiosas para la democracia en nuestro país, sin embargo, el presidente electo transita de un discurso entre una democracia representativa como se establece en nuestro sistema constitucional y una directa como pretende. Por supuesto que se deben proveer los instrumentos para que los ciudadanos tengan voto en las decisiones trascendentes para nuestro país, pero esto debe ser dentro de la ley.
Debió y debe reformarse el artículo 35 de nuestra Carta Magna y adicionar dos fracciones para así establecer las figuras jurídicas de referéndum y plebiscito, y entonces sí será una consulta verdadera, donde no haya duplicidad de votantes, “votos extras” en las urnas, certeza en el conteo legal, un sistema de solución de controversias y evidentemente que la decisión sea tomada por más del 1% de la población.
Aunado a esto, López Obrador ha hecho a un lado las exigencias jurídicas, no solo de los partidos de oposición sino también de la ciudadanía, pues ha anunciado que someterá a consulta el Tren Maya los próximos 24 y 25 de noviembre, no obstante, ya planea su construcción para el 16 de diciembre.
Pareciera que son decisiones ya tomadas que simula “consultar” a la ciudadanía, a efecto de lavarse las manos de las ventajas y desventajas de dichos proyectos ¿buenas o malas decisiones? al tiempo.
Entre otras controversiales decisiones se encuentra la invitación a Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, pues probablemente al nuevo gobierno también se le olvidó que dicho personaje ha sido señalado por diversas naciones como un violador de derechos humanos e incluso lo apuntan como un dictador. Es importante señalar que Venezuela tiene un nivel de pobreza extrema que aumentó de 23.6% a 61.2%, de acuerdo con la Encuesta sobre Condiciones de Vida en Venezuela.
El pasado septiembre, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó una resolución histórica en torno a este país sudamericano, instando al gobierno venezolano a aceptar ayuda humanitaria para resolver su grave crisis, sobre todo en materia alimentaria y de salud, pues nuestros hermanos venezolanos se ven restringidos en el acceso a estos derechos, contraviniendo por supuesto la Declaración Universal de Derechos Humanos. Lo anterior es consecuencia de decisiones autoritarias y mal tomadas.
Lamentablemente a lo largo de la historia, nuestro país ha vivido la vulneración a derechos fundamentales, en las que evidentemente se debe trabajar, sin embargo, no es deseable se reciba con “bombos y platillos” a quien no vela por el bien común y los intereses de su pueblo, la situación en Venezuela atenta contra la vida de quienes allí habitan, su situación es crítica y lamentable.
Así también, en los últimos días hemos visto la polémica discusión sobre la Fiscalía General de la República, que desde 2017 diversas fuerzas políticas y sociedad civil como Transparencia Mexicana, México Unido, el Instituto Mexicano de Competitividad, entre otras, buscaron la eliminación del pase automático, evitando que el entonces procurador fuese el nuevo fiscal, el reto ahora es que dicha institución sea autónoma y no sirva a intereses de grupos.
Quiero cerrar este espacio señalando que hoy más que nunca el nuevo gobierno tiene una gran responsabilidad con los mexicanos, y me refiero no solo con quienes votaron por ellos. Pareciera que López Obrador sufre de desmemoria para algunos temas, pues ha dejado a un lado cosas de fondo y trascendentes, entre ellas, que la toma de decisiones debe hacerse apegado al Estado de derecho.
regina