Comodín al Centro
El retorno de Míster Brexit
Por CARLOS FRESNEDA, El Mundo
Vuelve Mr. Brexit. Nigel Farage, el amigo de Donald Trump y ex líder del Partido de la Independencia del Reino Unido (Ukip), planea su vuelta sonada a la arena política. De momento recorre el país con la campaña Leave Means Leave, denunciando la "traición" de Theresa May, reclamando la ruptura total con la UE y vaticinando la inminencia de un nuevo referéndum.
En la recámara tiene ya su nueva plataforma política, el Partido del Brexit, registrado el 11 de enero por su amiga Catherine Blaiklock, ex portavoz de asuntos económicos del Ukip. "La idea ha sido de ella, pero cuenta con mi total conocimiento y con mi total apoyo", ha declarado Farage, que se dejó caer por el Parlamento a tiempo del abrumador rechazo al acuerdo de Theresa May con Bruselas.
"Si el Gobierno persiste en su intención y traiciona a millones de británicos que votaron por el Brexit, tenemos que estar preparados para plantarnos y luchar", advierte el político nacionalista. "Si el artículo 50 se extiende o se revoca, estoy listo para volver a la acción y pelear en las elecciones europeas del 26 de mayo".
Separado de su esposa alemana, Kirsten Mehr, menos proclive a brindar con cerveza (está dejando el alcohol) y físicamente recuperado tras su año sabático lejos de la alta política, Nigel Farage regresa a la palestra a los 54 años y esta vez para quedarse, tras las sucesivas "espantadas" que dejaron al Ukip a la deriva.
Lejos queda la campanada en las elecciones europeas del 2014, cuando se impuso a conservadores y laboristas y allanó el terreno al referéndum de la UE, con la complicidad del ala dura de los tories. Su tirón popular se estrelló sin embargo contra el sistema electoral británico, que barre para los dos grandes partidos y que nunca permitió al Ukip tener más de dos escaños.
Farage lleva además la espina de nunca haber sido diputado en la Cámara de los Comunes y de haber pinchado estrepitosamente en 2015 en el distrito de South Thanet. Su consuelo sigue siendo, mal que le pese, la condición de eurodiputado (por la que sigue cobrando a fin de mes).
"Los eurócratas se están riendo y presumiendo de cómo han jodido a los británicos", asegura en declaraciones a The Sun. "Si no logramos un Brexit apropiado, me veo forzado a hacer algo otra vez. Llevo un cuarto de siglo luchando por salir de la UE. Creo en ello con mi corazón y con mi alma y he dedicado la mejor parte de vida adulta a esa causa".
En diciembre pasado, en plena tormenta del Brexit, Farage decidió repentinamente abandonar la nave del Ukip. Capitaneado por Gerard Batten y con el hooligan Tommy Robinson (fundador de la Liga de Denfensa Inglesa) como nuevo héroe, su viejo partido ha experimentado un peligroso viraje hacia la ultraderecha.
En los últimos meses, el propio Farage ha pasado también a su manera por una definitiva "conversión" al credo populista. Fue el primer líder europeo invitado por Trump tras ser elegido presidente. Dio un discurso sonado en el congreso de Alernativa para Alemania. Ha ensalzado al primer ministro húngaro Viktor Orban y ha enterrado sus viejas antipatías hacia Marine LePen.
Poco a poco, y con el permiso de Boris Johnson, Farage ha ido fraguando como el líder que le faltaba al Reino Unido para subirse a la ola populista que sacude Europa y que tuvo en el Brexit su oscura premonición. La campaña Leave Means Leave, fundada por el magnate inmobiliario Richard Tice, le ha venido a la medida para volver a foguearse de cara a la lucha final. En ausencia de Arron Banks, el millonario que financió el Ukip y la controvertida campaña Leave.eu (bajo investigación penal), Farage ha encontrado -o eso parece- la manera de costear su nuevo sueño.
"Mi mensaje, amigos, es que tenemos que estar preparados para el peor escenario posible: un segundo referéndum", dijo Farage ante una platea entregada en un acto de Leave Means Leave en Londres, desbrozando ya el camino al Partido del Brexit. "Y tenemos que estar listos no solo para luchar, sino para ganar una mayoría mucho mayor".
regina