Cuentas Claras

CFE vs. Pemex: dos realidades

2019-02-27

La deuda financiera total de Pemex al tercer trimestre fue de casi 2 billones de pesos. En el caso...

Enrique Quintana, El Financiero

Frecuentemente creemos que la Comisión Federal de Electricidad y Pemex son dos empresas del Estado que están en una condición parecida. Y no. Tienen grandes diferencias.

Hoy o mañana deberán presentar su información financiera de cierre del 2018. Y aunque ambas tendrán pérdidas cuantiosas, sólo en eso coincidirán. Veamos algunas de sus múltiples diferencias.

1.-La deuda financiera total de Pemex al tercer trimestre fue de casi 2 billones de pesos. En el caso de la CFE está en poco menos de 600 mil millones de pesos.

2.-La deuda derivada de las obligaciones laborales de Pemex alcanza 1.3 billones de pesos, mientras que en el caso de la CFE está en 358 mil millones.

3.-El patrimonio de Pemex, definido como la diferencia entre el activo total y el pasivo total, fue negativo en 1.5 billones de pesos, mientras que en el caso de la CFE fue positivo en 579 mil millones.

4.-La pérdida neta de Pemex al mes de septiembre era de 23 mil millones de pesos, mientras que en la CFE alcanzó 37 mil millones de pesos.

Más allá de estas diferencias financieras, que en esta semana habrán de actualizarse, al cierre de 2018, hay una que es fundamental: Pemex sigue siendo un virtual monopolio como productor, mientras que la CFE ya no lo es desde hace muchos años.

Desde que se cambió la ley en 1992, empezaron a surgir los productores independientes de energía que permitieron que se incrementara la oferta de electricidad sin que la CFE tuviera que endeudarse como lo hizo Pemex.

La inmensa mayoría de la electricidad que México utiliza es generada nacionalmente. En contraste, bastante más de la mitad de los derivados del petróleo que México emplea son importados, y ya tiene varios años que la exportación de crudo no alcanza para pagar la importación de derivados.

¿De dónde vienen las pérdidas de la CFE? Una parte importante proviene del robo de electricidad, cuyo costo estimado para el año pasado es de 25 mil 700 millones de pesos.

Tal vez a la actual dirección general de la CFE no le guste que en materia de producción su empresa ya no sea un monopolio, pero este hecho le permite ser una empresa que tiene muchas más posibilidades de obtener números negros que Pemex.

Nadie está nervioso por la posibilidad de que degraden la calificación crediticia de la CFE. Por ejemplo, Fitch califica la deuda en moneda extranjera de esta empresa en BBB+, mientras que bajó la de Pemex dos escalones, de ese nivel a BBB–.

Y, la degradación de la calificación de Pemex es una de las grandes amenazas para las finanzas nacionales.

Obviamente la CFE tiene una gran cantidad de problemas. Pero nada que ver con los que tiene Pemex.

Otra de las grandes diferencias fue la política de usar a la petrolera como una ‘vaca lechera’, a la que el Estado ordeñó por muchos años para completar su gasto, cobrando impuestos y derechos en cantidades excesivas, sin calcular que eso iba a terminar por estrangular a la empresa.

Los problemas que Manuel Bartlett debe enfrentar son acotados y puede resolverlos sin que el gobierno federal le meta más recursos a la empresa. Los que Octavio Romero debe encarar son inmensos y no hay manera de hacerles frente sin que el gobierno le meta más dinero.

Quizá si en los años 90 del siglo pasado, se hubiera emprendido en Pemex una reforma como la que se hizo en el sector eléctrico, hoy estuviéramos contándole otra historia.

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.



Jamileth

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