Internacional - Política

Cicatrices en el paisaje de Oriente Medio reflejan fracasos en búsqueda de la paz

2019-06-24

“Es surrealista”, dijo Daniel Alonim, de 54 años, mientras sus amigos jugaban...

Por Stephen Farrell, Reuters

JERUSALÉN (Reuters) - Otra vez vuelve a hablarse sobre la paz en Oriente Medio, ahora que los políticos se reunirán en Bahréin para lanzar la última de una larga lista de iniciativas para resolver el conflicto entre israelíes y palestinos.

Es probable que se gasten miles de palabras y millones de dólares en la conferencia que liderará Estados Unidos el 25 y 26 de junio con el objetivo de impulsar la economía palestina, en el inicio de la primera fase del plan de paz del presidente Donald Trump.

Pero las cicatrices que dejaron las guerras en el paisaje de Israel, los territorios palestinos y los Altos del Golán son un testimonio de la dificultad de la tarea. Ruinas antiguas y castillos medievales son testigos del hecho de que el conflicto entre los pueblos de la zona no es nada nuevo.

Desde el final del mandato británico y la creación del moderno estado de Israel en 1948, invasiones, guerras, armisticios, tratados, levantamientos, barreras, puestos de control y guerras civiles han cambiado los límites de quién puede viajar y dónde se puede vivir.

De hecho, sobre el terreno quedan fragmentos de quienes pasaron antes por el lugar.

En el norte, en el extremo occidental de los Altos del Golán ocupados por Israel, todavía se puede ver un tanque sirio oxidado de décadas de antigüedad tumbado boca abajo en una corriente de aguas bravas.

Está en lo que solía ser una zona desmilitarizada que separó a los ejércitos sirio e israelí desde 1949 hasta la Guerra de los Seis Días de 1967, cuando el Estado judío capturó la mayor parte de la meseta montañosa siria, territorio que luego anexó.

Hoy, los turistas israelíes pintan grafitis en el tanque mientras meten sus pies en el agua espumosa que pasa por debajo.

“Es surrealista”, dijo Daniel Alonim, de 54 años, mientras sus amigos jugaban Scrabble en el casco. “Es como si hubiera caído del espacio”.

TRINCHERAS, FORTIFICACIONES

Amiram Efrati, del cercano “kibbutz” Dan, luchó en una batalla en junio de 1967 contra media docena de tanques sirios que habían avanzado sobre las posiciones israelíes desde el Golán, entonces bajo control de Damasco. Uno de los tanques abrió fuego en un campo de trigo seco, recordó.

“El fuego alcanzó las cadenas del tanque y empezaron a retirarse”, dijo Efrati, ahora de 82 años. “Uno de los tanques se acercó demasiado al borde, era demasiado pesado para ese tipo de terreno y se cayó”. Todavía sigue allí”.

Ahora, 52 años después, tiene poca confianza en que los esfuerzos de paz tengan éxito esta vez. “No lo creo, no en Oriente Medio”.

Por todo el Golán hay recuerdos de las guerras de 1967 y 1973 entre Israel y Siria: campos de minas, trincheras y vehículos blindados abandonados. Un antiguo edificio tiene un graffiti escrito en árabe que dice “El ejército sirio pasó por aquí”.

Pero no es el único que pasó por el lugar.

El británico llegó en 1917 y se fue en 1948, al término de su mandato. Cuando partió, los países árabes vecinos invadieron la zona y las fuerzas jordanas capturaron Cisjordania y Jerusalén Oriental.

Un año después, un armisticio creó la “Línea Verde” que separaba Jerusalén Oeste -controlado por Israel- del este de la ciudad -en manos jordanas- durante casi dos décadas, desde 1949 hasta 1967, cuando Israel capturó Jerusalén Oriental.

Ahora no hay señales visibles de la “Línea Verde” en el centro de la ciudad, aunque en la Colina de la Munición de Jerusalén se conservan las antiguas trincheras y fortificaciones jordanas, en un sitio originalmente construido por los británicos.

EL HELICÓPTERO DE ARAFAT

Otras reliquias de la era británica sobreviven. En Cisjordania, una cárcel británica y edificios militares aún están en pie en Al-Jiftlik, cerca de Jericó. Abandonada, las ovejas ahora vagan por los edificios vacíos. El ejército israelí a veces lo usa para entrenar, dicen residentes palestinos.

También Gaza, un pequeño enclave palestino en la costa mediterránea, está lleno de restos del pasado reciente y lejano.

En el Cementerio de la Guerra de Gaza hay 3.217 cuerpos de soldados de la Commonwealth de la Primera Guerra Mundial, y más de 200 de la Segunda Guerra Mundial.

En la posguerra, Gaza siguió siendo un punto caliente habitual, hasta que el proceso de paz de Oslo de la década de 1990 trajo esperanzas de paz entre israelíes y palestinos.

Se gastaron enormes cantidades de dinero para crear las instituciones de la Autoridad Palestina con su primer presidente, Yasser Arafat, quien utilizó el aeropuerto de Gaza para volar al extranjero en visitas oficiales.

No obstante, el optimismo de la era de Oslo retrocedió, dando paso a recriminaciones mutuas y violencia renovada.

El aeropuerto fue una de las primeras víctimas: Israel destruyó su pista meses después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, ya que lo consideró una amenaza de seguridad durante un levantamiento palestino en Gaza y Cisjordania.

El helicóptero de Arafat, el transporte presidencial de un presidente muerto hace tiempo, es ahora una reliquia sin rotor en exhibición pública en la ciudad de Gaza. Y los esqueletos de los edificios del aeropuerto se encuentran destripados y abandonados junto a la frontera sur de Gaza con Egipto.



regina

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