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¿Qué hacemos?

2006-06-02

¿Acaso no vamos a poder hacerlas producir y optimizar sus resultados operativos y...

CIFRAS DE ESPANTO: LAS DE LA DEUDA PÚBLICA

4ยช. DE 20 PARTES

 

¿QUÉ HACEMOS?

   

Ante tales cifras que nos muestra el brutal crecimiento de la Deuda Pública, lo menos que podemos hacer es pensar con objetividad y ver la realidad con responsabilidad, deberíamos convertirla en prioridad nacional a fin de que el gobierno, fiel a su cometido, busque o acepte soluciones nacionalistas. También los gobernadores, legisladores y secretarios de Estado deberían tomar en cuenta la Deuda Pública y tener esta inquietud como punto central en su Agenda. Sobre este tema deberían discutir y llegar a un acuerdo nacional para que el país salga del atolladero. Para ello es necesario la comprensión, el análisis y el estudio de la problemática para luego encontrar una auténtica solución efectiva.

Por eso nos extraña que nunca veamos o escuchemos a legisladores: diputados y senadores, detenerse y debatir, tan alebrestados y fanáticos como son, el tema de la Deuda Pública y el costo que representa; que no se hagan ajustes ni recortes en estas partidas presupuestales. Nunca trasquilan las partidas de la deuda. Un comentario más de Arturo Damm Arnal precisa al respecto lo siguiente:

"En el inciso IV, del artículo 74 de la Constitución, se establece que entre las facultades de la Cámara de Diputados se encuentra la de examinar, discutir y aprobar anualmente el Presupuesto de Egresos de la Federación, discutiendo primero las contribuciones que, a su juicio, deben decretarse para cubrirlo, así como revisar la Cuenta Pública del Año anterior. ¿Qué quiere decir que los diputados deben discutir las contribuciones que, a su juicio, deben decretarse para cubrir el Presupuesto de Egresos de la Federación? Que los gastos del gobierno deben financiarse, íntegramente con impuestos. Y si deben financiarse, totalmente, con impuestos, no hay lugar para el endeudamiento gubernamental que (esto hay que repetirlo una y otra vez), es una irresponsabilidad que pone en entredicho la salud de las finanzas públicas, la estabilidad económica y el crecimiento de la producción y el empleo. El espíritu y la letra del artículo 74 constitucional es contrario al endeudamiento gubernamental".

¿Por qué entonces los diputados y senadores no le prestan la debida atención a la Deuda Pública, como se apasionan por otros temas y cuestiones que de verdad son intrascendentes?

El poder legislativo cumple hoy una función estratégica y es el salvaguarda de nuestra soberanía nacional en su conjunto. Hasta ahora, el Congreso ha podido frenar el avance y salvado al país de los intentos reformistas que apasionadamente intenta el gobierno; aunque a cambio sólo ha recibido todo tipo de manifestaciones del coraje desbordado del presidente Fox que se empeña en reformar los artículos constitucionales sobre los temas de la electricidad y el petróleo, aumentar el IVA y gravar los alimentos y medicinas, pero que, por fortuna, no ha podido saltar la barrera del Congreso de la Unión.

Sin embargo, sigilosamente, a través de los Contratos de Servicios Múltiples (CSM) ha logrado privatizar en silencio operaciones y actividades estratégicas de exploración, explotación y producción que están reservadas solamente a PEMEX y la CFE. Inexplicablemente también el Poder Legislativo y la Suprema Corte de Justicia no han podido hacer valer y dar cumplimiento a sus fallos sobre las controversias constitucionales que han originado estos contratos. El gobierno insiste, a través de todas las instancias, en seguir adelante en sus propósitos privatizadores pasando por alto la Carta Magna.


Ya basta pues de recortes presupuestales y aumentos de impuestos o nuevos gravámenes. Ya estuvo bien de manosear a las empresas que el gobierno desearía privatizar o rematar (que es lo mismo). Ya es hora de dejar en paz a PEMEX y la CFE y ponerlas a trabajar y producir como lo han hecho sexenio tras sexenio, sin que nunca hubiera hecho falta ninguna reforma sobre el petróleo o la electricidad. ¿Acaso no vamos a poder hacerlas producir y optimizar sus resultados operativos y financieros como lo harían aquellos que quieren quedarse con ellas? ¿Como lo hizo Slim con Telmex? Tampoco se vale seguirlas endeudando para que después se vayan a la bancarrota y luego justificar mañosamente su privatización. Para muestra basta con leer el siguiente párrafo de una nota de La Jornada:

"El endeudamiento de Petróleos Mexicanos (Pemex), sin considerar intereses, se incrementó en 45.2 por ciento, equivalente a 8 mil 94 millones de dólares, durante los dos primeros años del gobierno de Vicente Fox (2000-2002), para ubicar el débito total de la paraestatal en alrededor de 23 mil millones de dólares. De acuerdo con datos de Pemex, enviados recientemente a la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés), la deuda pasó de 14 mil 906 millones a 23 mil millones de dólares, en el periodo de referencia". Israel Rodríguez, La Jornada, 21 de julio de 2003

Y ahora, en 2005, el endeudamiento de PEMEX, se encuentra cuadruplicado  y se ubica en 1 billón 16 mil 49 millones de pesos.

Vale la pena precisar que esta Deuda de PEMEX no se encuentra incluida ni considerada en la Deuda Pública, ni tampoco la de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que ronda los 300,000 millones de pesos. Tampoco desde luego se incluyen los Proyectos de Impacto Diferido en el Registro del Gasto (Pidiregas), cuya cifra ronda o pasa los 500,000 millones de pesos y que son un artilugio y tecnicismo del gobierno para disfrazar las cifras reales y no sumarlos a la Deuda Pública.



HTM

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