Vox Populi
El discurso religioso de Obrador inquieta
Por Marcos Romero | ANSA
El presidente Andrés López Obrador está siendo objeto de cuestionamientos por su discurso con matices religiosos, que incluye citas frecuentes de la Biblia en intervenciones públicas y también por su acercamiento con grupos evangélicos.
El lado "espiritual" del mandatario no tendría nada de malo para cualquier mandatario conservador, pero algunos especialistas locales lo observan con inquietud porque surgió de un movimiento de izquierda.
López Obrador ha sabido convertir la fe en un activo político, al construir una imagen de "mesías" y dirigirse en particular al mexicano religioso, de ahí que se diga "cristiano en el más amplio sentido de la palabra", señaló el experto en religiones Elio Masferrer.
El periodista Diego Petersen explicó este comportamiento al señalar que creció en una familia adventista dentro del "corredor evangélico" que va del estado de Veracruz al de Campeche, sureste del país, donde "el catolicismo tiene menos del 50% de los creyentes".
El escritor Juan Villoro considera que el jefe de Estado es "menos de izquierda y más evangelista" y expuso que "cita la Biblia como no lo había hecho ningún presidente".
El pasado 14 de julio, durante un mensaje en el estado sureño de Chiapas, fronterizo con Centroamérica, al defender a los migrantes, López Obrador señaló que la Biblia a la que definió como "libro de valores en donde están preceptos morales básicos" señala que "no se debe de maltratar al forastero".
En enero pasado reprobó también el adeudo a un sector del poderoso gremio de docentes a los que se adeudaban algunos beneficios y dijo que "no pagarle a tiempo a un trabajador no sólo es un delito, se viola la Constitución" sino "un pecado" y dijo que eso está "en el Antiguo Testamento".
Casi en esos días al presentar la Estrategia Nacional de Lectura incluyó otro versículo evangélico en su perorrata al señalar que "no sólo de pan vive el hombre" y decir que "se tiene que lograr un equilibrio entre lo material y lo espiritual".
Otro estudioso de las religiones, Bernardo Barranco, vinculó la fraseología bíblica de López Obrador en el proceso actual de irrupción política en el poder de grupos evangélicos, sobre todo en la región latinoamericana.
Para los expertos esta "utilización" de las creencias viola el laicismo, uno de los principios históricos del Estado moderno mexicano y contradice la separación entre el quehacer político, el ejercicio del poder y el ejercicio de los principios religiosos en las instituciones.
El especialista en religiones Bernardo Barranco relativizó esta debate al sostener que la relación de López Obrador con la religión "no es muy distinta de lo que han hecho anteriores gobernantes, aunque sí, es el que mayor uso ha hecho de ella".
Además, recordó que en el proceso electoral de 2018, donde el mandatario ganó con 53% de los votos, las campañas políticas de todos los candidatos "estuvieron sustentadas por esta irrupción política de lo religioso. Recordó por ejemplo que cuando era presidente del entonces gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI, centro), Enrique Ochoa, declaró que "todos los mexicanos somos guadalupanos".
López Obrador incluso llamó a su partido Movimiento de Regeneración Nacional, cuyas siglas, Morena, aluden según algunos suspicaces, a la Virgen de Guadalupe, la figura religiosa más venerada en el país.
El entonces candidato se alió además con el Partido Encuentro Social, de corte evangélico y ha coqueteado con la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice), conservadora de índole pentecostal, antes que con la jerarquía católica, como solía suceder en el pasado.
"La clase política se alejó tanto de la sociedad que creyó encontrar en las Iglesias, fuentes de legitimidad alterna al que les da el voto o el propio ejercicio del poder", afirmó Chavarría.
Los expertos alertaron sobre el riesgo de que el jefe de Estado sea "incapaz de separar sus obligaciones de sus creencias particulares", algo que podría ser "peligroso", en palabras del presidente del Instituto del Derecho de las Telecomunicaciones, Gerardo Soria.
regina