Migración

Las caravanas de migrantes: deportación separa a padre e hijo

2019-10-11

Cáceres ha vuelto a recoger frijoles y maíz en una de las zonas más peligrosas...

Por Delphine Schrank

YORO, Honduras,(Reuters) - Más de un año después de dirigirse a Estados Unidos con su hijo, José Cáceres está de regreso donde comenzó, apenas ganándose la vida en los campos de agricultores ricos, pero sin su hijo.

Cáceres ha vuelto a recoger frijoles y maíz en una de las zonas más peligrosas de Honduras, un país con una de las peores tasas de homicidios en el mundo. No puede dejar de pensar en Bryan, de 14 años, ahora a miles de kilómetros de distancia, en Estados Unidos.

“Te mata, la depresión”, dijo Cáceres, de 32 años, días después de regresar a la propiedad de su abuela para vivir en una humilde casa casi vacía y sin electricidad.

Cáceres dijo que él y Bryan habían dejado Yoro, acompañados de un tío, en la primavera de 2018, cuando la violencia se cernía sobre la familia.

Los delincuentes habían matado a otro tío en 2011 y violaron y golpearon a la tía abuela de Cáceres, de 82 años, en 2017, según Cáceres y cuatro de sus familiares, quienes dijeron que la violencia se debió a una disputa de tierras.

En un caso no relacionado, el cadáver de la madre de Bryan, que no estaba casada con Cáceres, fue hallado pudriéndose en un pozo séptico en 2016, según informes de la prensa local.

Nadie parece haber sido condenado por los presuntos delitos, lo que no es inusual en Honduras, con altas tasas de impunidad en comparación con otras naciones.

Cáceres y Bryan se unieron a la caravana en México. El 4 de mayo de 2018, dijo José Cáceres, se entregaron a las autoridades estadounidenses en el puerto de entrada de San Ysidro.

Esposado, vio como Bryan fue llevado. Sintió como si lo hubieran golpeado.

El hecho se produjo durante el apogeo de la política de “tolerancia cero” de la administración de Donald Trump, en la que miles de niños migrantes fueron separados en la frontera sur de Estados Unidos de sus padres. Bryan fue enviado a un refugio de detención en Maryland.

Cáceres fue señalado, erróneamente, según muestran documentos revisados ​​por Reuters, por tener cargos penales pendientes en Honduras.

Después de que él y Bryan se separaron, relató Cáceres, fue entrevistado por un agente estadounidense, quien le preguntó por qué venía a Estados Unidos.

“Debido a la delincuencia en mi país”, recordó haber dicho.

“Pero eres un criminal”, respondió el agente estadounidense, según Cáceres.

“Y no había nada más que hacer”, dijo Cáceres. La orden de deportación que firmó le impidió ingresar a Estados Unidos durante cinco años.

Un agente de Interpol en Honduras dijo a Reuters que Cáceres parecía tener un caso penal abierto, incluido un cargo de violación en 2008. El agente habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a ventilar el caso.

El cargo de violación fue desestimado, según un fallo de la corte hondureña revisado por Reuters. Pero ese fallo nunca apareció en la Interpol, dijo el agente.

Melvin Duarte, portavoz de la Corte Suprema de Justicia de Honduras, dijo que las personas deben visitar personalmente la oficina del Fiscal General en Tegucigalpa, la capital, para borrar su historial. Eso es algo que Cáceres dijo ignorar.

Desde su detención en Estados Unidos, Cáceres telefoneó al Innovation Law Lab, con sede en Oregón, desencadenando una lucha para ayudarlo a obtener pruebas oficiales de que no era un criminal, dijo el abogado laboral Ian Philabaum.

El documento resultante, con marca de agua de la autoridad judicial hondureña, confirma que su récord está limpio. Está fechado el 15 de mayo de 2018, 10 días después de que Cáceres firmó su orden de deportación en California.

“Si hubiera tenido ese papel”, dijo Cáceres, “habría luchado por mi hijo”.

El portavoz de la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP por sus siglas en inglés), Ralph DeSio, escribió en un correo electrónico que CBP no podía discutir casos individuales debido a las leyes de privacidad.

DeSio agregó: “Los solicitantes de admisión deben demostrar que son claramente elegibles para ingresar a Estados Unidos”.

Bryan fue liberado después de casi tres meses en el refugio de Maryland bajo la custodia de su abuela, Rosa Cáceres, quien se mudó a Florida 13 años antes.

El Día del Padre el adolescente sufrió, dijo Rosa Cáceres.

“Con su padre deportado y su madre muerta”, dijo, “perdió a las personas con las que debe estar”.



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