Salud

Periodistas de la AFP, entre los 200 franceses repatriados desde Wuhan

2020-01-31

Así que nos apresuramos a recoger todas nuestras cosas y prepararnos. Tuvimos que ir a pie,...

Por Sebastien RICCI

Carry-le-Rouet, Francia, 31 Ene 2020 (AFP) - Sébastien Ricci es uno de los tres periodistas de la AFP que llevaban una semana en Wuhan y que este viernes embarcaron en un avión rumbo a Francia junto con unas 200 personas, para un viaje que "para algunos, supuso decir adiós a toda una vida".

"Fue una operación que estaba prevista, pero no teníamos todos los detalles, los elementos, el horario y, de hecho, recibimos un mensaje en la madrugada del jueves en el que se nos convocaba a reunirnos en el consulado a las 18H30. 

Así que nos apresuramos a recoger todas nuestras cosas y prepararnos. Tuvimos que ir a pie, estábamos a unos 4 kilómetros del consulado.

Pero creo que para muchos otros esto fue mucho más problemático, porque no había ni transportes, ni taxis, circulaban muy pocos vehículos. Para nosotros, la prioridad era organizarnos para llegar a tiempo al consulado. 

Una vez allí, había muchos franceses que esperaban con su equipaje. Hubo que rellenar algunos formularios, un documento en el que te comprometes a respetar la cuarentena en Francia, a respetar todo el procedimiento previsto...

Luego, salimos hacia el aeropuerto, y el ambiente era verdaderamente especial. Había seis autocares fletados para nosotros, y los conductores llevaban un mono de protección.

- Un billete sin destino -

A unos 8 km del aeropuerto, un peaje hizo las veces de puesto de control para comprobar la identidad de los pasajeros de los autobuses. La policía estaba allí y daba la impresión de que estábamos en un puesto fronterizo. 

En el aeropuerto, solo estábamos nosotros y unos coreanos que también esperaban un vuelo. Era bastante raro hacer fila frente a un mostrador y que te dieran un billete que no llevaba ni el nombre del a compañía, ni horario ni destino. En ese momento, ni siquiera sabíamos el lugar de destino, así que teníamos una sensación bastante rara. 

Luego vinieron los primeros controles de temperatura, el registro de las personas... y entonces supimos que le avión despegaría a las 05H00. 

Los paneles indicaban dirección "París", pero el vuelo aterrizó en Istres (sureste de Francia), y el vuelo salió con más de dos horas de retraso.

Todo el mundo quería saber cuál era el destino, y miraba su teléfono, tratando de averiguar también cómo sería la cuarentena, pues no teníamos ninguna información.

- "Ni tensión ni ansiedad" -

No había ni tensión ni ansiedad, sino más bien, creo, un sentimiento de alivio, de decirse "por fin", porque la evacuación se había previsto desde hacía días pero no sabíamos ningún detalle ni del horario ni de cómo se llevaría a cabo.

Hasta hace solo unos días, se hablaba de una evacuación por autobús a una ciudad situada a 300 km de Wuhan, pero finalmente fue una repatriación a Francia con una puesta en cuarentena, así que saber qué es lo que iba a pasar fue un alivio. 

Dentro del avión, la tripulación llevaba trajes de protección, pero bastante ligeros, no como los que habíamos visto en China. 

Antes de subir al avión, nos entregaron un equipo con 10 mascarillas y nos recordaron las normas de higiene: lavarse las manos antes de cada comida y cambiarse la mascarilla, que debíamos tirar en unas bolsas especiales para ello.

Durante el vuelo, el ambiente era tranquilo, porque todo el mundo estaba bastante cansado. Había personal médico para atender cualquier posible síntoma: dolores de garganta, etc.

Hubo quien pidió que le tomaran la temperatura, como hice yo. Al llegar, hubo muchos aplausos, pues fue un alivio ver que era el sur de Francia: ¡el sol, el buen tiempo! 

- "Apestado" -

Cuando nos dijeron que íbamos a un complejo vacacional, fue una grata sorpresa. Personalmente, cuando me habían hablado de la cuarentena, me la imaginaba en París en un hospital, algo así como un apestado al que metes en una jaula, apartado...

Al parecer, podremos movernos libremente dentro del complejo, pero no sé qué tipo de contacto entre personas se autorizará.

Para algunos, esto ha supuesto decir adiós a toda una vida. Hay quien deja Wuhan sin saber si volverá, otros dejaron parte de sus cosas allí, así que sienten tanto alivio como tristeza. 

También hay gente que lleva tiempo viviendo en China, que sienten apego por el país, que tienen lazos, una familia, y de un día para otro lo tienes que dejar todo sin saber ni tan siquiera qué va a suceder a medio plazo". 



regina
Utilidades Para Usted de El Periódico de México