Poker de Ases

El helicóptero de rescate de los Estados Unidos

2020-03-25

El retraso en aprobar la medida puede parecer insignificante, pero en este caso se suma a una...

Editorial, El País

Finalmente, el Congreso de Estados Unidos llegó a un acuerdo en la madrugada de ayer para el plan de rescate más importante de la historia del país por un valor cercano a los dos billones de dólares en ayudas a empresas y ciudadanos para tratar de paliar los estragos de la pandemia del coronavirus en la primera economía del mundo. Pero lo ha hecho con un retraso que puede resultar demoledor en un momento en el que cada hora cuenta. Máxime cuando más de 30 millones de ciudadanos carecen de cualquier seguro médico —a diferencia de lo que sucede en Europa— por culpa de la aviesa reversión de la reforma sanitaria de Barack Obama. Ello augura problemas sociosanitarios gravísimos y el endurecimiento de la recesión económica en ciernes.

La propuesta original presentada por los republicanos e impulsada por Donald Trump tenía aspectos de opacidad en el reparto de las ayudas incompatibles con la transparencia exigida en una democracia, máxime en tiempos de grave crisis. El secretario del Tesoro y hombre de confianza de Trump, Steven Mnuchin, no tendría por qué hacer públicos los beneficiarios de las ayudas hasta pasados seis meses y las empresas beneficiarias recibirían el dinero sin contrapartida alguna, entre otras, por ejemplo, el mantenimiento de los empleos. Ahora habrá un inspector general que controlará las decisiones que se tomen sobre las cantidades que se facilitarán.

Que Estados Unidos haya puesto en marcha su maquinaria económica al servicio de la lucha contra las consecuencias, también sociales, de la pandemia es sin duda una buena noticia. Entre las medidas que muestran lo crítico de la situación destacan el ingreso mediante cheque en las cuentas particulares de la mayor parte de los estadounidenses de cantidades en torno a los 1,500 dólares por adulto y unos 500 por cada menor. El helicóptero de Milton Friedman. Las cuentas de EE UU se disponen a recibir uno de los mayores golpes de su historia. Las agencias de calificación ofrecen cifras que van del 14% al 30% en la caída de la economía.

El retraso en aprobar la medida puede parecer insignificante, pero en este caso se suma a una cascada de reacciones demoradas en el combate al coronavirus que han caracterizado la estrategia de EE UU. Hasta hace poco, Trump proclamaba que “en un par de días” el número de contagiados en EE UU se reduciría a cero. Pero en apenas 20 días ya es el tercer país del mundo con mayor número de contagios en una alarmante curva ascendente. Si Trump hubiera prestado atención en febrero a la gravedad de la situación, el gigante automovilístico Ford y la eléctrica General Electric podrían haber puesto a disposición de los médicos estadounidenses respiradores a mediados de abril. Ahora, el consejero delegado de Ford, Jim Hackett, ha advertido que no estarán listos hasta junio.


 



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