Policrato Philodemos
La dignidad legalmente degradada
( El abuso y chantaje mediático en la decadencia política )
El honor es el pudor de la dignidad
El estado de salud de cualquier sociedad se mide por los valores que cotidianamente se respetan en ella, ya que constituyen los principios que le dan sentido a los actos de quienes la forman, le otorgan coherencia y autoestima como grupo, además de responsabilidad y sentido de trascendencia ante la historia.
La reciente despenalización de los delitos de difamación y calumnia, como concesión de la política a los medios de difusión (a nombre de una supuesta libertad de expresión), constituyen un abuso que deja inerme a la dignidad de cualquiera, y un síntoma grave de la degradación de los valores que nos muestra el nulo concepto que tienen los legisladores del honor y autoestima de la persona humana, como base que sostiene el entramado social y la armonía respetuosa en las relaciones a su interior.
Tal parece que al concederles esta patente de corso a los periodistas pesó más la cobardía intelectual de los señores legisladores, y el poco respeto que le tienen a la dignidad de sus representados, que las migajas de silencios cómplices y publicidad útil a su futuro político personal, o que para medir la dignidad de la ciudadanía utilizaron sus propios parámetros de lo que es el honor y la autoestima, que según la nueva ley que aprobaron no merece ser protegida por carecer de valor.
La caja de Pandora que han abierto los señores legisladores, en los hechos, ha legalizado el chantaje periodístico, además de ser inequitativo con la ciudadanía que carece de los recursos para expresarse públicamente en los medios de difusión, y es atentatorio del respeto e imagen que merece la ciudadanía, que de esa manera queda a merced de los mercenarios de la pluma y del micrófono, que amparados en la despenalización de la calumnia y la difamación, podrán utilizar impunemente el amarillismo noticioso, degradador de dignidades, como recurso infame para lucrar fabricando noticias que atraigan el morbo de los lectores, o que puedan incrementar su poder de convocatoria en los auditorios del espectro radioeléctrico, sin que sus víctimas tengan el legítimo recurso legal de la defensa
o provocar que hartos de la impunidad legal ante el abuso, opten por tomar la justicia por su propia mano para defender su honor, o el de su familia agraviada y legalmente inerme.
AAG
