Salud

Respuestas a la crisis del COVID19

2020-06-09

 "Sin pruebas es imposible saber la magnitud real de la pandemia y eso hace difícil...

"El Periódico de México"

En una videoconferencia difundida por el Foro Jesús Silva-Herzog Flores el pasado jueves, desde la Universidad de Miami, el doctor Julio Frenk Mora, científico con toda una vida dedicada a la salud pública, explicó que la pandemia por el coronavirus SARS-CoV-2 ha mostrado la debilidad de los sistemas de salud, no solo de México sino de todo el mundo, principalmente porque las políticas públicas no enfrentaron correctamente la pandemia. En el caso de nuestro país la crisis ha sido más acentuada debido a que los sistemas de salud se encontraron debilitados, y minimizado con políticas públicas erradas".

Antes de dar comienzo a la videoconferencia, el moderador Carlos Elizondo hizo un reconocimiento del trabajo y la carrera política del Licenciado Jesús Silva-Herzog Flores, quien dedico toda su vida al servicio público, y que además ha sido inspiración para otros servidores públicos por su ejemplo de profesionalismo, honestidad y preocupación frente a los retos que enfrento durante su carrera política. Por ello precisamente el “Foro Jesús Silva-Herzog Flores” tiene como objetivo primordial la promoción y enaltecimiento del servicio público como una actividad indispensable para el desarrollo económico y político de nuestro país, con el convencimiento de que el recuerdo de su vocación puede ser un aliento valioso para futuras generaciones de políticos y servidores públicos emprendedores.

Frenk Mora, dentro de las observaciones que hizo sobre el coronavirus en la videoconferencia: «Respuestas a la crisis del COVID19. Recomendaciones para México», refirió que en Brasil y México, donde la pandemia ha tenido mayor impacto, se minimizó la gravedad del coronavirus, y por ello hubo un retraso importante para combatirlo oportunamente. Esto originó que se produjeran miles de muertes y contagios y por lo tanto el sistema de salud quedó rebasado e insuficiente para atender los casos que surgen diariamente. A esto se agrega la falta de eficacia para tener y difundir una información oportuna y confiable.  lo que se debe en gran medida a la falta de pruebas para detectar los contagios del coronavirus entre la población. "Sin pruebas es imposible saber la magnitud real de la pandemia y eso hace difícil saber la tendencia y las expectativas”.

Refiriéndose concretamente a la letalidad del coronavirus, Frenk Mora, quien fuera secretario de Salud en México durante el gobierno del presidente Vicente Fox, hizo las siguientes connotaciones.

En primer lugar, dijo, sabemos que, desde finales del siglo 20, existen condiciones para que surjan este tipo de pandemias. La incertidumbre había sido sobre cuándo y en donde aparecerían, así que no nos tomó por sorpresa. Lo único que no sabíamos es de la intensidad con la que este nuevo virus se presentaría y cuan tan profunda sería. Precisamente por ser un virus que desconocíamos apenas comenzamos a estudiarlo y nos asombra al compararlo con otros anteriores por la capacidad de contagio y lo altamente letal, el grado de contagio con el que se propaga a nivel mundial es muy alto.

Las pasadas epidemias habían sido también mortales, pero con poca capacidad de contagio. Por lo tanto, toda la población es susceptible al contagio y todos estamos expuestos a infectarnos con este nuevo coronavirus. Algo que ya sabemos es que una persona con la enfermedad, aun siendo asintomático, puede contagiar a dos o tres más, de tal forma que la propagación es altamente expansiva. Un contagiado podría llegar a infectar el virus a cientos o miles de personas según los contactos subsiguientes de los demás a los que haya infectado.

Otro dato estadístico sobre este virus en nuestro país, es que la tasa de mortalidad de las personas contagiadas es de las más altas del mundo. El 11 por ciento de las personas contagiadas se mueren. Actualmente, según las últimas cifras oficiales, el número de contagios es de 110,000 personas. Tomando como referencia la tasa de mortalidad podemos estimar que 12,000 personas podrían fallecer.  

 

El doctor Frenk explicó que cuando existe una emergencia de este tipo, la sociedad tiene derecho a saber cuánta gente ha muerto "y sabemos que las autoridades de salud están subestimado el número de muertos de manera muy severa". Dentro de sus estimaciones el especialista menciono que, en el caso de México, tan solo en la Ciudad de México, la más afectada por la pandemia, "el número oficial de muertes puede ser tan solo un 25 % del total que podemos estimar.

El presidente de la Universidad de Miami también se refirió a las deficiencias que ha habido para contener la pandemia. “Debemos reconocer que los sistemas de alarma globales, fallaron, por lo cual esta indiferencia de los países para no atender los llamados Organización Mundial de la Salud (OMS), para fortalecer oportunamente los sistemas de vigilancia, para dar una alerta temprana, produjeron que la expansión de los contagios fuera mayor y más rápida. La respuesta de los gobernantes, sobre todo en esos países con líderes populistas, como Italia, Venezuela, México, Estados Unidos y Brasil, fue tardía y minimizaron el riesgo de la epidemia epidemiológica. Más aun en cuanto que contradijeron en repetidas ocasiones a los expertos y científicos sobre sus estimaciones, recomendaciones y sugerencias. Quisieron saber más que ellos. Es así que estamos ahora pagando un precio muy alto por minimizar a la ciencia”.

“Si bien la pandemia del coronavirus sorprendió a los sistemas de salud de todo el mundo, Frenk Mora aseguró que en Latinoamérica se perdió un tiempo valioso y una ventaja a favor, ya que el virus llegó varias semanas después que Europa y Asia”.

RESPUESTA TARDIA, CONSECUENCIAS LETALES

“Tampoco supimos aprovechar las experiencias de otros países que combatieron oportuna y eficientemente la pandemia, como Noruega, Corea del Sur, Tailandia, Dinamarca, Nueva Zelanda, Grecia y Taiwán”. Es notable el hecho de estos países cuyos gobernantes son precisamente mujeres, fueron quienes mejor desempeño han tenido frente a la crisis de salud por esta pandemia. Sus respuestas fueron oportunas y científicas. Es así que se demuestra la equivocación del mito de que las mujeres no están capacitadas para gobernar”.

En cambio, en estos países con gobiernos populistas, tuvimos tiempo suficiente para observar que la pandemia iba a llegar y en lugar de aprovecharlo para prepararnos, se minimizaron los riesgos. Ahora estamos pagando las consecuencias”. Ahora estamos sufriendo las ineficiencias”.

En el caso de México, la pandemia lo agarro en un pésimo momento, con el sistema de salud sumamente deteriorado, en medio de una crisis por carencia medicinas y desabasto de insumos y equipo médico. Y, lo peor, luego de una nueva reforma de salud que se legislo al vapor con una pobreza intelectual y sobre bases muy débiles, desmantelando además su sistema financiero y enterrando el Seguro Popular para crear un nuevo y complejo sistema, el Instituto de Salud para bienestar. Así se desmantelo un mecanismo de protección social de salud que funcionaba y daba certidumbre a la población demandante, mucho mejor que el que ahora apenas se está instrumentando.

Por si fuera poco, en esta transición del sistema de salud, se recortó el presupuesto para este sector, el cual, desde antes, ya venía padeciendo otros ajustes presupuestarios. Fue un suicidio presupuestal el reducir el gasto a la salud. En este aspecto no cabe la retórica ni más explicaciones. Con una fracción minúscula del daño causado a la economía por esta pandemia, habríamos podido financiar un sistema de respuesta y alerta en el sistema de salud para enfrentarla con prontitud y eficiencia. Lo que realmente ahora hará falta es reestructurar, antes que otros proyectos y programas sociales o de cualquier otra índole, nuestro sistema de salud y adecuarlo a las necesidades reales, previendo el futuro luego de las amargas experiencias y estragos que nos está causando el enemigo invisible. Hay que incrementar notable y suficientemente el presupuesto a este sector dándole prioridad sobre otros. La salud debe ser primero. De la salud de los trabajadores depende la productividad económica.

PRIVILEGIAR LA SALUD O LA ECONOMIA

Ahora, sobre el debate, entre abrir la economía, o privilegiar el cuidado de la salud, no hay que priorizar, entre uno y otro cuestionamiento. La decisión en muy simple. Hay que ir abriendo la economía en base a pruebas a la población y elevar las precauciones. Pruebas, rastreos, pruebas masivas, Primero hay que controlar la pandemia y luego disponer la apertura de aquellos sectores en donde se tenga la seguridad y certificación de que los trabajadores no vayan a contagiar a otros, o ser contagiados. El uso del cubrebocas tendrá que ser obligatorio y la tarea de monitoreo en los lugares de trabajo debe priorizarse para detectar oportunamente casos de infecciones. Mantener sobre todo el distanciamiento entre personas.

Abrir la economía indiscriminada y apresuradamente generaría más enfermedades y el daño a la economía seria mayor. Para reabrirla es necesario que la epidemia este controlada, que hayan disminuido los contagios y las enfermedades. La estrategia para la reapertura y desconfinamiento debe basarse en la ciencia médica procurando que sea una activación gradual sin condescender a intereses políticos o empresariales. Hasta que haya una vacuna la reapertura deberá ser escalonada, apoyándose en pruebas y la capacidad hospitalaria.

Un dato por demás ilustrativo de las deficiencias en la prevención de contagios muestra que México aplica 0.4 pruebas por cada mil habitantes, la media de los países OCDE está en 22 por cada mil. Los cinco países que más pruebas de diagnóstico aplican por cada mil habitantes son Islandia (134.9), Luxemburgo (64.6); Estonia (36.9); Lituania (36.6) e Israel (30) por cada mil habitantes.

En cuanto a la población lo más aconsejable es prolongar distanciamiento social y preferentemente quedarse en casa.  Hay que tener especial cuidado y extremar la vigilancia en espacios públicos, en el transporte y evitar concentraciones numerosas y evitar cualquier centro de hacinamiento.

Esta pandemia afecta sobre todo a los más vulnerables, son los más expuestos a contagiarse y con mayor índice de mortalidad, especialmente los adultos mayores, personas que padecen enfermedades crónicas y diabetes. Son a los que más deberían cuidarse, protegerse y prestárseles atención. En este sentido se requiere establecer políticas públicas que protejan de cualquier tipo de epidemias a la población marginada en áreas rurales.

En cuanto al ámbito mundial, ahora más que antes la Organización Mundial de la Salud (OMS) jugará un papel preponderante como rector de la salud mundial. Lejos de pensar en desaparecerla, debemos procurar su solidificación y si es el caso pensar en una reestructuración corrigiendo fallas y errores que se hubieran cometido. Menos aún se debe pensar en reducir o eliminar las contribuciones de los países que la sustentan, por el contrario, no hay que escatimar recursos para su sobrevivencia. Hoy más que nunca se hace necesario ampliar los márgenes de operación de la organización para monitorear y recolectar información de sus miembros y vigilar escrupulosamente cualquier nuevo brote de epidemias y enfermedades. Para ello es necesaria la cooperación mundial. El efecto positivo que se ha visto en torno al desarrollo de esta pandemia es la colaboración científica de epidemiólogos a un nivel sin precedentes en el intercambio de información y experiencias, quienes han compartido sus conocimientos y literatura para desarrollar la vacuna en la que se encuentran trabajando para tenerla cuanto antes. Cabe mencionar que hay actualmente en desarrollo más de 70 proyectos de vacunas que ya están curso de fase clínica, altamente innovadoras, lo que permite acelerar la posibilidad de contar en un menor tiempo de lo estimado ella.

La pandemia de esta magnitud que padecemos requerirá de hoy en adelante una movilización temprana, agresiva e integral, además de la confianza de líderes políticos que no contradigan las opiniones de científicos y expertos. Tiene que prevalecer la certidumbre sobre la incertidumbre

También habría que destacar que, de hoy en adelante los gobiernos, especialmente México, deberán ampliar considerablemente la inversión en el sector de la ciencia y tecnología, primordialmente en el sector salud, disponer de más presupuesto para la suficiencia y capacidad hospitalaria, y así poder contar con una reserva estratégica de insumos, abasto de materiales, medicamentos, equipos de protección, laboratorios, entre otros requerimientos esenciales. Debemos ser autosuficientes para responder a emergencias sanitarias como la que estamos viviendo y así evitar este tipo se desagradables y funestas sorpresas.

Finalmente, el doctor Frenk Mora exaltó que este tipo de emergencias suelen dejar lecciones para los países que las viven. Aprendemos la importancia de fortalecer los sistemas de vigilancia epidemiológica para detectar cuando el aumento de estos contagios se sale de lo normal y poder detectar una epidemia oportunamente.



JMRS
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