Internacional - Política

La renuncia de Shinzo Abe enciende la especulación sobre su sucesor

2020-08-29

Abe, quien debía liderar la tercera economía del mundo hasta septiembre de 2021, se...

Por Hisako Ueno y Mike Ives, The New York Times

TOKIO — En su discurso de renuncia el viernes, el primer ministro de Japón Shinzo Abe dijo que los dirigentes de su partido político conservador estaban por concluir los planes para seleccionar a un nuevo líder. La especulación sobre quién sería ya revoloteaba antes de que subiera al podio.

Abe, quien debía liderar la tercera economía del mundo hasta septiembre de 2021, se había vuelto profundamente impopular al momento de su renuncia. No obstante, el Partido Liberal Democrático, que encabeza, mantiene una sólida mayoría en el parlamento. Quien sea el próximo líder del partido —un proceso que podría concluir la próxima semana, según los analistas— casi seguramente será electo primer ministro por los legisladores.

Lo que no es tan claro es quién será esa persona y si será capaz de perfilar un papel público distinto para el cargo. Podría surgir un personaje inesperado. Seiko Noda, una integrante de la Cámara de Representantes, por ejemplo, ha indicado su deseo de ser primera ministra, pero es considerada una política atípica.

Abe hasta ahora ha declinado nombrar a su candidato favorito y ha dicho que los principales contendientes eran todos “muy prometedores”.

Para cualquier sucesor será difícil salir de la sombra de Abe, en parte porque el primer ministro saliente ha pasado años relegando a sus rivales a “puestos en los que lucen realmente pequeños, sin importar sus dimensiones físicas”, dijo Michael Cucek, profesor asistente de Estudios Asiáticos en la Universidad Temple, campus Japón.

Jawaharlal Nehru, el primer ministro fundador de India, una vez fue descrito como “un gran árbol de Banyan bajo el cual nada crece”, agregó Cucek, quien se especializa en política japonesa. “Y Abe básicamente ha tenido el mismo papel en los últimos ocho años”.

El sucesor de Abe enfrentará un público insatisfecho con el manejo que el gobierno de Abe ha tenido frente a la pandemia del coronavirus, incluso a pesar de que el país ha mantenido las cifras por debajo de 68,000 infecciones y menos de 1300 muertes.

Él o ella heredará una población que envejece rápidamente y relaciones complicadas con las dos principales economías del mundo, China y Estados Unidos, que a la vez están enzarzadas en una amarga disputa comercial entre sí.

Las personalidades son de particular importancia en la diplomacia global durante la era de Trump, pues se trata de un momento en que “la percepción no es necesariamente la realidad, pero las percepciones sí importan", dijo Shihoko Goto, asociada sénior para el noreste de Asia en el Wilson Center, un instituto de investigación en Washington.

Goto dijo no estar segura si alguno de los posibles sucesores de Abe sería tan hábil como él al aprovechar las relaciones personales con sus contrapartes extranjeros en beneficio diplomático de Japón.

Estos son algunos de los candidatos que podrían reemplazarlo:

Yoshihide Suga

Suga, de 71 años, es el principal secretario del gabinete de Abe y el candidato líder para reemplazarlo.

Debido a que Suga es tan cercano a Abe que, si se convirtiera en primer ministro, podría ser visto como heredero tanto de su legado positivo como del negativo, dijo Lully Miura, una politóloga que encabeza el Instituto de Investigación Yamaneko de Tokio.

“Esta es su fortaleza y también su debilidad”, dijo, “porque el público ya está cansado de este tipo de gobierno”.

Suga surgió de la pobreza, algo que da buena imagen en la política. Nació en la prefectura de Akita, al norte del país, y llegó a Tokio para trabajar en una fábrica de cartón luego de graduarse de la secundaria. Se pagó la universidad con empleos de medio tiempo también en un mercado de pescado.

Cucek dijo que el poder de Suga podía ser el equivalente estadounidense al de un secretario de Prensa, jefe de Gabinete y enlace con el Congreso todo en una sola persona, y que probablemente no desea ser primer ministro porque en la práctica ya tiene mucho más poder político que Abe.

Kishida

Kishida, de 63 años, es un exministro de Asuntos Exteriores que aspira al máximo cargo del país. Su padre y su abuelo fueron políticos, él ha sido leal a Abe y ha ocupado varios cargos de importancia en el partido, entre ellos presidente del consejo de investigación política del Partido Liberal Democrático.

El principal factor en contra de la candidatura de Kishida es que carece de habilidades de minorista político, es decir, no es muy habilidoso al hacer campaña a nivel de calle.

Tiene otra posible desventaja. Tanto Abe como Kishida son de la región Chugoku de Honshu, la isla principal de Japón, de donde han salido numerosos primeros ministros del país.

“Tener a otro primer ministro de Chugoku, incluso si es de otra facción, podría no ser bien visto”, dijo Cucek.

Shigeru Ishiba

Ishiba, de 63 años, es un exministro de Defensa áspero que en dos ocasiones se ha enfrentado a Abe por el liderazgo del partido. Se dice que al actual primer ministro le desagrada Ishiba en parte porque casi lo derrota en la elección del partido en 2012.

Kazuhisa Kawakami, profesor de Derecho en la Universidad Reitaku, dijo que se espera que quien sea que se quede con el puesto de Abe impulse sus metas de política. Entre ellas están dos de los objetivos clave que Abe no ha logrado como primer ministro: la revisión a la constitución pacifista que instituyó la ocupación estadounidense de la posguerra y conseguir la devolución de las islas que disputan Japón y Rusia para que ambos países firmen un tratado de paz que formalmente ponga fin a la Segunda Guerra Mundial.

“Mantener adecuadamente las políticas del gobierno de Abe es requisito y quienes están en posición de lograrlo son quienes están al centro del poder”, dijo Kawakami. “Ishiba no está ahí”.

Toshimitsu Motegi

Motegi, actual ministro de Exteriores, es un exministro de Economía que durante años ha ejecutado el programa económico de Abe, conocido como “Abenomics”.

También negoció el Acuerdo de Asociación Transpacífico, un acuerdo multipaís, luego ayudó a Abe a mantener la unión de los 11 miembros restantes en una versión modificada luego de que el gobierno de Donald Trump retirara a Estados Unidos del acuerdo.

Si la historia política de Japón sirve de guía, Motegi, de 64 años, podría no ser un candidato obvio a primer ministro porque no pertenece a la facción partidista de Abe.

Pero tampoco se le conoce como su rival, e incluso, dijo Cucek, juega golf frecuentemente con Abe. Y si las negociaciones al interior del partido en los próximos días se complican, agregó, Motegi podría tal vez servir como un candidato intermedio para llegar a un acuerdo mutuo.

Kono

Kono, de 57 años, es el actual ministro de Defensa y ex ministro de Asuntos Exteriores. También es un disidente liberal que pertenece a una nueva generación de políticos japoneses que ha estado posicionándose para suceder a Abe.

Kono pertenece a una familia de políticos que llevan años en el parlamento japonés. Es activo en Twitter y hace poco le dijo a la revista mensual Bungei Shunju que ha querido ser primer ministro desde que se convirtió en legislador. Pero Cuek lo ha descrito como un excéntrico “lobo solitario”.

Otros miembros del Partido Liberal Democrático ven a Kono como alguien que sabe manejar bien a Estados Unidos y lo encontrarían útil si el presidente Donald Trump se reeligiera en noviembre, dijo Cucek.

“Pero creo que el ángulo de Estados Unidos no es suficiente para sostenerlo”, dijo.

Taro Aso

Aso, de 79 años, es un vice primer ministro que ha ejercido el cargo durante mucho tiempo y, al ser ex primer ministro, podría fungir como líder interino hasta 2021, cuando está prevista la próxima elección del Partido Liberal Democrático. Pero, en parte por su edad, no se le considera un símbolo del futuro de su partido.

Aso también es un aliado cercano a Abe, así que el primer ministro podría sentirse en la obligación de apoyarlo, dijo en un análisis reciente el semanario Sunday Mainichi.

El Sunday Mainichi también observó que Aso era dado a las meteduras de pata. Entre ellas, mencionar en dos ocasiones a la Alemania nazi como un ejemplo a seguir y comentarios el año pasado que los críticos señalaron culpaban a las mujeres de la baja tasa de natalidad de Japón. Dijo que se habían malinterpretado sus comentarios pero también pidió disculpas y dijo que sería más cuidadoso con sus palabras. Algunos miembros del Partido Liberal Democrático temen que podría volver a avergonzarlos si volviera al frente.

Algunos informes que se manejan en el parlamento japonés, han insinuado que Aso podría no postularse pero tendría influencia al seleccionar al sucesor de Abe.

Después de una renión la noche del viernes, Jun Matsumoto, vicepresidente del Comité de Asuntos del Parlamento, dijo que Aso había comunicado a sus colegas que no pretendía ser primer ministro.

“Dijo que le gustaría apoyar a un candidato capaz de implementar políticas unido con los colegas miembro cuyo deseo es postular”, dijo Matsumoto.



JMRS
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