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Enrique de Inglaterra y Meghan Markle demandan a otro periódico y ya van seis
María Porcel | El País
Enrique de Inglaterra y Meghan Markle vuelven a alzar las armas en su batalla contra la prensa británica. Hace casi un año que el nieto de Isabel II y su esposa anunciaron su deseo de dejar de ser miembros de la familia real. En este tiempo han sido especialmente críticos contra el tratamiento que los medios del Reino Unido les han dado y no han dudado en tomar medidas. Por eso ahora acaban de presentar una nueva demanda contra Associated Newspapers, empresa editora de los diarios The Daily Mail y el dominical The Mail on Sunday, a la que tienen declarada la guerra por publicar informaciones que, afirman, son falsas y atacan su privacidad.
La demanda —que sus abogados presentaron en los tribunales londinenses el 27 de noviembre, según los medios británicos, aunque no se ha sabido hasta ahora— va contra el dominical por una información publicada en octubre. En ella se aseguraba que el príncipe había dejado de tener contacto con la Marina Real tras su salida de la casa real, algo que oficializó el pasado mes de marzo.
Enrique tiene una amplia formación militar, permaneció en activo entre 2005 y 2015 y ha estado destinado en diversas misiones en Afganistán. En más de una ocasión ha hablado abiertamente de la importancia que el ejército ha tenido para él, como le hizo madurar y enfrentarse a la realidad, además de ser consciente de la importancia del trabajo y el deber. De ahí que esas informaciones le hayan dolido especialmente. Por eso, ahora, que ya no siente la obligación de guardar silencio al no ser parte del núcleo duro de la familia real, no ha dudado en actuar.
Los Sussex no se callan y llevan presentadas media docena de demandas contra medios de comunicación. Las primeras llegaron a principios de octubre de 2019, interpuestas tanto por Markle como por el príncipe. La pareja llegó a denunciar a varios a algún medio con apenas un par de días de diferencia para dar así más potencia y visibilidad a su queja.
El 2 de octubre de 2019, Meghan Markle hizo pública la persecución que sufría por parte de los tabloides y presentó una querella contra The Mail on Sunday, al que acusaba de invadir su intimidad por publicar una carta privada que le había enviado a su padre, Thomas Markle. Entonces su esposo, Enrique, hizo un comunicado público muy duro en el que decía: “Perdí a mi madre y ahora veo a mi esposa víctima de las mismas fuerzas poderosas”. El juicio sobre este asunto iba a celebrarse en enero, pero Markle pidió un aplazamiento por motivos personales y se le concedió, por lo que tendrá lugar en otoño de 2021.
“He visto lo que sucede cuando un ser querido se convierte en mercancía hasta el punto de que ya no se les trata como a seres reales”, se lamentaba entonces el príncipe. Apenas dos días después, él mismo seguía la estela de su esposa y se querellaba con The Sun y el Daily Mirror por el supuesto hackeo de su teléfono, por el que habrían accedido a mensajes privados de forma ilegal. “Esta propaganda implacable tiene un coste humano, específicamente cuando es deliberadamente falsa y maliciosa”, argumentó entonces Enrique.
Un mes después, en noviembre de 2019, Markle demandaba de nuevo a Associated Newspaper, por contar historias “falsas” y “absurdas” relacionadas con distintos aspectos de su vida por un período de más de tres años. Además de la carta a Thomas Markle, los duques se quejaban de invenciones relacionadas con la reforma de Frogmore Cottage, su casa de Windsor, o con la fiesta celebrada en Nueva York previa al nacimiento de su hijo, con informaciones que calificaron como “mentiras” y “ofensas”.
Meses después, en abril de 2020, el matrimonio decidió cortar relaciones con cuatro tabloides: The Sun, The Daily Mail, The Mirror y The Express. “Cuando el poder se disfruta sin responsabilidad, la confianza que todos depositamos en esta industria tan necesaria se degrada”, afirmaban en una carta. “El duque y la duquesa de Sussex han visto a personas que conocen, así como a extraños, ver sus vidas completamente rotas sin ninguna buena razón, a parte del hecho de que los chismes aumentan los ingresos por publicidad”, añadían.
En julio de 2020 llegaba su penúltima demanda. Fue contra un paparazi al que acusaron de invadir su privacidad, “traspasar las líneas rojas” y tomar imágenes de su propiedad desde un dron. La última fue en septiembre. Markle denunciaba a la agencia Splash News por hacerle fotos junto a su hijo Archie, en la isla de Vancouver (Canadá), mientras daban un paseo por “una ruta recreativa privada”; afirmó que el fotógrafo había entrado en la propiedad privada.
Enrique de Inglaterra dejó claro su dolor y sus intenciones en aquella primera declaración en octubre del pasado año: “Aunque hemos seguido poniendo buena cara, como muchos de ustedes pueden imaginarse, cuesta describir lo doloroso que ha sido, porque en la era digital de hoy en día las invenciones de la prensa son tomadas como verdades en todo el mundo”. “Hasta ahora no hemos podido corregir las tergiversaciones continuas que se han producido, algo de lo que estos medios de comunicación han sido conscientes y, por lo tanto, han explotado a diario”, declaró. Ahora, alejados de la familia real pueden ir a los tribunales y no han dudado en hacerlo.
aranza
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