Tras Bambalinas

Las obsesiones retorcidas de Bartlett

2021-02-05

El primero en hacerlo fue el gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, quien pretende expropiar...

Por Beatriz Pagés, Revista Siempre

Desde la cama, entre una y otra intravenosa, López Obrador se preocupa por apresurar la consolidación de su proyecto autocrático. El deterioro de su salud lo ha puesto a pensar, más que nunca, en su inmortalidad y en la necesidad de perpetuar su régimen a partir de reformas que impidan revertir la Cuarta Transformación.

La iniciativa preferente para reformar la ley de la industria eléctrica va en ese sentido. La propuesta fue redactada con bilis, lleva todas las huellas de Manuel Bartlett y es un resumen de la ideología de odio y venganza del gobierno en contra de sus adversarios políticos.

Los autores del panfleto se envuelven en la bandera y en la lucha contra la corrupción del pasado para justificar una de las reformas más nocivas y regresivas para el país que deja ver, entre otras cosas, hacia donde se dirige el régimen.

Los zopilotes de la 4T ya empezaron a saborear la posibilidad de expropiar empresas. El Consejo Coordinador Empresarial calificó la iniciativa del presidente como una expropiación indirecta que generará electricidad más cara y contaminante.

Esta es la segunda vez que en menos de un mes que se repite la amenaza de la expropiación. El primero en hacerlo fue el gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, quien pretende expropiar un club de golf con el argumento de que no le gustan los ricos.

El proyecto de ley para reformar la industria eléctrica sólo satisface las obsesiones retorcidas de Manuel Bartlett. El director de la CFE, pretende que el Congreso apruebe un decreto del Ejecutivo que condena a México a ser clasificado como nación inviable para invertir en cualquier materia.

Ese señor que dice estar en contra del gran capital y que es más rico que muchos prominentes empresarios; ese señor que dice ser un demócrata probo cuando fungió como cómplice en múltiples fraudes; ese que hoy se da aires de honorable cuando se benefició y solapó excesos indescriptibles de poder, ahora pretende sacrificar el desarrollo del país en nombre de una soberanía que, como secretario de Gobernación, jamás se interesó en defender.

No haber podido ser presidente de México lo convirtió en un político resentido que hoy se aprovecha de la ignorancia y el mesianismo de López Obrador para tratar de liderar las reformas estructurales más radicales de la Cuarta Transformación y poder ser visto —pese a su avanzada edad— en un posible prospecto de sustitución en caso de que AMLO tenga que retirarse.

¿Imposible? No, no lo es. Quien conoce a Bartlett sabe hasta donde llega su ambición y arrogancia, sabe cómo urde en la oscuridad y en la cañería sus planes para beneficiarse. Nunca le ha preocupado la opinión de los demás y hoy tampoco le importa el daño que va a causar su reforma eléctrica al pueblo de México.

Sí, porque la ley que hoy promueve Bartlett, significa el retiro de inversiones y la cancelación de miles de empleos. El director de la CFE no está defendiendo los recursos de la nación, tampoco la economía de los más pobres. Manuel Bartlett anda en busca de que el negocio quede bajo el control de la 4T y beneficie a familiares y amigos del régimen.

La reforma a la Ley de la Industria Eléctrica es una muestra clara de que López Obrador y sus secuaces van por un Estado monopolizador e intervencionista de la economía, corrupto y corruptor, que sólo beneficiaría a los cómplices y colaboracionistas de la dictadura en ciernes.

Es la antesala de otras leyes y decisiones antidemocráticas que ya está haciendo cola para ser aprobadas y que apuntan a reprimir la libertad en redes sociales, acabar con la autonomía del Banco de México, del INE  y todos los órganos autónomos que molestan al presidente.

Si esto lo pueden hacer ahora, ¿qué no podrían hacer en caso de que Morena se quede otra vez con la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados? De ser así, el proceso de degradación de la democracia mexicana será imparable.

Te lo digo López para que lo entiendan otros.  La alianza opositora, Va Por México, no tiene derecho a equivocarse.



maria-jose
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