Internacional - Política
El gobernador de California se juega el puesto en una elección vital para los demócratas
Luis Pablo Beauregard | El País
Los Ángeles - Gavin Newsom, gobernador de California, se juega este martes su futuro en una elección especial sobre su destitución. El demócrata aspira a continuar al mando de la región más poblada de Estados Unidos (39,5 millones de habitantes). Pese a que la pandemia remite en California, gigantescos incendios consumen el norte del territorio, el Estado sufre su peor sequía en más de un siglo y varias ciudades viven un repunte en los índices de inseguridad. Con casi todo en su contra, el político debe imponerse en un esfuerzo organizado por simpatizantes del Partido Republicano convencidos de que se han alineado los astros para lograr que California se pase al bando conservador por primera vez en 18 años.
No solo está en juego el control del Estado. Para los demócratas es vital mantener el control de California de cara a las elecciones parlamentarias de 2022. Eso explica la cantidad de primeros espadas que han viajado desde Washington estas semanas para sumarse a la campaña del “No”, que pretende dejar a Newsom, de 53 años, en el poder hasta noviembre de 2022, cuando podrá aspirar a la reelección. La vicepresidenta Kamala Harris, los senadores Elizabeth Warren y Bernie Sanders fueron algunos de los que salieron en su defensa. El último espaldarazo ha llegado en la noche del lunes con la visita del presidente Joe Biden a Long Beach, al sur de Los Ángeles.
“Los ojos de la nación están puestos en California... la decisión que están a punto de tomar resonará en todo el país”, dijo Biden. “Hay demasiado en juego”, dijo el mandatario, quien aplaudió la gestión de Newsom durante la pandemia, el motivo que originó el golpe político que debe encarar este martes. Biden ha afirmado que gracias a él California tiene una de las tasas más altas de vacunación, con el 66% de sus habitantes con al menos una dosis del medicamento. “En la lucha contra la covid necesitamos ciencia, líderes y a Gavin Newsom”, añadió el mandatario, que horas antes recorrió las zonas devastadas por los incendios forestales, en su primera gira a la costa oeste desde que llegó al poder.
Retener California sería una gran noticia en un verano catastrófico para los demócratas. El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, otro de sus superestrellas, se vio obligado a renunciar del cargo en agosto después de una investigación a una serie de señalamientos de acoso sexual. Kamala Harris, senadora por California antes de sumarse a la campaña de Biden, ha sufrido una aguda bajada de popularidad. Si Newsom cae, el control del Senado podría quedar en manos de los republicanos, pues el gobernador que lo sustituya puede nombrar a quien reemplace a la senadora demócrata Dianne Feinstein, que a los 88 años está cerca del retiro. El panorama sería aún más complicado para la agenda legislativa de Biden.
Más de 40 personas aparecen en la papeleta de elección este martes, donde figura una pregunta. “¿Debe Gavin Newsom destituido del cargo de gobernador?”. Quienes respondan con un sí tendrán que tachar el nombre de quien creen que debería sustituir a Newsom. No hay aspirantes demócratas, ya que estos respaldan al actual gobernador, un político que arrasó en los comicios de 2018 con más del 60% de los sufragios. El principal contendiente de Newsom es Larry Elder, un locutor afroamericano de 69 años, conservador y frecuente participante en las tertulias de Fox News con opiniones radicales como que el salario mínimo no debería existir y que el cambio climático es un engaño.
Elder fue el último en entrar a la competencia, pero cuando lo hizo comenzó a subir como la espuma sobre otros aspirantes más experimentados, como el exalcalde de San Diego, Kevin Faulconer y el excandidato republicano a gobernador en 2018, John Cox, y otros más reconocidos fuera del Estado como la activista transgénero Caitlyn Jenner. Los analistas consideran el repunte de Elder una herencia de la ideología que el expresidente Donald Trump dejó en el Partido Republicano. Su irrupción, sin embargo, también movilizó a los indecisos para defender a Newsom en un bastión demócrata.
Biden calificó a Elder de clon de Trump. “¿Se imaginan siendo gobernador de este Estado? No pueden dejar que eso suceda”, ha reclamado el mandatario en una región donde el expresidente republicano es altamente impopular. Biden ha dicho que un triunfo del “No” es también un aval al respeto a las mujeres. “No como alguien que ha escrito que las mujeres saben menos de política y economía que los hombres”, citó en referencia a una de las muchas frases polémicas de Elder. “Si no creen que los derechos de las mujeres están bajo asedio es que no están prestando atención”, puntualizó el presidente tras mencionar la restrictiva norma antiaborto de Texas que su Administración ha llevado a los tribunales.
Los últimos sondeos afirman que el “No” se impondrá en los comicios con un 57%. Hace un mes, a mediados de agosto, el “Sí” iba a la cabeza según el seguimiento diario demoscópico del sitio Real Clear Politics. La campaña de Newsom, no obstante, supera en recursos a las de sus oponentes con un financiamiento de 81 millones de dólares. Esto incluye el respaldo del consejero delegado de Netflix, Reed Hastings, quien ha donado junto a su esposa tres millones de dólares por la continuidad del gobernador. Quienes promueven la destitución apenas lograron recaudar 43 millones. En un evento este domingo, Elder mostró que él también puede despertar simpatías entre los pesos pesados de Hollywood. Rose McGowan, la actriz y una de las activistas más visibles del movimiento MeToo, dio su respaldo al locutor conservador. “Todos quienes me han acosado, maltratado y robado en Hollywood son demócratas... este no es un Estado para todos, es solo para unos cuántos”, dijo la actriz que denunció a Harvey Weinstein y quien se contó entre los oyentes del programa de Elder.
La de Newsom es la cuarta elección de destitución que enfrenta un gobernante local en Estados Unidos. Este tipo de elecciones fueron adoptadas por los Estados desde inicios del siglo XX para que los votantes retiraran a los funcionarios que obedecían a intereses corporativos más que a los populares. El primero en instaurarlas fue Oregón, en 1908. Le siguió California en 1911. Y esta entidad ha sido la última donde prosperó un esfuerzo por retirar a un gobernador. Fue en 2003, cuando el héroe de Hollywood Arnold Schwarzenneger reemplazó al impopular Gray Davis entre un universo de 158 aspirantes. Desde su primer día en el capitolio local, el gobernador republicano impulsó una agenda anti inmigrante en un Estado con el 39% de población latina. Al final de su mandato, en enero de 2011, Schwarzenneger tenía índices de aprobación tan bajos como los del demócrata que había sustituido.
Jamileth