Efemérides
Nuestra Señora del Rosario
Virgen Santamaria.org
Patrona: Orden de Predicadores (Dominicos)
Martirologio Romano:
Memoria de la santísima Virgen María del Rosario. En este día se pide la ayuda de la santa Madre de Dios por medio del Rosario o corona mariana, meditando los misterios de Cristo bajo la guía de aquélla que estuvo especialmente unida a la encarnación, pasión y resurrección del Hijo de Dios.
Historia
«Nuestra Señora del Rosario o Virgen del Rosario” es una advocación mariana venerada en la Iglesia católica, quien celebra el 7 de octubre la fiesta de la Bienaventurada Virgen María del Santísimo Rosario.
En 1208, Domingo de Guzmán, un predicador español, fue a Francia para defender la fe contra la herejía albigense. Mientras Domingo rezaba en la capilla del monasterio de Prouille, Nuestra Señora se le apareció con un rosario en las manos, le enseñó a rezarlo y le dijo que lo predicara entre los hombres y la utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la Fe; además, le ofreció 15 promesas para aquellos que rezaron el rosario fielmente. Las promesas incluían protección especial y gracias, una disminución del pecado, una abundancia de misericordia para las almas y la recepción de los sacramentos antes de morir. Santo Domingo fundó los frailes dominicos, abrió monasterios y difundió la devoción al rosario en todo el mundo.
Un creciente número de hombres se unió a la obra apostólica de Domingo y, con la aprobación del Santo Padre, Domingo formó la Orden de Predicadores (más conocidos como Dominicos). Con gran celo predicaban, enseñaban y los frutos de conversión crecían. A medida que la orden crecía, se extendieron a diferentes países como misioneros para la gloria de Dios y de la Virgen.
El santo se lo enseñó a los soldados liderados por su amigo Simón IV de Montfort antes de la Batalla de Muret, cuya victoria se atribuyó a la Virgen.
Por ello, Montfort erigió la primera capilla dedicada a la imagen. El rosario se mantuvo como la oración predilecta durante casi dos siglos. En el siglo XV su devoción había decaído, por lo que nuevamente la imagen se apareció al beato Alano de la Rupe, le pidió que la reviviera, que recogiera en un libro todos los milagros llevados a cabo por el rosario y le recordó las promesas que siglos atrás dio a Santo Domingo. La Virgen le dijo también que se necesitarían volúmenes inmensos para registrar todos los milagros logrados por medio del rosario y reiteró las promesas dadas a Santo Domingo referentes al rosario.
La fiesta de Nuestra Señora del Rosario fue establecida por primera vez por el Papa Pío V en 1573 en acción de gracias a Dios por la derrota de la armada cristiana de la flota turca en Lepanto.
El papa Clemente XI extendió la fiesta a toda la Iglesia en 1716 después de la derrota cristiana de los turcos en Hungría. Se dice que el rosario se desarrolló a través de la práctica cristiana primitiva de recitar los 150 Salmos orados por la Iglesia. Los que no podían leer reemplazaron los Salmos con 150 Padres Nuestros, usando lo que se conocía como cuentas de paternóster para contar, y finalmente con 150 Ave Marías, también llamada Salterio a Nuestra Señora.
Como anécdotas, tanto la Virgen de Lourdes en su aparición de 1858 pidió a sus aparecidos que rezaran el rosario como la de Fátima en 1917 durante la sexta aparición el 13 de octubre, nuestra Señora les dijo a los niños que quería que se construyera una capilla allí en su honor y que la gente rezara el rosario diariamente. Ella les dijo a los niños, “Soy la Señora del Rosario”. Gran parte de los papas del siglo XX fueron muy devotos de esta advocación, San Juan Pablo II manifestó en 1978 que el rosario era su oración preferida.
La iglesia católica ha consagrado el mes de octubre al rosario desde 1887.
Promesas de Nuestra Señora del Rosario.
Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
Prometo mi especialista protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de los pecados y abate las herejías.
El Rosario hace germinar las virtudes para que las almas consigan la misericordia divina. Sustituye en el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los eleva a desear las cosas celestiales y eternas.
El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.
El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada, se convertirá si es pecador, perseverará en gracia si es justo y, en todo caso será admitido a la vida eterna.
Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos.
Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia y serán partícipes de los méritos bienaventurados.
Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario.
Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
Socorreré en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
He solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos tengan en vida y en muerte como hermanos a todos los bienaventurados de la corte celestial.
Los que rezan Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.
La devoción al Santo rosario es una señal manifiesta de predestinación de gloria.
Oración a la Virgen del Rosario
Santa María, Madre Nuestra
que en cada misterio del santo rosario
nos brindas al Salvador.
Acudimos a ti necesitados.
Nos alegramos que desde la cruz
el Señor te halla encomendado la misión
de acercarnos a El y a su Iglesia
por la conversión y la penitencia.
Alentado por la confianza que nos inspiras
ponemos en tus manos maternales
nuestras preocupaciones y temores.
Pero, deseamos imitar tu fidelidad a Dios
aceptando con amor y humildad
todas las pruebas.
Madre Nuestra del Rosario
que tu presencia renueve nuestra vida,
alivie nuestro ser agobiado por
sufrimiento y la enfermedad,
sostenga nuestra docilidad a la gracia
y fortalezca nuestro Amor a los demás,
convirtiéndonos así en testigos del amor
del Padre que no vaciló, por tu intermedio,
en darnos a Jesús.
Amén.
JMRS