Internacional - Política
¿Por qué la presidencia de Perú está en crisis?
Por FRANKLIN BRICEÑO
LIMA (AP) — Pedro Castillo, el primer presidente de origen campesino de Perú, ha enfrentado varias crisis a lo largo de su gobierno, que inició apenas en julio de 2021. La más reciente se desencadenó tras revelarse que su nuevo primer ministro, Héctor Valer, el tercero en medio año de gestión, acumula denuncias por violencia doméstica, lo que muchos interpretan como falta de cuidado para escoger a sus funcionarios.
El descontento se ha extendido en su propia base, que anunció por primera vez protestas para el fin de semana exigiéndole modificar su gabinete con el que reemplazó a otro cuya primera ministra renunció criticando a Castillo de no ser contundente contra la corrupción que prometió combatir.
¿POR QUÉ RENUNCIÓ SU ANTERIOR PRIMERA MINISTRA?
Mirtha Vásquez, una abogada izquierdista activista por los derechos humanos y su segunda primera ministra, renunció el lunes en apoyo de su secretario del Interior, Avelino Guillén, quien dimitió un poco antes exasperado por no recibir respaldo de Castillo en su lucha contra la corrupción policial.
Guillén, un exfiscal que logró condenar en 2009 por corrupción y asesinato al expresidente Alberto Fujimori, reveló que buscó destituir al entonces jefe de la policía Javier Gallardo, quien buscaba jubilar a experimentados agentes y debilitar una unidad contra el narco y otra que ha capturado a políticos corruptos de todos los partidos, incluyendo expresidentes, gobernadores y alcaldes.
Al mismo tiempo, otro agente de la policía de alto rango que se jubiló hace poco denunció la última semana ante una comisión del Parlamento que los ascensos dentro de la policía estaban manchados por la corrupción tanto en los bajos como en los altos rangos, porque se solicitaba dinero. El exministro del Interior indicó que tras plantear a Castillo su decisión de jubilar al jefe policial, el mandatario lo eludió por dos semanas, por lo que entendió que no tenía apoyo presidencial. Luego de la renuncia de Guillén, Castillo jubiló al jefe policial Gallardo.
Carlos Jaico, el secretario presidencial, también renunció durante la semana. Guillén, Mirtha Vásquez y Jaico coinciden en que Castillo tiene un círculo de asesores que perjudican su desempeño.
Castillo apenas había salido de otra crisis a fines de 2021 en la que quedó bajo investigación fiscal por presunta corrupción porque una empresa ligada a una mujer que organizó una fiesta de cumpleaños para su hija menor, ganó una licitación para construir un puente.
El presidente también está bajo indagación fiscal por reunirse con un empresario que luego ganó un contrato para vender biodiesel a la petrolera estatal. La fiscalía indicó que, de acuerdo con la ley, continuará la investigación al finalizar el mandato de Castillo en 2026.
Bruno Pacheco, el antecesor de Carlos Jaico en el cargo de secretario presidencial, también está investigado por presunta corrupción. La fiscalía halló en su baño del palacio de gobierno unos 20,000 dólares cuyo origen está bajo escrutinio.
¿QUIENES SON LOS ASESORES DE CASTILLO?
No han dado declaraciones públicas y sus nombres son poco conocidos para los peruanos. La prensa local ha comenzado a nombrarlos. El exsecretario presidencial Carlos Jaico los ha calificado como “influencia nociva” para el mandatario que le han empujado a sucesivos errores.
Uno de ellos es Biberto Castillo, que no es familiar del mandatario, pero fue señalado el lunes en una interpelación ante el Parlamento por el entonces ministro de Energía, Eduardo González como el asesor que “gestionó” con insistencia la designación de un político sin experiencia técnica para dirigir la petrolera estatal.
Otro es Beder Camacho, que empezó como jefe de trámites en el palacio gubernamental y escaló hasta subsecretario de la presidencia. El secretario Jaico dijo que ordenó investigarlo por reunirse sin avisar con el jefe policial cuestionado por el ministro del Interior que renunció.
Carlos Jaico indicó a radio Exitosa que incluso Biberto Castillo estaba presente en reuniones donde se trataban temas de seguridad nacional. “Este tipo de malos manejos permiten que personas irresponsables tengan responsabilidades grandes”, dijo Jaico.
¿CUALES SON LAS CRITICAS A CASTILLO?
Desde el inicio de su gestión el 28 de julio, Castillo encendió la polémica al nombrar como primer ministro a Guido Bellido, un legislador ultraizquierdista poco conocido e ingeniero sin experiencia pública cuestionado por sus pasados comentarios homofóbicos y machistas en redes sociales.
Bellido amenazó con nacionalizar la extracción del yacimiento de gas más grande del país, que está en manos de un consorcio internacional liderado por Pluspetrol, en caso de que fracasen unas renegociaciones para otorgar más ingresos al estado. Duró dos meses en el cargo.
En medio de una crisis, Castillo contradijo a su primer ministro y anunció que su gestión respetaba las inversiones. El 6 de octubre pidió la renuncia de Bellido y lo remplazó por Mirtha Vásquez.
Héctor Béjar, excanciller de Castillo que renunció a 19 días de iniciado el gobierno por una polémica sobre el inicio del terrorismo en Perú, comentó que tenía la impresión de que “un grupo heterogéneo estaba en cargos altos” por ser familia de Castillo o militantes partidarios, pero no por méritos.
Eduardo Dargent, profesor de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica de Perú, resumió al diario El Comercio que el presidente Castillo muestra “una y otra vez la persistencia en el error...de nombrar a los amigos, a los conocidos, a los que se les debe favores”.
Castillo no otorgó ninguna entrevista durante los primeros cinco meses de su gestión. Cuando a fines de enero concedió tres, dijo entre otras cosas que estaba aprendiendo. Para “llegar a la Presidencia de la República no fui preparado”, comentó a la radio Exitosa. En otra entrevista con el semanario “Hildebrandt en sus Trece” dijo “no leo periódicos ni miro la televisión”.
¿EN QUÉ CONTEXTO OCURRE LA NUEVA CRISIS CONTRA CASTILLO?
La indignación ocurre durante el “peor desastre” ecológico que ha sufrido la capital en los últimos tiempos, según lo llamó el mismo gobierno, tras un derrame a mediados de enero en el Pacífico de 11,900 barriles de petróleo frente a una refinería de Repsol y en medio de una tercera ola de contagios por el nuevo coronavirus que ha provocado desde 2020 más de 206,000 muertos.
En medio del derrame que dejó sin empleo a miles de pescadores y comerciantes que trabajaban cerca de las 24 playas contaminadas, Castillo también cambió al ministro del Ambiente y nombró a Wilber Supo, un bachiller en geografía cuya única experiencia era el de profesor de una escuela local, como Castillo.
“Ha recogido lo peor que ha tenido”, dijo la legisladora Rosangela Barbarán, del partido Fuerza Popular que lidera Keiko Fujimori, derrotada por Castillo en los últimos comicios presidenciales y quien inventó un fraude electoral atribuido a Castillo que la fiscalía archivó por falta de pruebas.
Valer, el tercer primer ministro del gobierno de Castillo y acusado por golpear a su mujer e hija, fue criticado por legisladores de todas las tiendas políticas. Grupos de feministas, activistas ecologistas y por los derechos humanos también mostraron repudio al jefe del gabinete.
Empuñando un micrófono, Valer dijo en la víspera en las afueras del palacio presidencial que querían “liquidarlo” con las carátulas de la mayoría de diarios que destacaban las denuncias policiales por violencia familiar en su contra que datan de 2016.
Usando un lenguaje atiborrado de tecnicismos jurídicos dijo que jamás había agredido a su “querida esposa” y tampoco a su hija, entonces de 29 años. Sacó un manojo de papeles donde había impreso el rostro de la muchacha y dijo que su hija había escrito sobre él: “mi papi hermoso, te amo mucho”.
Sin acabar su primera semana de gestión, Valer chocó con el Parlamento. El jueves sugirió que en caso no le otorguen el voto de confianza para continuar sus funciones, los parlamentarios se estaban acercando a la posibilidad que el presidente disuelva el Legislativo, como ocurrió en 2019.
“Habrán perdido la primera bala de plata en el Congreso para luego el presidente utilizar la bala de oro que es la disolución del Congreso”, dijo el primer ministro. “Seré un hueso duro de roer”, añadió más temprano en declaraciones a radio Santa Rosa.
Incluso un ministro de su gabinete, Roberto Sánchez, de la cartera de Comercio Exterior, le recomendó renunciar. Valer fue al Parlamento y pidió ser atendido el sábado para que los legisladores decidan si apoyan o rechazan a su gabinete.
La presidenta del Parlamento, María Alva, le respondió a Valer que decidirán sin presiones la fecha en la que será recibido, también le exigió al presidente que aclare si quiere cerrar el Parlamento.
Castillo no ha dicho una sola palabra sobre el tema durante la semana más crítica de su gobierno.
“El crédito que se le ha dado a esta gestión está en cero”, dijo Ana Jara, una ex primera ministra entre 2014 y 2015. “Los pe
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