Internacional - Economía

Los riesgos económicos de la Eurozona tras las sanciones sin precedentes a Rusia

2022-03-02

Los precios del gas natural se dispararon un 20% después de que comenzó el ataque a...

Yurany Arciniegas | France 24

La guerra lanzada por el presidente ruso Vladimir Putin contra Ucrania y la feroz reacción financiera que ha desatado no solo empieza a causar estragos en la economía de Moscú sino en todo el planeta. Si bien antes del ataque las finanzas globales ya estaban bajo presión, ahora las repercusiones de las sanciones sacuden los mercados y surte efectos en la inflación, especialmente a partir de la industria energética.

La guerra de Rusia en Ucrania magnifica cada amenaza financiera que el mundo venía arrastrando tras los bloqueos por la pandemia.

Enfurecidos por la agresión de Putin, Estados Unidos y otras naciones occidentales han apuntado a Moscú con sanciones severas y sin precedentes para una economía de primer nivel. Han expulsado a los principales bancos rusos del sistema de pago internacional Swift, han limitado las exportaciones de alta tecnología a Rusia y han restringido drásticamente el uso que haga ese país de sus reservas en divisas.

Los expertos económicos señalan que al menos, por ahora y en términos generales, los efectos son relativamente leves, pero dependerá en gran medida de la prolongación del conflicto. Con su fuerte dependencia de la energía de Rusia, la economía de Europa ahora está especialmente en riesgo.

Los precios del gas natural se dispararon un 20% después de que comenzó el ataque a gran escala y ahora están aproximadamente seis veces más altos que a principios de 2021.

La crisis del precio del gas está alimentando una inflación más alta y facturas de servicios públicos también al alza. El resultado es que los hogares tienen menos dinero para gastar y han disminuido las esperanzas de un aumento en el gasto de los consumidores pese a que diversos países comienzan a vivir con menos restricciones por la pandemia de Covid-19.

“El lastre de los precios más altos y el efecto negativo de la confianza pueden reducir el crecimiento del PIB real en la eurozona del 4,3 % al 3,7 % para 2022”, aseguró Holger Schmieding, economista jefe del banco Berenberg.

El aumento de los precios de la gasolina ha causado lo que los economistas llaman "destrucción de la demanda" entre las empresas industriales, como los fabricantes de fertilizantes, que usan mucho gas y ahora han reducido la producción.

Por otro lado, los agricultores están pagando más por el funcionamiento de la maquinaria y la compra de fertilizantes. La economía de Alemania, que en el cuarto trimestre de 2021 se hundió un 0,7 %, se enfrentaría a una recesión técnica si se contrajera de nuevo en los tres primeros meses de 2022.

Tras la recesión pandémica, las empresas quedaron luchando por encontrar suficientes materias primas y componentes para producir bienes que satisfagan la creciente demanda de los clientes. Las fábricas, los puertos y los patios de carga abrumados han significado escasez, retrasos en los envíos y precios más altos. Ahora, las interrupciones en las industrias rusa y ucraniana podrían retrasar aún más el retorno a las condiciones normales del flujo económico.

Rusia y Ucrania juntas suministran el 13% del titanio del mundo, que se usa para fabricar aviones, y el 30% del paladio, empleado en la producción de automóviles, teléfonos celulares y empastes dentales, destaca Mark Zandi, economista de Moody's Analytics.

Moscú también es un importante productor de níquel, que se utiliza para producir acero y baterías para automóviles eléctricos.

“Es imposible que las cadenas de suministro se pongan al día”, resaltó Vanessa Miller, socia de Foley & Lardner LLP, organización especializada en cadenas de suministro.

La Eurozona observará un 6% de inflación, la más alta en dos décadas

Con los precios de la energía en alza debido a la guerra, la inflación superará el 6 % este mes de marzo, indican los analistas, e incluso el promedio anual completo superará el 5 %, más del doble del objetivo del 2 % trazado por el Banco Central Europeo (BCE).

En febrero, la inflación en los 19 países que comparten el euro se aceleró a 5,8% después del 5,1% en enero, la cifra más alta en las dos décadas del bloque, superando las expectativas de 5,4% y también confundiendo la proyección del BCE de una caída, según mostraron datos de Eurostat este 2 de marzo.

El mes pasado, los costos de la energía aumentaron un 32% e impulsaba ya una inflación mayor. Los precios de los alimentos no procesados ​​también aumentaron considerablemente, a un 6,1 %, lo que ha hecho que la inflación sea especialmente dolorosa para las familias de bajos ingresos.

Dado que las presiones sobre los precios se habían ido acumulando durante meses, era casi seguro que el BCE aceleraría su salida de la política 'ultra flexible', pero el conflicto ha trastornado esos planes, dejando incierto el panorama político.

"Si la estabilidad de precios lo requiere, el Consejo de Gobierno del BCE debe ajustar el rumbo de su política monetaria (…) Necesitamos mantener la vista puesta en la normalización de nuestra política monetaria", afirmó el presidente del Bundesbank, Joachim Nagel.

Aun así, los líderes políticos no han abandonado por completo sus llamados a una política más estricta, ya que las presiones de los precios ahora son amplias y no van simplemente en función de un aumento en los precios del petróleo.

Si bien es probable que la guerra impulse los precios por encima de todos los pronósticos este año, también será negativo tanto para el crecimiento como para la inflación a largo plazo.

Los altos costos de la energía minan el poder adquisitivo de los hogares, reducen los márgenes corporativos y pesan sobre la inversión. También es probable que afecten el precio de otros bienes y servicios, en particular los costos de los alimentos, ya que el gas natural es el mayor gasto en la producción de fertilizantes.

“Es de esperarse que el conflicto por el canal macroeconómico y el canal de confianza y sentimiento en los mercados termine impactando desde el punto de vista de mayor inflación y menor crecimiento económico”, subrayó Luis de Guindos, vicepresidente del BCE.

El lado más optimista sobre los efectos de las sanciones a Moscú

La invasión rusa de Ucrania tendrá inevitablemente un impacto negativo en el crecimiento económico europeo, pero no hundirá al bloque en una recesión total, destacan los analistas económicos.

“Yo creo que no vamos a llegar a una situación de recesión. Lo que vamos a tener es mayor inflación por más tiempo y, en segundo lugar, menor crecimiento económico”, agregó De Guindos.

“En realidad estamos en un territorio desconocido (…) Sabemos que hay consecuencias que no podemos predecir”, dijo por su parte Clay Lowery, vicepresidente ejecutivo del Instituto de Finanzas Internacionales, un grupo comercial de bancos globales.

Los expertos recuerdan que por importantes que sean como exportadores de energía, metales preciosos, trigo y otros productos básicos, los dos juntos, Rusia y Ucrania, representan menos del 2% del producto interno bruto mundial.

La mayoría de las principales economías solo tienen una exposición comercial limitada a Rusia: para EE. UU., es el 0,5% del comercio total. Para China, en torno al 2,4%.

Salvo una gran duración de la guerra, que no es imposible, “los efectos en EE. UU., China y la mayor parte del mundo emergente deberían ser limitados”, afirmó Adam Slater, economista principal de Oxford Economics, que prevé solo una caída del 0,2% en el PIB mundial este año.

En todo caso, Moscú es un proveedor de combustible de vital importancia en la Unión Europea, con una dependencia mayor de Alemania –una de las economías más fuertes del bloque– por lo que los efectos amenazan con infligir daños en todo el mundo.

Europa depende de Rusia para casi el 40% de su gas natural y el 25% de su petróleo. Es una probabilidad significativa de inflación vertiginosa, otro revés económico pospandemia.



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