Automotriz
Con pocos descuentos en el mercado, la opción es el financiamiento para la compra de autos
El Periódico de México
En los últimos años, especialmente desde la llegada de la pandemia, el mercado automotor estuvo marcado por muchos altibajos y varios obstáculos para sostener el stock necesario para cubrir la demanda. El encarecimiento general de los precios, junto con la incertidumbre al respecto de cuándo se normalizará la actividad de la industria automotriz, han llevado a que la venta de unidades en enero sea 3.7% menor a la registrada el año pasado y se posicione como el peor enero en 10 años.
Entre alguno de los factores se encuentra el hecho de que pocas personas cuentan con el dinero necesario para pagar de manera total un coche 0km, por lo que se vuelve esencial contar con algún mecanismo de financiación que permita ir pagando de manera gradual. Sucede que los tiempos han cambiado, y las ofertas disponibles ya no son las de antes. Actualmente no es fácil acceder a un crédito y, de hacerlo, sus condiciones no son las más favorables.
Años atrás, organismos del estado u otras entidades otorgaban préstamos para sus miembros en condiciones bastante favorables, como el caso del ISSSTE (Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores) que, hasta 2019 tenía en vigencia un acuerdo con diversas agencias automotrices para que sus clientes tuvieran descuentos que podían llegar hasta el 19% sobre el precio comercial.
¿Qué opciones ofrece el mercado para comprar un auto?
A pesar de la situación descrita, aún existen alternativas para comprar un vehículo si no se cuenta con todo el capital. Una de ellas es el crédito prendario. En este caso, el banco o entidad financiera otorga el dinero necesario para la compra del bien, y este “queda prendado” a favor de dicha entidad hasta que el crédito sea cancelado. De esa forma, el auto funciona como una garantía de pago, de manera que, en caso de incumplimiento, el banco puede retener el vehículo y cobrarse la deuda con lo obtenido. Durante la vigencia de este tipo de créditos suele exigirse que se contrate un seguro contra terceros que proteja al vehículo y no puede ser vendido hasta el pago total de la suma prestada.
Otra forma de contar con un coche de manera rápida es a través de los contratos de leasing: se trata de un mecanismo que se ha hecho bastante popular en los últimos años y suele ser descrito de manera simple como “contrato de alquiler con opción de compra”. En este caso, a diferencia del resto de los créditos, quien contrata el leasing no se convierte en dueño ni titular del automóvil. Desde que se firma el contrato, el arrendador (que suele ser una agencia de autos, por ejemplo) le concede el derecho de uso al tomador (el cliente) a cambio del pago de mensualidades por cierto tiempo.
Una vez que este período finaliza, el tomador puede optar por comprar el vehículo (en cuyo precio se contemplará el valor de las cuotas ya abonadas), devolverlo, o continuar con el contrato, pero con un modelo más nuevo. Solo en la primera de las opciones, el tomador se vuelve finalmente dueño del coche.
JMRS
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