Vox Populi
Sobre la revocación del mandato
A todos los miembros de la Iglesia en México.
Muy queridos hermanos y hermanas, los obispos de México les saludamos deseándoles la paz y todo bien en el Señor Jesús.
Como nos enseña la Palabra de Dios, el Catecismo y la Doctrina Social de la Iglesia, reconocemos que todos los bautizados, a la vez que somos ciudadanos del Reino de Dios y peregrinos hacia el cielo, somos también integrantes de la comunidad humana y, desde la fe, aceptamos nuestras obligaciones por el bien común y nuestro derecho-deber de participar en la vida política de nuestros pueblos (cf. Carta a Diogneto, 5, 5.10; 6,10).
Así, el Catecismo de la Iglesia advierte que: !Si bien la autoridad responde a un orden fijado por Dios, «la determinación del régimen y la designación de los gobernantes han de dejarse a la libre voluntad de los ciudadanos» (GS 74,3)”. Es por eso por lo que, en cada proceso electoral para elegir a nuestros gobernantes, los obispos de México siempre hemos exhortado a los católicos a expresar su voto acudiendo a las urnas, como un derecho-deber ciudadano y en coherencia con nuestra fe. En esta ocasión, las autoridades electorales nos invitan acudir a las urnas, con el fin de realizar un ejercicio inédito de participación ciudadana. Nos piden manifestar con nuestro voto si deseamos que termine ahora el mandato de nuestro Presidente de la República, C. Andrés Manuel López Obrador, o si, por el contrario, deseamos que continúe hasta terminar su sexenio en el 2024.
Siendo la primera vez que se realiza este ejercicio democrático, muchos han expresado su opinión sobre la responsabilidad que tenemos y el modo de participar en esta consulta. Al respecto, los obispos mexicanos les invitamos a discernir en ambiente de oración, delante de Dios, para que cada uno decida si ha de participar o no, y en caso de hacerlo, en qué sentido deberá emitir su voto. Se trata de una decisión de gran responsabilidad. Busquemos todos lo que más le conviene a México.
Damos gracias a Dios por la maduración democrática en México, que nos permite contar con el Instituto Nacional Electoral como árbitro responsable de cada proceso electivo, lo cual ha sido un gran logro y ejemplo de democracia reconocido por muchas naciones. Hagamos oración por quienes lo dirigen, lo mismo que por nuestros gobernantes (Cf. 1 Tim. 2, 2), quienes han de gobernar para todos, más allá de partidos políticos o intereses particulares, buscando siempre la unidad de la Nación, de cada Estado y Ciudad, y el bien de todos, especialmente de los más necesitados.
Los mexicanos somos un solo pueblo que ha de mantenerse unido (Cf. Jn. 17, 20-23), y todos los bautizados hemos de contribuir a esa unidad. Somos una raza, con su propia historia, sus valores y sus principios, de modo que no hemos de permitir que nada ni nadie nos divida.
Sigamos orando por la paz en México, en Ucrania y en el mundo entero. Que nuestra Madre de Guadalupe interceda por la unidad de nuestro pueblo y por el desarrollo integral de todos los mexicanos.
aranza
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