Internacional - Política

Rodrigo Chaves aventaja a su rival y está encaminado a ser presidente de Costa Rica

2022-04-04

Chaves, de 60 años, llevaba una ventaja de casi seis puntos porcentuales a su oponente, el...

Por Anatoly Kurmanaev y David Bolaños | The New York Times

Rodrigo Chaves, un exfuncionario del Banco Mundial que prometió reformar el sistema político de la nación más estable de Centroamérica, está próximo a convertirse en el nuevo presidente de Costa Rica, según los resultados preliminares de las elecciones del domingo por la noche.

Chaves, de 60 años, llevaba una ventaja de casi seis puntos porcentuales a su oponente, el expresidente José María Figueres, después de que el 95 por ciento de los centros de votación reportaran sus resultados, indicaron las autoridades electorales del país unas dos horas después del cierre de las urnas.

Tiempo después, Figueres concedió la victoria, aunque se espera que los resultados finales se anuncien esta semana después de que los votos se certifiquen de manera manual.

Chaves regresó al país en 2019 después de radicar durante décadas en el extranjero, y pasó a ser un aspirante con posibilidades en solo unos meses al presentarse como un advenedizo inconformista, aprovechando con destreza el descontento popular con el sistema político tradicional latinoamericano.

Ha señalado a los partidos políticos tradicionales del país, a las grandes empresas y a los medios de comunicación. Y ha prometido sortear al Congreso y a otras instituciones democráticas a través de referéndums en lo que respecta a cuestiones políticas importantes.

Ambos candidatos se han visto perjudicados por escándalos, lo que contribuyó a que la primera vuelta de las elecciones, realizada en febrero, registrase la menor participación desde la década de 1940. Solo uno de cada cuatro electores inscritos votó por uno de los dos candidatos que se presentan el domingo, lo que ha fragmentado el sistema de partidos que ha mantenido a Costa Rica al margen de las convulsiones políticas de Centroamérica, pero que ha llegado a ser considerado por la mayoría de los ciudadanos como corrupto y alejado de los problemas cotidianos de la gente.

Chaves se vio envuelto en un escándalo de financiamiento de  campaña, y ha luchado por minimizar y tergiversar una investigación del Banco Mundial sobre acoso sexual en su contra. Figueres tuvo dificultades para librarse de las acusaciones de corrupción que se remontan a su primera presidencia en la década de 1990.

“Los costarricenses se están alejando de sus partidos políticos”, dijo James Bosworth, fundador de la consultora política Hxagon, centrada en América Latina. El país, dijo, “va a tener dificultades para resolver sus desafíos sin ese sistema político fuerte”.

Esos desafíos incluyen la financiación del gran sector público de Costa Rica así como los compromisos de gasto social del país, la reactivación tras la pandemia de su economía dependiente de los servicios y la protección de su prístino medio ambiente frente a los efectos del cambio climático.

Luego de obtener solo el 2 por ciento en agosto, Chaves subió en las encuestas el mes pasado, lo que refleja la desilusión del país con el Partido de Liberación Nacional de Figueres, el partido político más antiguo y grande de Costa Rica.

Para enfatizar su imagen de hombre común, Chaves repitió en la campaña que su padre fue guardaespaldas del padre de Figueres, José Figueres Ferrer, una figura que marcó al país y que construyó el mayor partido político de Costa Rica tras liderar la facción ganadora en la breve guerra civil del país en la década de 1940. Figueres dijo el viernes que el padre de Chaves “nunca” trabajó para su familia.

Chaves, de 60 años, regresó a Costa Rica después de 27 años en el Banco Mundial, donde ascendió al rango de director como representante principal del banco en Indonesia, una importante economía en desarrollo. Dejó el banco pocos días después de ser rebajado de su cargo por mala conducta tras una denuncia de acoso sexual presentada contra él por dos empleadas.

Le ha restado importancia a las acusaciones al alegar que los investigadores nunca probaron que hubiera habido acoso sexual, una afirmación refutada por el veredicto del tribunal interno del Banco Mundial en junio, emitido casi dos años después de que Chaves dejara el banco.

Las acusaciones no parecieron disuadir a los votantes.

Chaves comenzó a enfrentarse a las instituciones democráticas de Costa Rica incluso antes del anuncio de los resultados finales, lo que ha remecido las elecciones tradicionalmente cívicas del país.

El Tribunal Supremo de Elecciones de Costa Rica anunció en semanas recientes estar investigando los pagos irregulares que un grupo de empresarios aliados canalizó hacia su campaña. Chaves dijo antes de la votación del domingo que no sabía de la existencia de esos fondos.

Y el domingo, el mismo tribunal advirtió que un estratega de la campaña de Chaves intentó intimidar a los trabajadores electorales mediante la distribución de un mensaje masivo a través de WhatsApp que los amenazaba con ir a la cárcel.

Figueres había centrado su campaña en atacar la relativa falta de experiencia política de Chaves, que se limita a su periodo de seis meses como ministro de Hacienda del presidente saliente, Carlos Alvarado.

Pero Figueres fue incapaz de distanciarse de sus propias acusaciones de corrupción, relacionadas con los honorarios de consultoría que recibió de una empresa francesa de telecomunicaciones tras finalizar su primer mandato presidencial en 1998.

Figueres negó haber dado un trato preferente a la empresa durante su presidencia, y los fiscales que investigaron los pagos, que se produjeron entre 2000 y 2003, no presentaron cargos. Sin embargo, la decisión de Figueres de esperar los resultados de la investigación en Europa, donde vivía en ese momento, dejó una impresión duradera de mala conducta entre muchos costarricenses.

“Felicito a Rodrigo Chaves y le deseo lo mejor”, dijo Figueres a sus seguidores después de que se anunciaran los resultados iniciales.

Ambos candidatos se negaron a ser entrevistados para este artículo.

A pesar de que Chaves ha asegurado la victoria, dijeron algunos analistas, el apoyo endeble que tendrá en el Congreso, los sólidos tribunales autónomos del país y las finanzas públicas débiles harán que le resulte difícil cumplir su promesa de campaña de aumentar el gasto social para frenar el aumento de la desigualdad y el crimen.

Su partido tendrá solo 10 de los 57 escaños del Congreso de Costa Rica.

“Se va a producir un ciclo en el que la gente se desilusiona cada vez más con el sistema político”, opinó Bosworth, el analista. Chaves, aseguró, carece de una “plataforma popular capaz de satisfacer las expectativas”.



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