Testimonios
El beso de Judas y otras traiciones de la Historia
Mercedes Cerviño
* Desde el origen de los tiempos, reales, bíblicos o mitológicos, la traición aparece como una herramienta para conseguir una pasión personal, cualquiera que sea.
* Judas sigue siendo la estrella, el símbolo del traidor por antonomasia. Aunque la reciente aparición de su Testamento haya añadido la duda ¿traidor o héroe?.
* Hoy, en tiempos de ambigüedad moral, donde todo vale, la traición es reina de la sociedad.
Desde el origen de los tiempos, incluso en los mitológicos, la traición aparece como la herramienta capaz de cambiar el curso de la Historia. ¿Fue el "Beso de Judas" la mayor traición de la Historia? Los tiempos actuales son aún propicios para este comportamiento en teoría abyecto y hoy la traición es ya un modo de vida, algo que ni se ve con malos ojos.
TRAICIÓN: VIOLACIÓN DE LA CONFIANZA
Traición: Defraudar la confianza depositada. Violación de la fidelidad o lealtad. Delito que se comete contra la Patria o contra el Estado en servicio del enemigo alevosamente faltando a la lealtad. Así la define el Diccionario.
Un delito gravísimo que el mismo Dante situó en los últimos círculos del Infierno y cuyo pago era la muerte y el mayor de los desprecios. Sin embargo, el concepto de traición es algo ambiguo, y las razones para utilizarla muy variadas.
"Es una herramienta que se aplica para conseguir una pasión personal, ya sea de poder, económica, amorosa..", explica a Efe el escritor Pedro Pablo G. May, autor de "Las traiciones que hicieron historia", donde realiza un minucioso repaso por los grandes traidores -sin contar con la religión ni la mitología- a lo largo de la historia.
Sin embargo, está claro que Judas Iscariote, apóstol de Jesucristo, sigue siendo hoy, veintiún siglos después, el símbolo de la traición, algo que se cuestionó cuando en 2006 se anunció la autenticidad de su "evangelio", en el que se cuestionan las razones de su traición, pasando a convertirlo de traidor en mártir.
Uno de los casos más curiosos en la historia de la traición es la del griego Eróstroto, quien quemó el templo de Afrodita sólo para que su nombre fuera reconocido y pasara a la posteridad. Y así fue, de ahí que la enfermedad que supone seguir su estela, esto es, hacer una barbaridad para ser famoso, se conoce como "erostratismo".
Pocos recordaban al traidor griego Esfialtes, hasta que la superproduccción "300" lo llevó al estrellato cuando los espectadores vieron cómo el ejército de Esparta caía en la batalla de las Termópilas después de que Esfialtes ejerciera su traición ante el rey de los persas.
TRAIDORES TRAICIONADOS
Cada época de la historia es rica en traidores, pero "es difícil juzgar las traiciones de poder en algunos momentos, ya que casi todos los que han ocupado el poder, en algún momento, han traicionado a alguien para obtenerlo", apunta G. May.
Es el caso de Julio César, considerado víctima de una de las traiciones más populares de la historia, con frase incluida: "¡Bruto. Tú también hijo mío!". Si bien es cierta su muerte a traición, también es verdad que en su ascenso al poder había traicionado a otros.
O Napoleón, durante un tiempo considerado un traidor por haberse alzado contra los últimos retazos de los principios revolucionarios para construir un imperio. Hoy, siglos más tarde, nadie se fija en ese detalle, sino que destaca su figura como gran estratega, militar y emperador.
Las revoluciones hispanoamericanas estuvieron cuajadas de traiciones, como la que acabó con la vida del líder de la revolución mexicana Emiliano Zapata, arrinconado en la hacienda de un general que le hizo creer que su guardia iba a rendirle armas cuando realmente se convirtió en su pelotón de ejecución.
Entre los grandes traidores políticos figura el Mariscal Pétain, líder de la lucha del ejército francés contra los nazis, a quienes había vencido en algunas batallas.
Cuando la Francia recién ocupada por Alemania dejó el país en manos de Pétain, para sorpresa de todos, el general puso Francia en manos de los nazis, dividiendo así la nación en dos: la colaboracionista y la que luchaba por la resistencia.
Otro ejemplo de la ambigüedad política de la traición es la de Francisco Franco, general traidor a la República española primero, héroe de guerra y generalísimo durante los 40 años siguientes y, desde entonces dictador político.
UNA SOCIEDAD DISEÑADA PARA LA TRAICIÓN
Todas las épocas son ricas en traidores, pero G. May tiene claro que la sociedad actual es la más proclive a la traición ya que "hoy no existen traidores individualizados. La traición se ha convertido en conspiración".
Y lo explica: "No vivimos en una sociedad individualista y por tanto un solo individuo no tiene la capacidad de traicionar a toda una comunidad, por eso debe aliarse con otros para hacerlo, y ahí es donde nace la conspiración".
El ejemplo más claro es la crisis financiera actual. "No hay una sola entidad financiera culpable y por eso quedará impune", explica el escritor, para quien el hecho de que la traición reine en el siglo XXI se debe a la "ambigüedad moral" dominante.
"Antes -admite- había una moral natural respetada históricamente por las civilizaciones, pero hoy vivimos bajo el lema de que todo se puede justificar y los conceptos de lealtad y fidelidad no se usan".
aranza