Internacional - Política
Reino Unido y el mundo se preparan para dar el último adiós a la reina Isabel
Por Michael Holden y Kate Holton
LONDRES, (Reuters) - Los dirigentes británicos y los miembros de la realeza de todo el mundo darán el lunes el último adiós a la reina Isabel II en un funeral de Estado de incomparable pompa.
A las 6:30 de la mañana (0530 GMT) finalizó el periodo oficial de velatorio tras cuatro días en los que cientos de miles de personas hicieron cola para pasar ante el féretro de la monarca más longeva de Reino Unido en el histórico Westminster Hall de Londres.
Los asistentes, como muchos en todo el mundo, incluido el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habían querido rendir homenaje a la mujer de 96 años, que ha pasado siete décadas en el trono británico
"Fueron afortunados de haberla tenido durante 70 años", dijo Biden. "Todos lo fuimos".
Poco antes de las 11 de la mañana, el féretro de roble, cubierto con la bandera del Estandarte Real y con la Corona Imperial de Estado en la parte superior, será colocado en un armón de artillería y remolcado por personal naval a la Abadía de Westminster para su funeral.
Entre los 2,000 asistentes habrá unos 500 dirigentes mundiales, desde el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el emperador Naruhito de Japón al presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, y Mark Brown, primer ministro de las Islas Cook.
También asistirán los bisnietos de la reina, el príncipe Jorge, de 9 años, y la princesa Carlota, de 7, los dos hijos mayores del ahora heredero al trono, el príncipe Guillermo.
"Durante los últimos 10 días, mi esposa y yo nos hemos sentido profundamente conmovidos por los numerosos mensajes de condolencia y permiso que hemos recibido de este país y de todo el mundo", dijo Carlos III, hijo de Isabel II y nuevo rey, en un comunicado.
"En un momento en que todos nos preparamos para dar nuestro último adiós, quería simplemente aprovechar esta oportunidad para dar las gracias a todas esas innumerables personas que han sido un apoyo y un consuelo para mi familia y para mí en este momento de dolor".
Isabel murió el 8 de septiembre en su casa de verano escocesa, el castillo de Balmoral.
Su salud había empeorado y, durante meses, la monarca, que había participado en cientos de compromisos oficiales hasta bien entrados los 90 años, se había retirado de la vida pública, aunque sólo dos días antes de su muerte había nombrado a Liz Truss su decimoquinta y última primera ministra.
INVENCIBLE
Su longevidad fue tal que incluso su propia familia se mostró sorprendida por su fallecimiento.
"Todos pensábamos que era invencible", dijo el príncipe Guillermo a sus admiradores.
Isabel II, la cuadragésima soberana de un linaje que se remonta a 1066, llegó al trono en 1952, siendo la primera monarca postimperial de Reino Unido.
Estuvo al frente de la nación mientras trataba de hacerse con un nuevo lugar en el mundo y fue decisiva en el surgimiento de la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth), que ahora agrupa a 56 países.
Cuando sucedió a su padre Jorge VI, Winston Churchill era su primer ministro y Josef Stalin dirigía la Unión Soviética. Conoció a grandes figuras de la política, el mundo del espectáculo y el deporte, como Nelson Mandela, el papa Juan Pablo II, The Beatles, Marilyn Monroe, Pelé y Roger Federer.
A pesar de medir 1,63 metros, dominaba las estancias con su presencia y se convirtió en una figura mundial de primer orden, elogiada en su muerte desde París y Washington a Moscú y Pekín. Se guardó luto nacional en Brasil, Jordania y Cuba, países con los que tenía pocos vínculos directos.
Los jefes de transporte dijeron que se espera un millón de personas en el centro de Londres para el funeral y la policía dice que será la mayor operación de seguridad jamás realizada en la capital.
Personas de camino a Londres dieron diversas razones para estar allí, que van desde el sentido de participar en la historia, expresar el orgullo nacional y honrar a una mujer que ha liderado a Reino Unido a través de tantos cambios durante décadas.
Alistair Campbell Binnings, de 64 años, dijo que salió de su casa en Norfolk a medianoche para dirigirse a Londres.
Añadió que no había estado antes en una boda real o en un funeral, pero que se sentía obligado a estar en la capital para el funeral.
"Esto es algo extraordinario. Solo vendríamos por la reina. Sentimos que teníamos que estar aquí. Ella siempre estuvo cuando la necesitábamos en tiempos de crisis".
El rey Carlos III, sus hermanos e hijos, los príncipes Guillermo y Enrique, y otros miembros de la familia Windsor, caminarán lentamente detrás del féretro mientras sea trasladada en un armón de artillería a la Abadía de Westminster, dirigidos por unos 200 gaiteros y tamborileros.
La campana tenor de la Abadía -sitio de coronaciones, bodas y entierros de reyes y reinas ingleses y posteriormente británicos durante casi 1,000 años- tocará 96 veces.
"Aquí, donde la reina Isabel se casó y fue coronada, nos reunimos desde toda la nación, desde la Mancomunidad y desde las naciones del mundo, para llorar nuestra pérdida, para recordar su larga vida de servicio desinteresado", dirá David Hoyle, decano de Westminster.
Además de los dignatarios, la congregación incluirá a los galardonados con las más altas medallas militares y civiles de Reino Unido por su valentía, a representantes de organizaciones benéficas apoyadas por la reina y a aquellos que hicieron "contribuciones extraordinarias" para hacer frente a la pandemia del COVID-19.
DOS MINUTOS DE SILENCIO
Se espera que decenas de millones de personas, tanto en Reino Unido como en el extranjero, vean el funeral de la monarca, algo que nunca antes se había televisado. Terminará con el toque de corneta "Last Post" ("Ultimo puesto", en español) ante la iglesia y la nación guardará silencio durante dos minutos.
Después, el féretro será llevado por el centro de Londres, pasando por la casa de la reina en el Palacio de Buckingham, al Arco de Wellington en Hyde Park Corner y la monarca y la familia real volverán a seguirlo a pie durante la procesión de 2,4 kilómetros.
Desde allí, se colocará en un coche fúnebre para ser conducido al Castillo de Windsor, al oeste de Londres, para un servicio en la Capilla de San Jorge. La ceremonia concluirá con la extracción de la corona, el orbe y el cetro —símbolos del poder del monarca— del féretro y su colocación en el altar.
El Lord Chambelán, el más alto responsable de la casa real, romperá su "Varita de Oficio", que significa el fin de su servicio a la soberana, y la colocará sobre el ataúd.
A continuación, se bajará a la bóveda real en un momento en que el gaitero real toca un lamento, alejándose lentamente a que la música de la capilla se desvanezca gradualmente.
Más tarde, en una ceremonia familiar privada, el féretro de Isabel y el de su marido durante más de siete décadas, el príncipe Felipe, fallecido el año pasado a los 99 años, serán enterrados juntos en la capilla conmemorativa del rey Jorge VI, donde también descansan sus padres y su hermana, la princesa Margarita.
"Estamos muy contentos de que hayas vuelto con el abuelo. Adiós querida abuelita, ha sido el honor de nuestras vidas haber sido tus nietas y estamos muy orgullosas de ti", dijeron las nietas princesas Beatriz y Eugenia.
Jamileth
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