Internacional - Economía
Los estados de la Unión Europea aparcan dos textos energéticos hasta que avance el tope al gas
Bruselas, (EFE).- Los países de la Unión Europea (UE) han alcanzado este jueves un acuerdo político sobre dos normativas de solidaridad energética y despliegue de renovables, pero han evitado adoptarlas formalmente hasta que no se avance en la discusión sobre el tope al precio de las compras de gas.
La Presidencia del Consejo que ostenta la República Checa convocará un nuevo consejo extraordinario de Energía -el quinto del semestre- probablemente el próximo 13 de diciembre.
La idea es seguir trabajando en el mecanismo propuesto por la Comisión Europea para limitar las subidas extremas de precios en el mercado gasístico de futuros TTF.
Así lo ha explicado el ministro de Industria de República Checa, Jozef Síkela, en una rueda de prensa, en la que ha apuntado que "no serán necesarias más negociaciones" sobre los reglamentos de compras conjuntas y aceleración de permisos de proyectos renovables, pero "su adopción formal irá de la mano de un acuerdo político" sobre el tope al gas.
“No estamos abriendo el champán todavía, pero hemos metido la botella en el frigorífico”, ha explicado Síkela en una comparecencia en la que también ha participado la comisaria de Energía, Kadri Simson.
La responsable de Energía del Ejecutivo comunitario ha defendido, pese a las críticas, el diseño planteado por Bruselas y ha recordado que responde a un "mandato muy concreto" de los jefes de Estado y de Gobierno.
Estos pidieron que el tope al gas tuviera en cuenta cuestiones que no afectaran a la seguridad de suministro, las políticas de ahorro energético o los flujos de gas dentro del bloque, ha recordado.
Los ministros de Energía de los Veintisiete llegaban al consejo celebrado hoy en Bruselas muy divididos en torno a ese mecanismo diseñado por la Comisión Europea, que frenaría los precios en el mercado TTF de Ámsterdam si se superaba durante 14 días el umbral de los 275 euros el megavatio-hora y además se dispersaba más de 58 euros respecto a otras plazas internacionales.
Esas cláusulas, planteadas para disipar las dudas de Alemania y Países Bajos suponen que, de haber estado en vigor, el tope al gas no se habría activado ni durante el pasado mes de agosto, cuando el precio del gas marcó un máximo histórico en la UE.
La mayoría de países que exige un tope al gas se había mostrado muy crítico con ese diseño, especialmente España, que había calificado la propuesta como "una tomadura de pelo" y "una broma pesada", en palabras de la vicepresidenta Teresa Ribera.
La también ministra para la Transición Ecológica criticó tanto el diseño como el precio y las condiciones del mecanismo que ha puesto sobre la mesa la Comisión Europea.
Junto con España, también expresaron sus críticas a la propuesta países como Polonia, Italia, Malta o Grecia, este último poniendo incluso sobre la mesa un rango menor para el tope de precios (entre 150 y 200 euros MWh) como opción más "realista".
Ni siquiera La Haya apreciaba la propuesta comunitaria, pues Holanda entiende que podría generar riesgos de suministro y problemas de liquidez en los mercados, dijo el titular neerlandés, Rob Jetten, a su llegada al consejo de ministros de Energía.
De ahí que muchos países entendieran que no se podían separar los textos sobre solidaridad energética y aceleración de los permisos para el despliegue de renovables, sin grandes escollos políticos, del mecanismo para topar el gas y hayan decidido desplazar la adopción de todas esas normativas a una nueva cita ministerial el 13 de diciembre.
Será justo antes de que los jefes de Estado y de Gobierno se reúnan en un Consejo Europeo el 15 y 16 de diciembre, en vísperas también de que los ministros de Energía se vuelvan a encontrar en Bruselas el 19 de diciembre, esta vez en un consejo de carácter ordinario.
De cara a este encuentro, y preguntado por la posibilidad de sacar adelante el tope al gas con una mayoría cualificada en la que no participen Berlín o La Haya, el ministro checo ha respondido que no contempla un escenario en el que los Veintisiete no lleguen a una solución consensuada porque "simplemente hay demasiado en juego".
También se ha declarado "optimista" Ribera, aunque ha reconocido que será necesario un trabajo "muy intenso" en la capital europea para que en la cita del día 13 de diciembre pueda llegar a la mesa de los ministros un "texto limpio" que pueda ser "respaldado" por los Estados miembros.
Jamileth
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