Miscelánea Humana

Los trastornos de ansiedad están infradiagnosticados e infratratados

2022-12-26

Para empezar, el USPSTF cita investigaciones que muestran que la prevalencia de por vida de los...

Leana S. Wen | The Washington Post

Hace unos meses, el influyente Grupo Especial de Servicios Preventivos de Estados Unidos (USPSTF, por su sigla en inglés) emitió un proyecto de directrices en el que recomendó que todos los adultos menores de 65 años debían ser examinados para detectar posibles trastornos de ansiedad. También recomendó evaluaciones para niños y adolescentes entre ocho a 18 años.

Esta es la primera vez que este grupo nacional de expertos ha agregado la ansiedad a la lista de afecciones que los médicos deben examinar de forma rutinaria.

Cuando escuché por primera vez sobre las recomendaciones, no quedé convencida. Después de todo, hay muchas cosas que los proveedores de atención médica deberían preguntarles a los pacientes pero que quizás no puedan hacerlo por falta de tiempo, como aspectos relacionados con la seguridad alimentaria, el acceso a una vivienda segura y la asistencia escolar de los niños y niñas. ¿Cumple el trastorno de ansiedad con el alto estándar requerido para ser incluido en una visita médica ya de por sí bastante comprimida?

Tras leer la evidencia detrás del proyecto de directrices, creo que el USPSTF está en lo correcto al llamar la atención sobre este problema infradetectado e infratratado.

Para empezar, el USPSTF cita investigaciones que muestran que la prevalencia de por vida de los trastornos de ansiedad es del 26% para los hombres y 40% para las mujeres. Esa es una proporción significativa del pueblo estadounidense que sufrirá afecciones de salud mental clasificadas como trastornos de ansiedad en algún momento de sus vidas.

Es importante diferenciar la sensación de ansiedad o nerviosismo del diagnóstico médico de trastorno de ansiedad. La ansiedad es una reacción normal a las situaciones estresantes que todo el mundo experimenta. Los trastornos se caracterizan por una ansiedad excesiva que interfiere con la capacidad de alguien para trabajar, socializar o simplemente desenvolverse en la sociedad.

Algunos pacientes con trastorno de ansiedad experimentan una sensación persistente de pesimismo. Otros experimentan ataques de pánico. Muchos de ellos tienen problemas para dormir y pueden llegar a desarrollar síntomas físicos como dolores de cabeza, dolor abdominal y fatiga crónica.

Existe un fuerte vínculo entre los trastornos de ansiedad y la depresión. Un estudio publicado en The Journal of Clinical Psychiatry reveló que las personas con trastornos depresivos tienen 67% de probabilidades de tener también un trastorno de ansiedad.

La detección de un trastorno de ansiedad puede ser útil para encontrar otras afecciones tratables. Los mismos trastornos de ansiedad pueden ser tratados eficazmente con medicamentos, psicoterapia o una combinación de ambos. El tratamiento permite que muchas personas retomen el control de sus vidas.

El USPSTF no le está solicitando a los médicos que examinen a los pacientes en busca de trastornos de ansiedad en todas las visitas. La recomendación más bien es que los proveedores evalúen a los pacientes que no hayan sido examinados antes y que luego utilicen su mejor juicio clínico para saber cuándo volver a hacerlo. Esta es una petición razonable, especialmente porque las evaluaciones podrían tener la forma de un cuestionario para completar en casa o en una sala de espera antes de ver un médico.

Creo que es una buena práctica que cada paciente reciba al menos una evaluación y que luego los médicos consideren de nuevo los trastornos de ansiedad si se presentan situaciones de vida particularmente estresantes, como el desempleo o la muerte de un familiar. Los proveedores de atención médica también deben considerar la posibilidad de que el trastorno de ansiedad se manifieste como otros síntomas físicos.

En última instancia, el valor del cambio en las directrices del USPSTF es crear conciencia sobre la alta prevalencia del trastorno de ansiedad. Esta condición de salud mental común y tratable debe gestionarse con el mismo nivel de cuidado y compasión que cualquier otro diagnóstico de salud. Eso significa que las personas deben ser conscientes y notificar los síntomas a sus médicos o médicas, y que estos deben ser mucho más proactivos en la búsqueda de señales de ellos en sus pacientes.
 



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