Internacional - Economía
Las protestas vuelven a tomar Francia, pero Macron no cede
Por JOHN LEICESTER y OLEG CETINIC
PARÍS (AP) — Los manifestantes interrumpieron el tráfico de vehículos en el principal aeropuerto de París y la policía lanzó gases lacrimógenos en otras ciudades francesas durante una nueva ronda de huelgas y protestas en todo el país el jueves contra el plan del presidente Emmanuel Macron de elevar la edad de jubilación.
Las conversaciones entre los líderes sindicales y la primera ministra Elisabeth Borne se interrumpieron el miércoles sin avances, preparando el escenario para el regreso de los manifestantes a las calles.
Sin embargo, el número de manifestantes ha disminuido, particularmente en el sector del transporte, desde el inicio del movimiento en enero. El jueves, el metro de París operaba casi de forma normal, en marcado contraste con los días de acción anteriores, una señal de que algunos en el movimiento están comenzando a menguar. Menos del 8% de los docentes están en huelga, según el Ministerio de Educación. Sin embargo, la importante refinería de TotalEnergies en Gonfreville-l’Orcher permanecía cerrada.
Khadija Philip, una manifestante en París, aseguró que no se “rendirán hasta no se hayan tomado el tiempo de escucharnos y reconsiderar su decisión”. El representante sindical Sylvain Challan Belval afirmó que el gobierno de Macron simplemente está apostando al tiempo con la esperanza de que el movimiento de protesta “se apague”.
En Lyon, la policía disparó gases lacrimógenos —para muchos una nueva normalidad en Francia— a fin de dispersar a una multitud frente a una cafetería Nespresso que estaba siendo saqueada.
El Ministerio del Interior desplegó el jueves unos 11,500 policías en todo el país, incluidos 4,200 en París, para tratar de evitar más enfrentamientos y vandalismo.
En París, cazadores de ratas arrojaron cadáveres de roedores al Ayuntamiento el miércoles en una de las ilustraciones más memorables de cómo los planes de Macron para elevar la edad de jubilación de 62 a 64 años han avivado la furia de los trabajadores. La emisora BFMTV mostró a trabajadores con trajes protectores blancos arrojando a los cadáveres.
Diez rondas previas de huelgas y protestas en todo el país desde enero no lograron que Macron cambiara de rumbo, y no había señales de su gobierno de que la undécima ronda de agitación del jueves lo hiciera retroceder.
Multitudes en su mayoría pacíficas marcharon detrás de las banderas y pancartas de colores de los sindicatos en Marsella en la costa mediterránea, Burdeos en el suroeste, Lyon en el sureste y otras ciudades. En París, los huelguistas volvieron a cerrar la Torre Eiffel.
En el aeropuerto Charles de Gaulle de París, unos 100 manifestantes bloquearon una carretera que conduce a la Terminal 1 el jueves por la mañana y entraron al edificio de la terminal, dijo el operador del aeropuerto. Informó que los vuelos no se vieron afectados, pero los viajeros tenían que abrirse camino entre los manifestantes que ondeaban banderas.
Jamileth
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