Internacional - Economía
Europa en la encrucijada: luchar por el ambiente y temor a que eso perjudique la economía
Por SAMUEL PETREQUIN
BRUSELAS (AP) — Desde hace años, la Unión Europea ha estado en la vanguardia de la lucha contra el cambio climático y por la protección de la naturaleza. Sin embargo, ahora sufre presiones internas para poner una pausa en las campañas ambientales por temor a que perjudiquen la economía.
Ante las elecciones al Parlamento Europeo en 2024, algunos gobernantes y legisladores temen provocar la oposición de los trabajadores y votantes con nuevas leyes y medidas restrictivas vinculantes, y exhortan al bloque de 27 naciones a apretar el freno.
Desde que Ursula von der Leyen tomó el timón de la poderosa Comisión Europea en 2019, las políticas ambientales encabezan la agenda de la UE. Los países miembros han respaldado los planes para alcanzar la neutralidad climática en 2050 y han aprobado una amplia gama de medidas, desde bajar el consumo de energía hasta la reducción de emisiones de los transportes y la reforma del sistema de intercambio de gases de invernadero.
Sin embargo, en los últimos meses han aparecido grietas en lo que parecía un frente unido europeo contra el cambio climático.
La primera señal apareció este año, cuando Alemania —la primera economía del bloque— demoró un acuerdo para prohibir los nuevos motores de combustión interna para 2035, en medio de divisiones ideológicas en el gobierno alemán.
En marzo se llegó a un acuerdo, pero semanas después, Francia —la segunda potencia del bloque— provocó una controversia al pedir una pausa en las regulaciones ambientales.
Semanas atrás, al presentar un proyecto de ley sobre la industria verde, el presidente francés Emmanuel Macron dijo que la UE debía aplicar las normas vigentes antes de aprobar otras nuevas.
“Hemos aprobado muchas reglamentaciones en el nivel europeo, más que nuestros vecinos”, declaró. “Ahora debemos ejecutarlas, no aprobar reglas, porque de otro modo perderemos a todos los jugadores”.
Lo que preocupa a Macron en particular es una nueva ley de energía limpia de Estados Unidos que beneficia a los vehículos eléctricos y otros productos fabricados en Norteamérica y podría significar una competencia desleal con las empresas europeas. Aunque los europeos y sus socios estadounidenses tratan de resolver los retos planteados por la ley norteamericana, el argumento básico de Macron es que la pausa en las restricciones ambientales ayudaría a las empresas europeas a seguir produciendo en su terreno a pesar de la competencia de países como China, cuyos estándares ambientales son más bajos.
A su vez, el primer ministro belga, Alexander De Croo, pidió esta semana una moratoria en la aprobación de leyes europeas que apuntan a la conservación de la naturaleza, lo que abrió una grieta en la coalición gobernante en la que participan los verdes.
La ley propuesta por el ejecutivo de la UE apunta a abarcar para 2030 al menos el 20% del territorio y las zonas marítimas de la UE con medidas de restauración de la naturaleza, “y al final, para 2050, extenderlas a todos los ecosistemas que necesiten restauración”, afirmó la comisión.
JMRS
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