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Djokovic, de París al cielo
Luis Miguel Pascual
París, (EFE).- El serbio Novak Djokovic ascendió al escalón más alto que ningún otro hombre había subido en la historia del tenis al sumar su vigésimo tercer grande y lo hizo en Roland Garros, el escenario de sus más sonoras frustraciones.
"No es una coincidencia haber ganado el 23 Grand Slam aquí en París. Este torneo ha sido siempre para mí el más duro de ganar", admitió el serbio tras derrotar en la final al noruego Casper Ruud por 7-6(1), 6-3 y 7-5.
Con esa victoria, el de Belgrado recupera también el número 1 del mundo que el pasado 15 de mayo le arrebató el español Carlos Alcaraz.
Tras haber empatado a grandes con el español Rafael Nadal en el pasado Abierto de Australia, Djokovic se situó por vez primera en cabeza de esa clasificación, en la que el mallorquín había superado al suizo Roger Federer con su victoria en el Abierto de Australia de 2022.
"Muchas felicidades por este increíble logro, Novak Djokovic. 23 es un número que hace unos años era imposible de pensar, ¡y lo has conseguido! ¡Disfrútalo con tu familia y equipo!", escribió en Twitter el español, que por una lesión no podo afrontar el asalto de su decimoquinto Roland Garros.
Sin el mallorquín, el camino se despejó para el serbio, sobre todos después de superar en semifinales al español Carlos Alcaraz, número 1 del mundo, que víctima de una crisis de calambres solo pudo rivalizar dos sets.
Para muchos, el español era el gran favorito para alzarse con el torneo, por la extraordinaria temporada de tierra que había completado, lo que permitió a Djokovic estar algo a la sombra del español y, sobre todo, aumentar su motivación.
"Cuando le dijeron que contra Alcaraz no tenía ninguna opción, aceleró el doble", afirmó su entrenador, Goran Ivanisevic.
El tenista reconoció que su superioridad mental en partidos a cinco sets en estos torneos jugó a su favor frente a rivales como el español.
Ruud, que jugaba su segunda final consecutiva en Roland Garros y la tercera de su carrera, solo aguantó el primer set, antes de sucumbir al nivel del serbio, que se convierte a sus 36 años en el ganador más veterano del torneo, desbancando también en eso a Nadal, y el único hombre que ha ganado los cuatro grandes al menos tres veces.
El serbio, que también tiene el récord de Masters 1,000, 38, ha entrado en una nueva fase de su carrera en la que quiere dar prioridad a los Grand Slam en detrimento de otros torneos.
Encadena 21 triunfos consecutivos en torneos mayores, donde no pierde desde los cuartos del año pasado en Roland Garros contra Nadal, el único que le ha ganado en estos duelos en lo que va de década junto con el ruso Daniil Medvedev, que le derrotó en la final del Abierto de Estados Unidos de 2021.
Entonces, Djokovic apuntaba a sumar el cuarto Grand Slam de aquel año y conseguir otra gesta histórica, pero su brazo se encogió. El fantasma de aquel accidente de Nueva York pudo pesar sobre su séptima final en París, pero Ruud no dio ningún argumento para alimentarlo.
Fiel a su condición de terrícola, el jugador que más partidos sobre arcilla ha ganado esta década, se atrincheró al fondo de la pista, donde aguantó el fortín durante una hora y 20 minutos, pero cuando el serbio elevó el nivel no pudo seguir su estela.
Arrodillado sobre la tierra batida, con las manos en la cara por la emoción, el serbio recibió el aplauso de una grada que no le guarda en gran estima pero que dejó de lado desencuentros del pasado.
Antes de acudir a felicitar a su equipo, a abrazar a sus hijos, levantó los brazos al cielo quizá en busca de nuevos retos.
Con 23 grandes iguala con la estadonidense Serena Williams y se queda a uno de la australiana Margaret Court.
A la espera de que Nadal cumpla su intención de regresar el año próximo a seguir ampliando su palmarés, el serbio agranda su leyenda.
Pero avisó de que "esto no ha terminado" y que mantiene la motivación para seguir ganando Grand Slams, que serán su principal incentivo para los próximos años.
Jamileth