La satisfacción por las buenas relaciones bilaterales entre el Brasil y la Santa Sede, la colaboración armónica entre la Iglesia y el Estado y la lucha contra la pobreza y las desigualdades destacan entre los temas tratados.

 

En un ambiente de gran simpatía y amistad visto que se conocen desde hace años. Así se celebró, a las 14:30 de este miércoles 21 de junio, la audiencia entre el Santo Padre Francisco y el Presidente de la República Federativa de Brasil, Luiz Inázio Lula da Silva, en el estudio adyacente al Aula Pablo VI.

Posteriormente, de acuerdo con una nota de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, se ha reunido con Monseñor Edgar Peña Parra, Sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado.

"Durante las cordiales conversaciones, añade el comunicado, se expresó satisfacción por las buenas relaciones entre Brasil y la Santa Sede, subrayando la buena cooperación entre la Iglesia y el Estado con vistas a promover los valores morales y el bien común".

Finalmente, concluye la información, "hubo un positivo intercambio de puntos de vista sobre la situación sociopolítica en la región y se trataron algunos temas de interés común, como la promoción de la paz y la reconciliación, la lucha contra la pobreza y la desigualdad, el respeto a los pueblos indígenas y la protección del medio ambiente".

En el intercambio de dones, el Santo Padre entregó al Presidente Lula el Mensaje por la Paz de este año; el Documento sobre la Fraternidad Humana; el libro sobre la Statio Orbis del 27 de marzo de 2020, editado por LEV; y el bajorrelieve en bronce "La paz es una flor frágil". 

Por su parte, el mandatario brasileño obsequió al Obispo de Roma el grabado del artista pernambucano J.F. Borges.

La primera dama, Janja Lula, regaló al Papa una estatua de Nuestra Señora de Nazaret de Belém.