Del Dicho al Hecho
Los países árabes no quieren asumir responsabilidad: Gaza
Kersten Knipp | DW
El ministro jordano de Asuntos Exteriores, Aiman Safadi, ha hecho una declaración muy dura: la guerra que Israel libra contra Hamás en la Franja de Gaza es una "agresión flagrante" contra la población civil palestina y amenaza con desestabilizar todo Cercano Oriente. Al impedir el suministro de alimentos, medicinas y combustible, Israel está cometiendo "crímenes de guerra", declaró Safadi. Su país se considera prooccidental dentro de la región e incluso mantiene relaciones oficiales con Israel desde mediados de los años 90, aunque en un clima político bastante frío.
El ministro no dejó dudas de que la relación es, actualmente, peor de lo habitual: "Todos tenemos que señalar en voz alta y claramente la catástrofe que la guerra israelí significa, no sólo para la Franja de Gaza, sino para toda la región", afirmó Safadi en el llamado Diálogo de Manama del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Bahréin.
Con foco en el sufrimiento de los palestinos
Las palabras de Safadi dejan claro que incluso los Estados árabes que han reconocido diplomáticamente a Israel se están distanciando actualmente de la respuesta militar de ese país al ataque terrorista perpetrado allí por la organización terrorista Hamas del 7 de octubre. El hecho de que Hamás esté clasificado como organización terrorista en Alemania, la Unión Europea, Estados Unidos y otros países apenas juega un papel en este momento. Lo que es más importante es la solidaridad que muchos ciudadanos de los países árabes sienten por los palestinos en la Franja de Gaza, especialmente en vista del elevado y creciente número de muertes allí desde el comienzo de la respuesta militar israelí.
En particular los Estados árabes no han demostrado, hasta ahora, la voluntad de participar en la construcción de un nuevo orden político cuando llegue el fin del conflicto en la Franja de Gaza, algo que todavía no es previsible. El ministro Safadi enfatizó que los Estados árabes no estaban dispuestos a dejar que Israel se saliera con la suya y luego limpiara el "desorden" causado. Los representantes de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Arabia Saudita expresaron opiniones similares.
"No ser visto como un enemigo"
Esa reticencia tiene principalmente razones políticas. Por un lado, está la cuestión de la seguridad, y de si Israel realmente logrará destruir a Hamás y volverlo inofensivo. Safadi no lo cree. "Simplemente no entiendo cómo se puede lograr este objetivo", citó la agencia de prensa alemana DPA en Manama: "Hamás es una idea" y una idea no se puede erradicar con bombas, según el ministro jordano.
Asumir en el futuro responsabilidades políticas, e incluso militares, en la Franja de Gaza, donde podrían persistir las estructuras de Hamás o, al menos, la simpatía popular por la organización terrorista, pondría a Jordania en una situación extremadamente delicada, incluida la posible acusación de "complicidad", lo cual es peligroso en términos de política interior.
Por ello, Safadi no considera que el futuro político de la franja costera sea responsabilidad jordana o árabe: "Permítanme dejarlo muy claro. Ninguna tropa árabe irá a Gaza. Ninguna. No seremos vistos como el enemigo".
Postura ambivalente
Según Nicolas Fromm, politólogo de la Universidad Helmut Schmidt, de Hamburgo, el hecho de que el ministro jordano de Asuntos Exteriores manifieste sus reservas no es una coincidencia. "Jordania ya tiene un tratado de paz con Israel desde hace mucho tiempo. Los dos países llevan décadas colaborando en muchos aspectos. Por eso el reino jordano ha sido y sigue siendo muy criticado en algunas partes del mundo árabe", asegura Fromm.
Es probable que otros Estados árabes se encuentren en una situación similar, especialmente los del Golfo. Algunos de ellos, como los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, firmaron acuerdos de normalización de las relaciones con Israel hace apenas unos años. Otros, como Arabia Saudita, al menos mantuvieron buenas relaciones no oficiales con Israel hasta hace poco. Es probable que también ellos se encuentren ahora en una disyuntiva, ya que parte de la población se opone a esa postura.
"La cuestión palestina sigue desempeñando un papel importante en el mundo árabe y también tiene un gran potencial de movilización emocional y política", afirma Eckart Woertz, director del Instituto GIGA de Estudios de Oriente Medio, en Hamburgo. Los gobernantes no pueden, según Woertz, ignorar el estado de ánimo de la población.
Sin embargo, es probable que al menos algunos Estados del Golfo tengan una actitud bastante ambivalente hacia la guerra en Gaza, indica Woertz. Algunos Estados árabes tienen una "relación muy crítica" con Hamás: "Es una rama de la Hermanos Musulmanes, que está en Egipto, en Arabia Saudita, y es considerada una organización terrorista en los Emiratos", señala Woertz.
El desafío de la recuperación de Gaza
Por tanto, los gobiernos de estos países podrían estar, sin manifestarlo, bastante satisfechos si se neutralizara a Hamás en la Franja de Gaza o, si, por lo menos, se restringieran sus posibilidades de acción.
Otro desafío importante después del fin de la guerra será, probablemente, ayudar a la Franja de Gaza, que ya estaba económicamente empobrecida antes de que comenzara la guerra, a recuperarse. Es poco probable que la zona, que ha sido bloqueada repetidamente por Israel y Egipto durante años, pueda hacerlo por sí sola.
"Pero nadie -ni Israel, ni Estados Unidos, ni los Estados árabes, ni los líderes palestinos- quiere asumir la responsabilidad de esto", afirmó la revista The Economist, resumiendo los resultados de la reunión de diálogo en Manama.
aranza