Entre la Espada y la Pared
Ucrania 2024: dos años de guerra y 10 de anexión de Crimea
Por Frank Hofmann, Hanna Sokolova | DW
La gran mayoría de los ucranianos quiere seguir respondiendo militarmente a los ataques de Rusia. En 2024 tendría que redistribuirse la carga de la guerra.
La población de Ucrania quiere resistir a los agresores rusos en 2024, aunque sea más difícil: en el frente, los soldados llevan varios meses racionando la munición. Faltan suministros de los países de apoyo , sobre todo proyectiles de artillería. Muchos observadores han dado por fracasada la contraofensiva del ejército ucraniano contra los ocupantes rusos, que comenzó en junio de 2023. Las fuerzas armadas y la población civil de Ucrania están cansadas de la guerra.
El 58% quiere seguir luchando, incluso sin ayuda occidental
Y, sin embargo, según una encuesta del Instituto Internacional de Sociología de Kiev (KIIS), el 58% de los ucranianos encuestados afirma que los contraataques deben continuar, incluso si las más de 50 naciones que los apoyan, encabezadas por EU, dejaran de ayudar.
"Al mismo tiempo, uno de cada tres encuestados (32%) cree que es mejor cesar las hostilidades con la condición de que Occidente ofrezca garantías de seguridadrealmente serias, aunque la liberación de los territorios ocupados se retrase indefinidamente", revela el KIIS.
Guerra de guerrillas, si disminuye el apoyo
Así pues, una clara mayoría quiere seguir luchando por todos los medios contra los atacantes rusos, que disponen de un número superior de soldados, material de guerra y municiones.
En Kiev, en el centro de la plaza de la Independencia del Maidán, hay un lecho de plantas cubierto con cientos de pequeñas banderas amarillas y azules. Están dedicadas a los caídos de la guerra de agresión rusa. Natalia, de 25 años, se arrodilla y clava otra banderita con los colores nacionales ucranianos en el suelo cubierto de nieve. "Este es un recuerdo de dos de mis amigos. No pudieron salir de Mariupol. Un cohete alcanzó su casa y murieron quemados", dice. Natalia procede de la ciudad portuaria de Mariupol, en el sureste de Ucrania, ocupada por Rusia desde 2022. Desde allí huyó al extranjero. Regresó hace unos días. "Hace tiempo que quería volver", dice Natalia, "aquí puedo ser útil".
En Kiev se siente la guerra todos los días
"La gente parece triste. Y en las calles hay muchos menos que antes", agrega Natalia, quien concluye que es mejor que estar huyendo; en el extranjero se sentía indefensa.
Manifestantes en la plaza corean: "¡Dinero para el ejército!". Varias decenas de personas se reúnen cerca del ayuntamiento de Kiev. Ese día se aprobaba allí el presupuesto para el próximo año. Los manifestantes exigen que el dinero se gaste en el ejército y no en proyectos de infraestructuras como la reconstrucción de parques o la renovación de aceras. "Hola, estamos en guerra", reza el cartel de Ilya. "Las autoridades locales no están en guerra. Están metidas en política", dice a DW un joven de 26 años.
Desde hace semanas, la disputa política en el país vuelve a cobrar fuerza. La guerra de agresión rusa lo había ocultado durante mucho tiempo. El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, y el presidente, Volodimir Zelenski, en particular, ya estaban enfrentados desde antes de la invasión rusa.
En otra protesta, familiares de soldados exigen la desmovilización de los que llevan más de un año en servicio. Entre los manifestantes se encuentra Alina Strashko, esposa de un soldado. "Mi marido entró en el servicio militar al principio de la invasión a gran escala", cuenta esta joven de 18 años. Como muchos voluntarios, pensaba que le sustituirían al cabo de un tiempo. Pero ahora lleva casi dos años combatiendo. "Unas vacaciones no bastan para recuperarse de todo lo que han vivido en el frente", dice Alina. Y los medios de comunicación ucranianos informan que los militares exigen la movilización de 500,000 nuevos soldados.
Piden relevo de combatientes en el frente
La presión sobre el Presidente Zelenskyi para que releve a los combatientes de larga duración está aumentando. Vasylyna Duman, que lleva recogiendo donaciones para las unidades de primera línea desde el comienzo de la guerra en Ucrania en 2014, también lo ha observado. "Las personas que llevan dos años combatiendo merecen salir del frente", afirma esta cooperante de 37 años, en entrevista con DW. "Necesitan saber que las terribles condiciones en las que viven terminarán algún día. Pero la posibilidad de desmovilización depende de una nueva movilización de nuevos reclutas".
Oleh, de 38 años, médico en el ejército, dice algo parecido: no está desmotivado, "pero me siento cansado". Le gustaría ser "desmovilizado", dice a DW. "Al mismo tiempo, me doy cuenta de que eso no ocurrirá porque no hay nadie que nos sustituya". Tras casi dos años de guerra, se ha propagado por todo el país una inercia, aunque no en el frente. Ucrania se enfrenta en 2024 a intensos debates sobre cómo repartir la carga de esta guerra entre muchos más hombros tras dos años de la destructiva invasión rusa.
aranza
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