Del Dicho al Hecho
¿La guerra de Gaza causará la retirada de Estados Unidos de Irak?
Por Cathrin Schaer,| Emad Hassan | DW
Después del mortal ataque estadounidense contra el comandante de una milicia proiraní en Irak y en el contexto de la guerra de Gaza, Bagdad presiona para que se retiren las tropas estadounidenses.
El primer ministro iraquí, Mohamed Shia al Sudani, habló con determinación: Irak quiere una retirada negociada, rápida y ordenada de las fuerzas lideradas por Estados Unidos de su territorio. Su presencia tiene un efecto desestabilizador y podría conducir a una expansión de la guerra entre Israel y Hamás, más allá de las fronteras de la Franja de Gaza, dijo.
"Necesitamos reorganizar las relaciones, para que la presencia estadounidense no pueda servir como justificación para que ninguna parte, dentro o fuera de Irak, manipule la estabilidad en Irak y la región", declaró Sudani a Reuters.
Por el contrario, según informes de la agencia de noticias, el mayor general de las Fuerzas Aéreas estadounidenses, Patrick Ryder, había declarado anteriormente de manera demostrativa que no sabía nada de "ningún plan" sobre una retirada estadounidense.
Más de 100 ataques contra tropas estadounidenses
Al Sudani se refirió a los más de 100 ataques contra bases estadounidenses en Irak y Siria, desde el inicio de la guerra en Gaza. A menudo se considera responsables de ello a las milicias apoyadas por Irán, que operan bajo el lema "Resistencia islámica en Irak".
Son parte de una red multinacional proiraní que, además de las milicias hutíes en Yemen, también incluye al Hezbolá libanés, clasificada como organización terrorista por muchos países occidentales y otros. La alianza se describe a sí misma como el "Eje de la Resistencia".
Presencia reducida significativamente
El número de soldados estadounidenses ha bajado drásticamente de los 130,000 durante la invasión estadounidense a Irak, en 2003. Sin embargo, siguen estacionados unos 2,500 soldados estadounidenses en Irak. La mayoría forma parte de la Coalición Internacional que lucha contra la organización terrorista "Estado Islámico" (EI).
Hasta hace poco, Estados Unidos había reaccionado con cautela ante los ataques contra sus tropas e instalaciones. Sin embargo, un ataque con misiles en Bagdad la semana pasada mató, entre otros, al comandante Mushtaq Jawad Kazim al Jawari (alias "Abu Taqua"), un alto miembro de la milicia Harakat al Nujaba, respaldada por Irán. Estados Unidos lo justificó como un ataque de represalia.
Al Sudani y miembros del Gobierno iraquí que, entre otros, cuentan con el apoyo de fuerzas proiraníes, criticaron el ataque como una "escalada peligrosa", una obvia violación de la soberanía iraquí.
Reiteradas peticiones de retiro de tropas
Observadores veteranos de la situación en Irak saben que periódicamente se anuncia la expulsión de las fuerzas estadounidenses del país. Sin embargo, el conflicto en la Franja de Gaza, en el que Estados Unidos es percibido, en gran medida, como un partidario de Israel en el mundo árabe, ha dado un nuevo impulso a esta exigencia. Y el asesinato del comandante de la milicia a principios de enero la puso aún más de relieve.
Muchos iraquíes debaten sobre la presencia estadounidense, no sólo por la controvertida invasión de 2003, sino también porque se considera a Estados Unidos como uno de los dos países con enorme influencia en Irak.
"Algunos iraquíes apoyan a Estados Unidos, otros a Irán", así describe la situación en su país de origen el experiodista de televisión y político Abu Firas al Hamdani, que vive en Países Bajos. "Así como algunos exigen que Estados Unidos se vaya, otros exigen que Irán se vaya. Luego, hay otros iraquíes, cuyo objetivo es la independencia iraquí de ambos Estados", explica.
Gobierno iraquí con poca influencia
"El debate sobre la presencia estadounidense se ha alejado de la discusión sobre la misión anti-EI", dice Sajad Jiyad, miembro de la Century Foundation y autor de un nuevo libro sobre política y religión chiítas, "God's Man in Iraq" o "El hombre de Dios en Irak”. Irak ya no necesita tanto apoyo como en el pasado, cuando había que luchar contra el llamado "Estado Islámico" (EI), que entonces estaba ganando fuerza, afirma Jiyad: "Los iraquíes hoy probablemente tienen suficientes capacidades para impedir que el EI inicie de nuevo una gran rebelión".
Sin embargo, la presencia estadounidense también ofrece ventajas militares a Bagdad, afirma Jiyad: entrenamiento militar, logística, reconocimiento, apoyo con operaciones de fuerzas especiales, acceso a información y equipo militar estadounidense de alta calidad.
Estados Unidos, por su parte, ve a Irak como un lugar desde el que puede contrarrestar la influencia iraní, afirma Jiyad. Y las bases estadounidenses también se consideran problemáticas, porque el Gobierno iraquí tiene tan poco control sobre ellas como sobre los grupos militantes apoyados por Irán.
¿Decisión pospuesta por ahora?
Sin embargo, Estados Unidos ha dejado claro en repetidas ocasiones que quiere permanecer en Irak, porque la situación allí y en la región podría empeorar si se retiraran por completo, según Jiyad.
En su opinión, el Gobierno estadounidense podría entonces decidir, en el peor de los casos, no ver a Irak como un aliado sino, por el contrario, posiblemente como un aliado de Irán. Esto podría generar problemas, afirma Jiyad, como la amenaza de sanciones, la posible retención de miles de millones de dólares en reservas de divisas extranjeras en EE. UU. y el fin de la cooperación militar.
Políticos y activistas proiraníes, dentro y fuera de Irak, piden cada vez más que se expulse a los estadounidenses, por su apoyo a Israel en el conflicto en Gaza. No obstante, esto es poco probable, coinciden los expertos entrevistados por DW.
En Bagdag, hay oficialmente un comité especial con el objetivo de poner fin a la presencia estadounidense a largo plazo. Pero estos comités también se consideran una táctica utilizada en la política iraquí para evitar o retrasar decisiones críticas.
De hecho, en su entrevista con Reuters, el primer ministro iraquí no fijó ningún plazo para la retirada de Estados Unidos. Sin embargo, una nueva escalada, como el asesinato de más comandantes de milicias proiraníes, en represalia por nuevos ataques antiestadounidenses, también podría aumentar de nuevo la presión sobre el primer ministro al Sudani.
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