Internacional - Economía
El patriotismo impulsa los 'legos' chinos
Shantou (Cantón, China), 1 feb (EFE).- Los fabricantes chinos de juguetes han sido acusados durante años de no respetar la propiedad intelectual a la hora de diseñar sus piezas, pero varias compañías dedicadas al sector de los bloques de construcción, o 'Legos chinos', han decidido centrarse en las licencias nacionales para destacar en este competitivo mercado.
Los populares ladrillos de la juguetera danesa empezaron a fabricarse en 1949, pero sus últimas patentes expiraron en 1978, lo que permitió a cientos de compañías fabricar legalmente sus propios productos con la sombra del plagio en cuanto a los diseños.
Pero el auge del gigante asiático en campos como el militar, el aeroespacial o el dedicado al contenido audiovisual ha permitido a muchos de los otrora denominados 'clones' de Lego hacerse un nombre por su cuenta aprovechando el creciente sentimiento patriótico en el país y sin tener que plagiar a la competencia.
"Historias chinas con corazón"
"Nuestra compañía se ha centrado en contar historias chinas con corazón a lo largo de los años y en utilizar bloques de construcción para hacer realidad el gran proyecto de grandes sueños en un mundo pequeño", declaran a EFE desde la empresa Sembo Building Blocks, una de las muchas que ladrillo a ladrillo construye su imperio en la ciudad meridional de Shantou, sede de más de 50,000 jugueteras.
De entre las cuatro series de productos de la compañía, destaca la de Qiangguo Xiongfeng, o 'La grandeza de una nación poderosa', cuyo objetivo es el de utilizar bloques de construcción para "popularizar el conocimiento de países poderosos y armas importantes".
Sembo, fundada en 2013, confirmó que para su serie de temática militar y de aviación, "la más vendida", trabajaron con las IP (propiedad intelectual) del Ejército chino con el fin de "contar bien la historia de la marca".
De entre los productos inspirados en diseños de cazas, tanques y vehículos, los "más populares" son los modelos de los tres portaaviones que posee China: el Liaoning, el Shandong, y el más reciente, botado en 2022, el Fujian.
Estrategia patriótica
A la temática militar se suma la aeroespacial, con maquetas de los cohetes Larga Marcha, la estación espacial Tiangong o, dentro de la ficción, modelos de la taquillera franquicia cinematográfica 'La Tierra Errante', licencia que consiguieron en dos meses para sumarle contenido patriótico a su catálogo.
"Sembo tiene cero denuncias en lo relativo a licencias según los datos públicos", asegura a EFE el abogado ecuatoriano Luis Felipe Borja, con años de experiencia en IP dentro del gigante asiático.
El letrado afirma que aún hay mucho camino que recorrer en este ámbito en China, pero juzga positivos "un mayor control de aduanas", "el desarrollo e incentivo para tecnologías antipiratería" y "la solidaridad entre plataformas de venta", que se ven obligadas a retirar conjuntamente un producto sentenciado como 'ilegal'.
"El problema es que muchas empresas consideran que copiar debería ser considerado un honor, porque refleja el reconocimiento al trabajo bien hecho", asegura Borja sobre las compañías chinas, y agrega que las internacionales a veces ven estas prácticas "como una buena campaña de márketing para sus productos".
Licencias con orgullo
"Nuestros productos más exitosos son los militares y los de la cultura china", declara a EFE otra juguetera, Xiangjun, mientras muestra en exposición modelos de una famosa franquicia de vehículos humanoides y afirma que en pocos meses sacarán productos de otra ambientada en un mundo mágico, estandarte de Lego.
"En Hong Kong hay empresas especializadas en venta de licencias para el territorio chino", argumenta Borja como posible explicación para esta situación, un proceso de negociación que suele durar mínimo medio año.
Este procedimiento afloró sobre todo a raíz del caso Lepin, otrora considerada como la 'Lego china' y que copiaba hasta el diseño y tipografía del logotipo de la firma danesa: terminó en los juzgados, tuvo que cerrar y su dueño acabó en prisión.
Esto explica el mural que lucen en la entrada las oficinas de Sembo, donde destacan "con orgullo" todos los acuerdos y licencias que tienen para dejar atrás la mala fama que persigue desde el pasado al sector.
El nombre chino de Lego, Legao, incluye el carácter de felicidad, un sentimiento que para la empresa danesa no casa con diseños de armas y vehículos militares realistas dentro de los productos que ofrece en el mercado.
Una política que junto con el creciente sentimiento patriótico en el gigante asiático le ha diseñado el plan de negocios legal perfecto a estas jugueteras de bloques de construcción.
aranza
Notas Relacionadas
- El FMI se niega a opinar de los planes proteccionistas de Trump: es pronto para especular
- La Unión Europea trabajará con el Gobierno de Trump pero reaccionará coordinada en caso de conflictos comerciales
- El G20 manifiesta su preocupación por las bajas perspectivas de crecimiento mundial
- China aspira a forjar un Asia Pacífico verde y digital
- Por qué el dólar sigue fortaleciéndose