Agropecuaria

Macron, forzado a anular su gran debate con los agricultores ante el rechazo del sector

2024-02-23

Muy poco después, algunas organizaciones, como Coordinación Rural, que hoy...

 

París, 23 feb (EFE).- El presidente francés, Emmanuel Macron, se vio forzado hoy a retirar su invitación a celebrar un debate con los representantes del mundo agrícola, lanzada en un intento de calmar las aguas frente al repunte del descontento, debido al rechazo absoluto del sector, que además amenaza con redoblar sus protestas.

"El Salón Internacional de la Agricultura es un acontecimiento importante para nuestros agricultores y para la nación. Todo el mundo debe respetarlo. Los sindicatos agrícolas querían que este salón no fuera 'un salón más'. Querían un 'debate' abierto. Ahora piden que se cancele. Tomo nota", dijo Macron en la red social X este viernes.

El debate debía realizarse este sábado, justo después de que Macron, como es tradicional por parte de los presidentes cada año, abriera la edición 2024 del Salón Internacional de la Agricultura, la feria más grande del mundo para todos los públicos dedicada al sector agrícola, que se celebra cada año en el recinto ferial parisino de Puerta de Versalles.

Al Salón se llegaba este año en un contexto "particular", habían reconocido fuentes del Elíseo este jueves, debido a las protestas del campo que no solo se han dado en Francia en los últimos meses, sino también en otros puntos de Europa.

Por ello el Gobierno francés, que hasta ahora había logrado apaciguar los ánimos con anuncios de baterías de medidas, buscaba aprovechar esta feria para tender puentes y calmar las aguas en un momento de repunte de las protestas.

También era una oportunidad para tratar de desactivar los posibles abucheos y quejas que pudiera recibir el presidente por parte del público, ya que tradicionalmente se trata de un evento muy reivindicativo.

La estrategia ofrecida por Emmanuel Macron fue la celebración de un debate con representantes de todos los ámbitos del mundo agrario, que fuera lo más "abierto" y "franco" posible, según indicó el Elíseo, y con todos los temas sobre la mesa.

Pero todo su relato se torció cuando su equipo de comunicación indicó este jueves a los periodistas que entre los participantes estaría el grupo ecologista radical Les Soulèvements de la Terre (Los levantamientos de la Tierra), que ha llevado a cabo protestas violentas en el pasado.

Los sindicatos rechazaron de plano la invitación al debate en ese contexto y la insistencia posterior del Ejecutivo en aclarar que se había tratado de un error de comunicación no sirvió para convencerlos.

De hecho, dos manifestaciones de tractores, organizadas por las dos principales organizaciones agrarias, recorrieron hoy las calles de París en una demostración de fuerza.

Invitación a una reunión sin formato de debate

Pese al enorme traspiés estratégico, al anunciar la cancelación del debate, Macron invitó a todos los sindicatos agrícolas a reunirse con él antes de la inauguración oficial del evento.

"Estaré allí para inaugurarlo y reunirme con quien quiera hablar, como hago todos los años", afirmó en X.

Muy poco después, algunas organizaciones, como Coordinación Rural, que hoy había protagonizado protestas, anunciaron que aceptaban esta segunda invitación.

Y el presidente de la organización mayoritaria (FNSEA), Arnaud Rousseau, señaló en un mitin de agricultores en París que están "listos para continuar el diálogo" pero exigió que los productores "seamos respetados".

Rousseau advirtió a Macron de que "este salón no será como los otros", y que "antes de pasearse por los pabellones y de hacerse fotos, debe anunciar a los campesinos lo que esperan y reclaman desde hace semanas".

Este fiasco llega tres semanas después de que el Gobierno logró aplacar los ánimos de su sector agrícola el 1 de febrero, al anunciar una batería de medidas que respondía en parte a sus reclamaciones, como un mayor control de la ley Egalim sobre la cadena alimentaria, que garantiza a los agricultores precios de compra que cubran sus costos.

También una congelación del plan para reducir el uso de fitosanitarios, mientras se hace una nueva evaluación con los propios agricultores, o reiterar el no tajante francés a un tratado de libre comercio con Mercosur, así como una simplificación de muchas normas y procedimientos.

El Ejecutivo francés puso igualmente encima de la mesa cientos de millones de euros en ayudas para sectores en crisis (como el vinícola y los ganaderos afectados por la epizootía hemorrágica), y medidas para luchar contra el fraude de productos que se presentan como de origen francés pero que no lo son.



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