Internacional - Seguridad y Justicia

Estado Islámico de Jorasán, la mayor amenaza global del grupo yihadista

2024-03-25

Rusia se suma ahora a la lista, pese a que desde el Kremlin se ha intentado desviar el foco para...

 

MADRID, 25 Mar. (EUROPA PRESS) - Estado Islámico Provincia de Jorasán (ISKP), nombre oficial de la filial en Afganistán de la organización terrorista fundada por Abu Bakr al Baghdadi, surgió en 2015, en plena expansión del autoproclamado 'califato'. Una década después, se ha convertido para los expertos en la principal amenaza global de la red de filiales de Estado Islámico, como lo demostraría el atentado del viernes en un auditorio de las afueras de Moscú.

Jorasán hace alusión a una región histórica que, con las fronteras actuales, se reparte entre Irán, Afganistán y Pakistán, pero ya con Al Baghdadi al mando de Estado Islámico quedó claro que la ambición del 'califato' no entendía de límites territoriales. La expansión del grupo por Siria e Irak fue el ejemplo más evidente de este marco teórico.

A día de hoy, las estimaciones en cuánto a la cifra de combatientes al servicio del ISKP difieren --el International Centre for Counter-Terrorism (ICCT) habla de entre 4,000 y 6,000--, al igual que tampoco está claro quién está realmente al mando, ya que el anterior líder, Sanaulá Ghafari, murió en 2023 en una operación talibán.

El 'think tank' Instituto Washington advirtió la semana pasada en un informe de que toda la red terrorista de Estado Islámico había reivindicado en el último año más de 1.120 atentados con unas 4.770 víctimas --entre muertos y heridos--. El ISKP reivindicó 66, pero se mantuvo como la filial más letal, con 14 muertos o heridos por cada ataque.

En esta línea, el proyecto de recogida de datos sobre conflictos armados ACLED tiene registrados desde el año 2017 más de 140 incidentes vinculados al ISKP, en su mayoría en Afganistán y Pakistán, pero también en otros países como Austria, Irak, India o Irán. En este último país, más de 80 personas murieron asesinadas en Kerman durante las ceremonias por el cuarto aniversario de la muerte del general Qassem Soleimani, este pasado mes de enero.

Rusia se suma ahora a la lista, pese a que desde el Kremlin se ha intentado desviar el foco para insistir sin pruebas tangibles en la supuesta autoría ucraniana. La Embajada de Estados Unidos ya había avisado del riesgo de un atentado inminente y, de hecho, las fuerzas de seguridad rusas mataron este mismo mes a dos supuestos miembros del ISKP en Kaluga, al sur de Moscú.

COMPLOTS EN EL EXTRANJERO

El jefe del Mando Central de Estados Unidos, Michael Kurilla, avisó el año pasado de que el ISKP era perfectamente capaz de ejecutar "operaciones externas" contra objetivos occidentales en poco tiempo, tesis avalada por los 'think tanks' y los expertos independientes.

Para el Soufan Center, que vigila de cerca a estos grupos, "el ataque de Moscú es otra señal de que la rama afgana de Estado Islámico está reconstruyendo su capacidad de perpetrar operaciones externas y sigue siendo, quizás, la filial más potente en cuanto a su red global", mientras el Instituto Washington dice en su informe reciente que "los complots del ISKP deberían ser considerados la mayor amenaza global de la organización".

En el último año, la filial afgana de Estado Islámico planeó 21 conspiraciones o ataques en nueve países, frente a los ocho detectados en los doce meses previos. Entre 2018 y marzo de 2022, el Instituto Washington incluye en sus informes apenas tres planes del ISKP en el ámbito internacional, lo que demuestra a su juicio no sólo su capacidad expansiva sino también que Afganistán vuelve a ser fuente del terrorismo transnacional tras el retorno de los talibán al poder.



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