Internacional - Política
Estadounidenses coinciden en la mayoría de valores fundamentales
WASHINGTON (AP) — A pesar de la profunda polarización política del país, la mayoría de los estadounidenses comparten muchas de las convicciones básicas acerca de lo que significa ser estadounidense, según una nueva encuesta.
La encuesta de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research encontró que aproximadamente 9 de cada 10 adultos en Estados Unidos afirman que el derecho al voto, el derecho a la igualdad de protección ante la ley y el derecho a la privacidad son extremadamente o muy importantes para la identidad de Estados Unidos como nación. La encuesta también encontró que el 84% opina lo mismo acerca de la libertad de religión.
Los resultados, que incluyen perspectivas sobre varias libertades y derechos, presentan diferencias menores entre republicanos y demócratas, a excepción del derecho a llevar armas, que los republicanos tienden más a considerarlo como fundamental para la identidad nacional. Los resultados generales son sorprendentes, ya que se conocen en un contexto de partidismo extremo en que los acuerdos políticos parecen ser escasos y crece la preocupación por los actos de violencia que podrían generarse en un año de elecciones presidenciales tan inestable.
“Si reúnes a un grupo de personas comunes al azar una habitación, y los pones a platicar sobre temas específicos, coincidirán mucho más de lo que puedas imaginar”, indicó Michael Albertus, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Chicago.
Una evaluación más pesimista del país derivó de otro resultado: sólo aproximadamente 3 de cada 10 estadounidenses creen que la democracia del país esté funcionando bien. Cerca de la mitad dicen que Estados Unidos es una democracia que funciona mal, mientras que el 14% afirma que Estados Unidos no es una democracia.
La tensión entre el consenso generalizado sobre los valores fundamentales del país y el descontento por el desempeño de su forma de gobierno no es una sorpresa, según señalan expertos.
“En parte se debe a que nuestros gobernantes no reflejan al electorado y se comportan de una forma mucho más polarizada que éste”, afirmó Lilliana Mason, politóloga de la Universidad Johns Hopkins.
La mayoría de los estadounidenses “son bastante moderados, pero se han exaltado hasta el punto de odiar a la gente del otro partido por ser diferente a ellos cultural, racial y religiosamente”, señaló.
La encuesta de AP-NORC también encontró un amplio acuerdo sobre la importancia de algunos valores clave para la identidad de Estados Unidos como país. Alrededor de tres cuartas partes de los adultos estadounidenses están de acuerdo en que un gobierno elegido democráticamente es extremadamente o muy importante, y aproximadamente 8 de cada 10 piensan lo mismo sobre la capacidad de las personas que viven en Estados Unidos para conseguir buenos empleos y alcanzar el llamado “sueño americano”.
Pero lo que significa alcanzar ese sueño —y qué valores son los más fundamentales de la cultura estadounidense— no es algo en lo que todos los estadounidenses estén de acuerdo.
Los demócratas tienden más que los republicanos —71% frente a 38%— a creer que la posibilidad de venir a Estados Unidos desde otras partes del mundo para escapar de la violencia o encontrar oportunidades económicas es esencial para la identidad del país. La mayoría de los republicanos, el 58%, piensa que una cultura basada en valores y creencias cristianas es una característica esencial, frente a sólo el 18% de los demócratas.
Juan Sierra, de 51 años, un estadounidense naturalizado cuya familia emigró de República Dominicana después de que un huracán destruyera la empresa cementera de su padre, señaló que para él es muy importante que Estados Unidos sea visto como un lugar de oportunidades.
Este técnico industrial residente de Port St. Lucie, Florida, cree que la democracia funciona y seguirá haciéndolo “mientras haya gente buena en el gobierno”.
Sierra también afirmó que es sumamente importante que la gente tenga libertad religiosa, aunque le preocupa que la identidad de la nación esté ligada al cristianismo.
“Estamos viendo lo que ocurre ahora mismo cuando se aprueban leyes y se toman decisiones basadas en la religión de alguien”, dijo, citando la sentencia emitida en febrero por la Corte Suprema de Alabama, según la cual los embriones congelados pueden ser considerados niños y gozar de protección legal, una decisión que detuvo temporalmente los procedimientos de fecundación in vitro en el estado.
Susan Johnson, una republicana de 76 años que vive en los suburbios de Dallas, dijo que la posición de la nación como un faro para otros que necesitan refugio es muy importante, pero dijo que eso no podía estar por encima de las preocupaciones sobre la seguridad fronteriza.
“Necesitamos a gente que trabaje”, manifestó. “Sólo necesitamos que vengan por el camino correcto”.
Johnson también dijo que cree que es muy importante que la identidad de la nación se base en la espiritualidad.
“Sean o no mormones, musulmanes o cristianos, deben tener algún poder superior al que acudir”, dijo. “El país se va a desmoronar si no creemos en Dios”.
La encuesta encontró pocas divisiones sobre la democracia como sistema en teoría, pero identificó una brecha notable: los estadounidenses más jóvenes, de entre 18 y 29 años, eran menos propensos que los mayores de 60 a decir que Estados Unidos es una democracia que funciona bien. También son menos propensos que los estadounidenses de más edad a creer que algunas características son esenciales para la identidad de Estados Unidos como nación, como tener un gobierno elegido democráticamente. Aproximadamente 6 de cada 10 jóvenes consideran que esto es importante, frente a 9 de cada 10 adultos de más edad.
Palakjot Singh, un estudiante universitario de 21 años de Fresno, California, se identificó como republicano y dijo que tenía una mejor calidad de vida cuando Donald Trump era presidente. Dijo que Estados Unidos no es una democracia que funcione bien en parte porque la gente no está abierta a debatir diferentes puntos de vista en comparación con las generaciones anteriores.
“No hay una buena comunicación”, dijo. “Nadie se sienta con otros a tratar de llegar a un mismo punto”.
Howard Lavine, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Minnesota, dijo que la división generacional es comprensible. Muchas personas más jóvenes no recuerdan una época en la que aquellos con puntos de vista opuestos y de diferentes orígenes políticos pudieran reunirse y “venir a tu casa”. Su marco de referencia es el hiperpartidismo de los años de Trump, señaló.
Joe Lagle, de 55 años, veterano retirado de la Fuerza Aérea en Colorado Springs que dijo no haber votado ni por el presidente Joe Biden ni por Trump, comentó que los diversos derechos de la nación son “todos importantes”, pero cree que están siendo erosionados por la intolerancia y por personas bien intencionadas pero miopes.
Mike Maloy, ingeniero de 41 años residente en Greensboro, Carolina del Norte, dijo que tener esos derechos y libertades “no significa necesariamente que Estados Unidos sea una democracia funcional”.
“Todo está dirigido por un puñado de personas y sus corporaciones”, dijo. “Eso no es una democracia”.
Maloy, un demócrata, citó como ejemplo las primarias presidenciales de este año en Carolina del Norte, en las que Biden fue el único candidato en la papeleta. Lo calificó de “frustrante” y dijo que el resultado fue que los votantes “no tuvieron elección”.
aranza
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