Internacional - Política
Francia: antes de izquierda, ahora de ultraderecha
Lisa Louis / DW
Este domingo 7 de julio es la segunda vuelta de las parlamentarias francesas. La evidencia muestra que distritos que históricamente votaban por la izquierda ahora se pasan al otro extremo. ¿Por qué?
Durante la Segunda Guerra Mundial, el departamento de Cher fue uno de los núcleos de la resistencia. Francia estaba entonces parcialmente ocupada por los nazis, mientras que el resto del país estaba bajo el mandato del general Philippe Pétain, cuyo Gobierno de Vichy colaboraba con los alemanes. Durante décadas la zona fue dominada por la izquierda, con fuerte arraigo comunista.
Pese a ello, durante la primera vuelta de las parlamentarias galas de este año, los candidatos de la Agrupación Nacional, el partido de ultraderecha liderado por Marine Le Pen, obtuvieron los primeros lugares en los tres distritos de Cher.
A nivel nacional, el partido sacó más del 33 por ciento de los votos, quedando en primer lugar. La alianza de izquierda Nuevo Frente Popular quedó segunda, con el 28 por ciento de las preferencias. En un distante tercer puesto quedaron los centristas aliados del presidente Emmanuel Macron, quien convocó sorpresivamente a las elecciones anticipadas debido a la aplastante derrota de su partido en las europarlamentarias de junio.
Grandes temas: economía e inmigración
En uno de los distritos de Cher, el candidato de la Agrupación Nacional, Bastian Duenas, superó al segundo, un comunista, por más de 10 puntos. "Nuestro partido se preocupa más de los franceses", dice a DW el candidato, de 22 años, mientras se prepara para un mitin en una pequeña localidad llamada Mehun-sur-Yevre.
Duenas asegura que su partido compensará económicamente a la región, donde la tasa de desempleo supera el promedio nacional. "Tenemos medidas económicas, como devoluciones de impuestos, para animar a las empresas a instalarse en la zona. Eso hará que nuestra región vuelva a ser competitiva y se crearán nuevos puestos de trabajo", sostiene.
Pero para sus partidarios, otros asuntos parecen de mayor relavancia. "La Agrupación Nacional representa nuestros valores y quiere hacer grande a nuestro país otra vez", dice Herman Caquais, de 21 años. Jules Pelladoni, de 19, lo acompaña. "Quiero un futuro para la civilización francesa", dice Pelladoni a DW.
Pese a que su abuelo migró de Italia a Francia, Pelladoni dice que está en contra de la inmigración masiva. "Muchos inmigrantes se niegan a trabajar y no quieren adaptarse", sostiene.
Fuerte distancia con los partidos tradicionales
Veinte kilómetros al noroeste, en la aldea de Saint-Hilaire-de-Court, Genevieve de Brach alimenta a algunas de sus 110 cabezas de ganado. "Criar ganado era mi sueño de infancia, pero las cosas se han puesto difíciles con el aumento de los impuestos", dice a DW esta mujer de 64 años, madre de tres hijos y directora del sindicato local de agricultores.
Por primera vez en su vida, al igual que muchos votantes de la zona, De Brach está considerando votar por la ultraderecha en la segunda vuelta. "Ya no hay médicos en la zona. El Gobierno gasta mucho dinero en construir puentes en otros lugares, mientras nuestras carreteras están llenas de baches", afirma. "Siento que la élite política decide qué es bueno para nosotros, y nosotros tenemos que padecer esas decisiones", apunta.
El politólogo Vincent Martigny, académico de la Escuela Politécnica de París, cree que mucha gente en Francia comparte esa opinión. "La Agrupación Nacional atrae a quienes apenas se han beneficiado de la globalización, a quienes se sienten abandonados y han visto caer sus ingresos en las últimas décadas", dice a DW.
Al profesor de Historia del Derecho Pierre Allorant, de la Universidad de Orleans en Cher, no le sorprende que entre un quinto y un tercio de los jóvenes menores de 24 años haya votado a la ultraderecha. "La gente joven no sabe mucho sobre la Segunda Guerra Mundial, y apenas ha oído hablar del exlíder de la Agrupación Nacional, Jean-Marie Le Pen", explica.
Jean-Marie Le Pen, el padre de Marine Le Pen, fue condenado varias veces por decir cosas como que las cámaras de gas usadas para matar judíos en el Holocausto fueron un "detalle" de la historia. Su liderazgo alejaba a muchos de su partido. Su propia hija lo expulsó en 2015, en un intento por alejarse de esa imagen antisemita.
¿Se puede bloquear a la Agrupación Nacional?
La alcaldesa comunista de Vierzon, Corinne Ollivier, no cree que deba ponerse a la gente una contra otra. "Creo en el valor de la solidaridad", dice Ollivier, una extrabajadora ferroviaria. DW se reunió con ella mientras visitaba un jardín infantil que está siendo remodelado con fondos públicos, con un costo total de 1,6 millones de euros. "Cuando entregamos una infraestructura de tan alta calidad, esperamos que la gente entienda que nos preocupamos por ellos y nos brinde su respaldo", dice.
De hecho, los comunistas podrían salir victoriosos el domingo. En el distrito electoral de Vierzon, el candidato que quedó tercero se retiró para evitar dividir los votos de la izquierda y así tratar de impedir el triunfo de la ultraderecha. Esto se repitió en todo el país.
"Estas decisiones podrían impedir que la Agrupación Nacional obtenga la mayoría absoluta en el Parlamento, aunque las encuestas siguen diciendo que ese partido obtendrá el mayor número de escaños", dice Martigny. Pero quizás, algún día, esta estrategia deje de ser suficiente para impedir que la ultraderecha llegue al poder en Francia.
JMRS
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