Tras Bambalinas

¿Qué es Cisjordania y quién la controla?

2024-08-30

Los funcionarios de la Autoridad Palestina todavía administran algunas cuestiones locales:...

Por | The New York Times

Soldados israelíes atacaron dos ciudades palestinas el miércoles, según ellos con la intención de aplacar la militancia creciente en el norte de Cisjordania.

La violencia renovada ha puesto los reflectores en el territorio ocupado por los israelíes, en el que más de 600 palestinos han sido asesinados en enfrentamientos con fuerzas israelíes, de acuerdo con las Naciones Unidas, en paralelo con la devastadora guerra en la Franja de Gaza.

Esto es lo que necesitamos saber.

¿Qué es Cisjordania?

Aproximadamente tres millones de palestinos y 500,000 colonos israelíes viven en Cisjordania, un área en forma de riñón entre Israel y Jordania que ha sido campo de batalla entre israelíes y palestinos por décadas.

El territorio moderno emergió tras la guerra de 1948 que creó Israel; durante el conflicto, cientos de miles de palestinos huyeron o fueron expulsados de sus hogares, y muchos se refugiaron en Cisjordania. Jordania ocupó y luego se anexó el territorio después de la guerra.

En 1967, Israel ocupó Cisjordania y otros territorios en una guerra con los vecinos Estados árabes. Para los judíos religiosos, las sinuosas colinas y sitios antiguos del territorio eran el corazón de lo que consideraban una patria prometida por Dios.

Israel poco a poco comenzó a permitirles a sus propios ciudadanos construir asentamientos en Cisjordania y ampliarlos, impulsado por un sentido de nacionalismo y fervor religioso. Pero nunca se anexó formalmente el territorio por temor a las repercusiones diplomáticas en el exterior y a que esto pudiera terminar con la ansiada mayoría judía en casa.

Poco a poco, un sistema doble se desarrolló en Cisjordania. Ahí viven ciudadanos israelíes, que pueden votar en las elecciones israelíes y, en general, gozan de los mismos derechos y privilegios que sus compatriotas que viven dentro de la frontera del país reconocida internacionalmente.

En cambio, sus vecinos palestinos viven bajo el mando del ejército israelí. Nunca han tenido derecho a votar por el gobierno israelí, cuyas decisiones forjan su vida diaria.

¿No hubo un proceso de paz?

En los años noventa, los dirigentes palestinos suscribieron los Acuerdos de Oslo, que les otorgaron facultades para administrar algunas ciudades y poblados bajo la tutela de la Autoridad Palestina, de reciente creación. Esperaban que la Autoridad se convirtiera en la base para una Palestina soberana en el futuro.

Según los acuerdos, Cisjordania se dividió en tres zonas fragmentadas no muy bien definidas, en tanto ambas partes lograban concretar un acuerdo definitivo. En la zona más extensa, correspondiente al 60 por ciento de Cisjordania, Israel conservaría control directo. En los otros dos, los funcionarios palestinos tendrían distintos grados de autonomía.

Ese Estado futuro nunca se concretó, y ambas partes se culpan entre sí por no haber llegado a un acuerdo en las décadas siguientes.

Los líderes israelíes culparon a los funcionarios palestinos de rechazar ofertas de paz y lanzar la Segunda Intifada, un levantamiento en el que una serie de ataques suicidas provocaron la muerte de muchos ciudadanos israelíes en todo el país. La respuesta de Israel fue capturar de nuevo las principales ciudades palestinas de Cisjordania en batallas devastadoras con militantes.

Los dirigentes palestinos insisten en que Israel nunca se propuso en serio llegar a un acuerdo y subrayan que la mayoría de los políticos israelíes actuales se niegan por completo a darles un Estado independiente.

¿Quién la controla ahora?

En la práctica, el ejército israelí ejerce la mayoría del control de la seguridad sobre las ciudades palestinas y tiene la última palabra para decidir quién ingresa al territorio o sale de él. En general, si se sospecha que algunos palestinos participan en actos de violencia en contra de israelíes, se les juzga en tribunales militares israelíes. Puesto que no tienen alternativas totalmente soberanas, los palestinos le compran gran parte de su electricidad y agua a Israel.

Los funcionarios de la Autoridad Palestina todavía administran algunas cuestiones locales: la recolección de basura, la educación, los hospitales y las escuelas. También tienen sus propias fuerzas de seguridad locales, que se coordinan con sus homólogos israelíes, pero cuya autoridad es limitada.

Los palestinos argumentan que Israel conserva su dominio sobre Cisjordania, pero le ha dejado a la Autoridad la carga de proveerles servicios a los residentes palestinos del territorio. En el pasado, algunos aceptaban que esta situación era un paso necesario para convertirse en un Estado independiente, pero muchos dirigentes israelíes ahora rechazan la idea de permitirles en algún momento a los palestinos tener un Estado soberano.

¿Por qué ocurren los enfrentamientos ahí?

Los soldados israelíes se encuentran en Tulkarem y Yenín para resistir la creciente influencia de algunos grupos militantes palestinos, que se han vuelto cada vez más dominantes en el norte de Cisjordania. Según el ejército israelí, hubo alrededor de 150 ataques contra israelíes provenientes de esas dos áreas en el último año.

La menguante esperanza de ponerle un fin diplomático al gobierno de Israel ha disparado tremendamente la influencia de grupos como Hamás y la Yihad Islámica, que creen en un enfrentamiento armado sin conclusión contra Israel, el cual incluye ataques contra ciudadanos comunes y corrientes.

También han surgido nuevas milicias locales, integradas por palestinos jóvenes que ya perdieron la fe en un proceso de paz que ha languidecido por mucho tiempo y están convencidos de que la violencia es la única opción que les queda para defender su causa. Al mismo tiempo, el archienemigo regional de Israel, Irán, ha intentado surtirles armas más avanzadas a fin de incitar más agitación.

La Autoridad Palestina, cuyos líderes son muy impopulares entre el público palestino, ha colaborado estrechamente con las fuerzas de seguridad israelíes para aplicar medidas más estrictas a los militantes. Pero ese organismo cada vez más frágil ha visto debilitado su poder, en particular en el norte de Cisjordania, en lugares como los campamentos para refugiados de Tulkarem y Yenín.

Los militares israelíes a menudo afirman que preferirían que los agentes palestinos arrestaran a los militantes. Pero afirman que, mientras los grupos armados continúen planeando ataques sin control, los soldados israelíes seguirán atacando las ciudades para presionarlos.



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