Vox Dei

«El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres»

2024-09-28

Pero ellos no entendieron estas palabras, pues un velo les ocultaba su sentido y se las...

Evangelio, Lucas 9, 43-45

«Presten mucha atención a lo que les voy a decir»

En aquel tiempo, como todos comentaban, admirados, los prodigios que Jesús hacía, éste dijo a sus discípulos: “Presten mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres”.

Pero ellos no entendieron estas palabras, pues un velo les ocultaba su sentido y se las volvía incomprensibles. Y tenían miedo de preguntarle acerca de este asunto.

Reflexión

S.S. Francisco

«Jesús conoce el corazón del hombre como ninguno»

¿Por qué? Ésta es una pregunta que muy comúnmente nos viene a la mente ante aquello que no entendemos; ante aquello que nos gustaría ver más claro o que simplemente nos da curiosidad saber. Buscamos respuesta y si no la encontramos, dependiendo la importancia de la situación, la podemos dejar de lado.

Sin embargo, cuando nos encontramos ante situaciones en donde se tocan aspectos profundos del corazón, aspectos importantes de la vida, esta pregunta suele brotar con mucha fuerza; a veces acompañada de palabras, otras de lágrimas, enojo, o de una simple mirada hacia arriba. Aquí no se trata de una simple curiosidad o algo que podríamos dejar de lado. Necesitamos una respuesta.

Jesús reveló a sus apóstoles algo que ellos no querían escuchar, algo que no entendían… les daba miedo preguntar. Era algo que los sobrepasaba, no era justo que sucediera. La obscuridad del mensaje les hizo perder de vista Quién lo estaba diciendo. Permitieron que el “por qué” fuera más importante que el “para qué”; que la duda fuera más importante que el sentido.

A veces, el tratar de entender olvidando quién es Jesús puede causar mucho miedo, puede incrementar el dolor… se torna todo obscuro.

No podemos olvidar que Jesús es Aquél que por amor a mí, se encarnó; que por amor a mí, murió; que por amor a mí resucitó.

¿Por qué?… Es una pregunta que solamente puede ser respondida cuando se hace un salto en la fe; cuando se vive sabiendo quién es Jesús.

«Muchas personas perciben un vacío a su alrededor y dentro de sí —quizá, algunas veces, también nosotros—; otros viven en la inquietud y la incertidumbre a causa de la precariedad y los conflictos. Todos tenemos necesidad de respuestas adecuadas a nuestras preguntas, a nuestros interrogantes concretos. En Cristo, sólo en Él, es posible encontrar la paz verdadera y el cumplimiento de toda aspiración humana. Jesús conoce el corazón del hombre como ninguno. Por esto lo puede sanar, dándole vida y consuelo».



JMRS