Internacional - Política
La fe de Harris, dentro y fuera de la Iglesia negra
Por | Ruth Graham and Clyde McGrady
Amos Brown tomaba su siesta usual un domingo por la tarde a finales de julio, cuando recibió una llamada de una feligresa de mucho tiempo: la vicepresidenta Kamala Harris.
“Pastor, necesito que ore por Doug, por mí y por esta nación”, recuerda Brown, pastor de la Tercera Iglesia Bautista de San Francisco, que le pidió Harris. “Decidí ser candidata a la presidencia”.
El presidente Joe Biden había anunciado apenas unas horas antes su decisión de abandonar la campaña por la reelección y declaró casi de inmediato que apoyaba a Harris.
La oración que ofreció Brown, de 83 años, se inspiró en un versículo bíblico que Harris cita con frecuencia: “El Señor te ha dicho lo que espera de ti: que practiques la justicia, que seas misericordioso y que camines humildemente con tu Dios”.
Ese momento secreto es un vistazo nada común en la vida espiritual privada de Harris, cuya biografía personifica a la nación multirreligiosa, pluralista y cada vez más secular a la que quiere dirigir. Su madre es hinduista y su padre, cristiano, y se casó con un judío en una ceremonia que incluyó tradiciones indias y judías, según noticias locales de esa época. La pareja colocó una mezuzá (un pequeño pergamino contenido en una caja decorada característico de los hogares judíos) en la jamba de la puerta de entrada a la residencia vicepresidencial en 2021, la primera vez en la historia que eso ha ocurrido.
Harris es una persona “que ha experimentado en su propia vida lo que significa vivir en una democracia multirreligiosa”, opinó Paul Brandeis Raushenbush, quien encabeza la organización interconfesional Interfaith Alliance.
Harris ha visitado varias iglesias en las últimas semanas de la campaña electoral. El domingo, su cumpleaños número 60, se presentó en dos iglesias de Georgia, como parte del programa de campaña “Souls to the Polls” que busca alentar a los feligreses negros a ir a las urnas.
La imagen que tiene la mayoría de los estadounidenses de Harris y del expresidente Donald Trump no es de personas particularmente religiosas. En una encuesta realizada en septiembre por The Associated Press y la organización independiente NORC Center for Public Affairs, el 43 por ciento de los encuestados respondieron que Harris les parecía “religiosa”, mientras que el 35 por ciento dio esa respuesta con respecto a Trump.
Esta percepción quizá no sea un problema para una proporción significativa de la base de Harris. En esta época de baja marcada en la devoción religiosa entre los estadounidenses, esta reducción ha sido mucho más pronunciada entre los demócratas. En 1999, alrededor del 60 por ciento de los demócratas y los republicanos se describían a sí mismos como “religiosos”, según encuestas de Gallup. Para 2023, la cifra correspondiente a los republicanos casi no había cambiado nada, pero solo el 37 por ciento de los demócratas se describían en esos términos.
Harris ha mencionado que durante su infancia asistió tanto a la Iglesia de Dios de la Avenida 23 en Oakland, California, como a un templo hinduista, del que no ha compartido el nombre. En su edad adulta, ha mantenido relaciones con la Iglesia negra y su tradición de organización política. Pero, aunque sus discursos y entrevistas están salpicados con referencias a la Biblia, habla solo en contadas ocasiones sobre su fe de la manera personal común entre los evangélicos y no va a la iglesia con la misma frecuencia que Biden, quien es católico y asiste a misa con regularidad.
Trump se bautizó en la Iglesia presbiteriana y anunció en 2020 que se identificaba como un cristiano aconfesional, una categoría amplia que incluye a muchos evangélicos. Ha mostrado muy poco conocimiento de la Biblia y de los principios básicos de la teología cristiana.
A pesar de eso, Trump proyecta la imagen de defensor de los valores cristianos conservadores y ha hecho declaraciones infundadas de que Harris encabeza una “oleada de intolerancia anticristiana” y quiere convertir a los cristianos en “ciudadanos de segunda”. Algunos aliados de Trump también han cuestionado la relación de Harris con la Iglesia negra.
Un vocero de la campaña de Harris no respondió una lista de preguntas detalladas sobre la fe y la vida espiritual de la candidata. En una entrevista reciente con el locutor de radio Charlamagne Tha God, Harris se defendió de la acusación de que no está comprometida con la Iglesia negra. Contextualizó el ataque en su contra como una más de las acciones de Trump con el propósito de rebatir su identidad racial.
“Intentan desligarme de la etnia con la que he trabajado y a la que pertenezco”, señaló, y añadió: “Crecí en la Iglesia negra”.
Desde hace aproximadamente 20 años, Harris ha formado parte de la iglesia de Brown, una congregación establecida antes de la Guerra de Secesión, en la que Martin Luther King Jr. predicó en una ocasión. La primera conexión entre Harris y el pastor y activista de derechos civiles Brown fue política, no espiritual. Se lo presentó Willie Brown, quien era alcalde de San Francisco en esa época; más adelante, Harris asesoró a Brown durante su campaña por un escaño en la junta de supervisores de la ciudad en los años noventa. El pastor ganó.
Aunque Harris se mudó de la zona de la bahía de San Francisco hace varios años y desde entonces ha formado una red de asesores religiosos predominantemente de iglesias negras de todo el país, Brown indicó que la Tercera Iglesia Bautista sigue siendo su hogar espiritual. No se sabe que haya asistido con regularidad a ningún servicio en Washington ni en Los Ángeles, a donde se mudó después de casarse con Doug Emhoff (Brown comentó que el evangelista Billy Graham perteneció durante décadas a una iglesia Bautista del Sur en Dallas, aunque nunca vivió en esa ciudad).
En una entrevista realizada la semana pasada, Brown describió a Harris como cristiana, “una seguidora de Jesús de Nazareth”, cuya fe se expresa más con obras que con palabras. Dio como ejemplo un programa piloto que Harris lanzó en 2005 a fin de reducir la reincidencia entre los jóvenes que habían cometido infracciones no violentas relacionadas con drogas, el cual considera una expresión de compasión y una muestra de la capacidad de ver la dignidad de todas las personas.
“Su fe es activa, una fe con acciones”, opinó. “Es una fuerza dinámica en el mundo”. Brown resaltó el contraste de esas acciones con un estilo más ostentoso que criticó por ser mucho ruido y pocas nueces.
Durante una visita el domingo a la iglesia Bautista Misionera New Birth, una megaiglesia del área de Atlanta que ha recibido a muchos políticos, entre ellos el expresidente George W. Bush, Harris usó la parábola del buen samaritano, del evangelio de San Lucas, para hilvanar testimonios de fe, acción y poder.
Luego, al concluir el servicio, Jamal Bryant les pidió a los feligreses voltear a ver de frente a Harris y extender las manos hacia ella. La candidata permaneció de pie en la banca del frente, con la cabeza inclinada, los ojos cerrados y las manos juntas frente a ella, mientras oraban por ella.
aranza
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