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Colonos de Cisjordania esperan que Trump impulse la expansión de asentamientos
BEIT EL, Cisjordania (AP) — Cuando la victoria de Donald Trump se hizo evidente en las elecciones de Estados Unidos la semana pasada, los defensores de los asentamientos judíos en Cisjordania descorcharon botellas de champán y bailaron al ritmo de los Bee Gees en una bodega en el corazón del territorio ocupado, según una publicación en Instagram. La bodega anunció que lanzaría una edición especial de vino tinto nombrada en honor al mandatario electo.
Los partidarios de los asentamientos creen que tienen muchas razones para celebrar. No solo la expansión de viviendas para judíos en Cisjordania superó los registros anteriores durante el primer mandato de Trump, sino que su administración tomó medidas sin precedentes para apoyar las reclamaciones territoriales de Israel, incluyendo el reconocimiento de Jerusalén como su capital y el traslado de la embajada de Estados Unidos allí, y el reconocimiento de la anexión israelí de los Altos del Golán.
Esta vez, mientras Israel libra una guerra en varios frentes, los defensores de los asentamientos creen que la historia de ferviente apoyo de Trump podría traducirse en su objetivo supremo: la anexión israelí de Cisjordania, una medida que los críticos dicen que sofocaría cualquier esperanza restante para un Estado palestino. Algunos incluso están abogando por el reasentamiento de Gaza durante el gobierno de Trump.
“Si Dios quiere, el año 2025 será el año de la soberanía en Judea y Samaria”, dijo el lunes el ministro de Finanzas de Israel y destacado partidario de los asentamientos, Bezalel Smotrich, refiriéndose a Cisjordania por su nombre bíblico, en comentarios que provocaron alboroto internacional. Señaló que se aseguraría de que el gobierno presione a la administración Trump sobre la idea.
Israel capturó Cisjordania, junto con Jerusalén Este y la Franja de Gaza en la guerra de Oriente Medio de 1967. Los palestinos quieren esos territorios para un futuro Estado. Israel anexó el Jerusalén Este en un movimiento que la mayoría de la comunidad internacional no reconoce y en 2005 retiró sus colonos y tropas de la Franja de Gaza, donde ha estado librando una guerra contra Hamás.
La expansión de los asentamientos en Cisjordania se ha disparado durante la ocupación indefinida de Israel, con más de medio millón de israelíes viviendo en unos 130 asentamientos y decenas de puestos de avanzada no autorizados. La Autoridad Palestina —respaldada por Occidente— administra partes semiautónomas de Cisjordania que son hogar de la mayoría de la población palestina.
Durante su primer mandato como presidente, Trump abandonó la oposición de décadas de Estados Unidos a los asentamientos. Propuso un plan que habría permitido a Israel conservarlos todos. Su embajador en Israel era un firme defensor de los asentamientos y oponente de un Estado palestino.
Pero Trump también tomó medidas que mantienen a algunos proponentes de los asentamientos cautelosos. Su plan dejaba espacio para un Estado palestino, aunque los críticos decían que era una visión poco realista. Y los acuerdos de normalización mediados por Trump entre Israel y los países árabes impidieron al país anexar Cisjordania.
Aunque no ha declarado explícitamente su política para la región para su segundo mandato, los primeros nombramientos de administración, incluidos los embajadores en Israel y la ONU, son profundamente pro-Israel, lo que indica que probablemente Trump no se interpondrá en el camino del gobierno de extrema derecha del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu para avanzar en la construcción de colonias judías.
“Nunca ha habido un presidente estadounidense que haya sido más útil en asegurar un entendimiento de la soberanía de Israel”, dijo Mike Huckabee, nominado de Trump para embajador en Israel, a la Radio del Ejército de Israel, cuando se le preguntó sobre la posibilidad de anexión de Cisjordania. “Espero plenamente que eso continúe”.
Un portavoz de Netanyahu se negó a decir si el líder israelí buscaría la anexión durante la presidencia de Trump. Pero Netanyahu ha nombrado a un activista de asentamientos de línea dura nacido en Estados Unidos, Yechiel Leiter, como embajador en Washington.
Los grupos de derechos ya afirman que Israel está aplicando un sistema de apartheid en Cisjordania, y la anexión expondría a Israel a acusaciones similares si no otorga a los palestinos allí derechos iguales. Israel se opone a otorgar la ciudadanía a los palestinos de Cisjordania, diciendo que destruiría el carácter judío de Israel.
Independientemente de si se produce la anexión, los defensores de los asentamientos prevén una expansión sin restricciones durante la administración de Trump y bajo un gobierno israelí donde los líderes y partidarios de los asentamientos ocupan posiciones clave. Ven un mandato presidencial donde podrán establecer más profundamente su presencia en Cisjordania con la proliferación de viviendas, carreteras y zonas industriales.
“Estoy seguro de que con el presidente Trump será mucho más fácil porque él apoya al Estado de Israel”, dijo Israel Ganz, el presidente del Consejo Yesha, un grupo de cabildeo de colonos.
La expansión de los asentamientos israelíes ha continuado en diversos grados durante varias administraciones estadounidenses. Durante el mandato de Trump, Israel avanzó casi 33,000 unidades de vivienda, según Peace Now, un grupo de vigilancia que critica los asentamientos, casi tres veces más que durante el segundo mandato del presidente Barack Obama.
Los números cayeron significativamente durante los primeros dos años de la administración Biden, pero se dispararon nuevamente en 2023, poco después de que se formó el gobierno actual de extrema derecha y proasentamientos de Israel, y han aumentado a lo largo de la guerra.
La administración Biden sancionado a los colonos sospechosos de fomentar la violencia contra los palestinos, un enfoque que probablemente terminará con Trump.
En Cisjordania, los carteles publicitarios anuncian nuevas viviendas en asentamientos, invitando a los transeúntes a hacer de ellas su hogar. En Beit El, junto al centro administrativo palestino de Ramallah, un nuevo vecindario no ostenta las casas unifamiliares con techos rojos que se convirtieron en íconos del movimiento de los colonos, sino seis imponentes edificios de apartamentos de varios pisos que pueden albergar a cientos y que parecen cualquier suburbio israelí.
Los palestinos ven los asentamientos como una violación del derecho internacional y un obstáculo para la paz, una posición con amplio apoyo internacional. Israel considera Cisjordania como el corazón histórico y bíblico del pueblo judío y dice que cualquier partición debe acordarse en negociaciones. Las conversaciones de paz llevan moribundas más de una década, y el apoyo a un Estado palestino entre los israelíes cayó después de los ataques del 7 de octubre de 2023 de Hamás que desencadenaron la actual guerra.
Wasel Abu Yusuf, un funcionario palestino, dijo que Trump aún no había dejado claras sus posiciones y se desconocía si apoyaría la anexión israelí.
Dror Etkes, un investigador y activista crítico de los asentamientos, dijo que durante la primera administración de Trump, las granjas de puestos de avanzada en Cisjordania, que han expulsado a comunidades palestinas enteras de enormes extensiones de tierra, experimentaron un “ascenso meteórico”, al igual que los proyectos de infraestructura que permiten la expansión de los asentamientos, como carreteras y sistemas de agua.
En los próximos cuatro años, “podemos asumir que veremos pasos más significativos de anexión de facto o quizás incluso anexión oficial”, dijo Etkes.
Algunos defensores de los asentamientos, como Daniella Weiss, creen que Trump no presionará a Netanyahu para que retire rápidamente las tropas de Gaza, creando una apertura para los reasentamientos. Esa noción sería inaceptable para otras administraciones estadounidenses, y gran parte de la comunidad internacional se opondría.
Una estrategia similar en los primeros años de la ocupación de Cisjordania por parte de Israel llevó a la proliferación de asentamientos allí. Dos de los principales socios de gobierno de Netanyahu también apoyan el reasentamiento de Gaza, aunque el líder israelí ha dicho que esto no es “realista”.
Yair Sheleg, investigador del Instituto Shalom Hartman de Jerusalén que estudia el movimiento de los colonos, dijo que Trump era “caprichoso” y que en su esperado impulso para normalizar las relaciones entre Israel y Arabia Saudí, podría terminar siendo menos favorable a la empresa de asentamientos de lo que muchos esperan.
Pero, no obstante, dijo, el sentimiento general entre los defensores de los asentamientos es que “Trump comprende... las necesidades del proyecto de asentamientos”.
aranza
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