Ecología y Contaminación
Tras semanas preparando protestas, los activistas en la COP29 sienten el peso de las restricciones
MELINA WALLING / JOSHUA A. BICKEL
BAKÚ, Azerbaiyán (AP) — En los asientos más altos del casi vacío estadio olímpico de Bakú, cubiertos con una capa de polvo, Los activistas utilizaron una enorme pancarta para mostrar las palabras “Pay Up” (“Paguen”) al mundo.
La protesta requirió semanas de planificación, pero la mayoría de los asistentes a las conversaciones sobre el clima de Naciones Unidas este año no la vieron ni la escucharon, a excepción quizás de algunos en las oficinas de la presidencia de la COP29, que está justo debajo. La mayoría de las personas involucradas en decidir el futuro financiero de la acción climática en la cumbre permanecieron en el enorme recindo, bajo lonas blancas sin ventanas.
Es “realmente difícil hacer oir nuestras demandas”, dijo Bianca Castro, una activista climática de Portugal. Ha asistido a varias COPs y recuerda años en los que había miles de manifestantes en las calles y huelgas y acciones a lo largo del evento. Pero en el estadio, les indicaron exactamente dónde y cuándo podían pararse y les explicaron que los cánticos estaban restringidos. Un portavoz de cambio climático de la ONU señaló que la acción se realizó en una parte del recinto que no está abierta a los participantes, y supuso un largo diálogo entre los participantes, los gerentes de las instalaciones y los funcionarios de salud y seguridad.
Aún así, Castro dijo que la dificultad de lograr un impacto significa que muchos están “perdiendo la esperanza en el proceso”.
Las personas involucradas en las protestas apuntan que en los últimos años han notado una tendencia hacia la restricción por parte de los organizadores de la ONU, con la conferencia celebrándose en países cuyos gobiernos limitan las manifestaciones y la participación de la sociedad civil. Y algunos espacios comunitarios de preparación y organización han tenido que pasar a la clandestinidad debido a preocupaciones de seguridad. Pero la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que organiza las COP, dice que el código de conducta que rige las cumbres no ha cambiado, ni la forma en la que se aplica, y los organizadores de la COP29 afirman que hay espacio en todo el recinto para que los asistentes “hagan OIR sus voces de acuerdo con el código de conducta de la CMNUCC y la ley de Azerbaiyán de forma segura y sin interferencias”.
A pesar de los desafíos y de lo que algunos ven como un ambiente deprimente, los activistas sostienen que este sigue siendo un momento crítico para hablar sobre las injusticias históricas y actuales que necesitan dinero y atención desesperadamente.
Esto especialmente cierto este año en una reunión en la que el tema principal es la financiación, porque las voces del Sur Global juegan un papel crucial en llevar ambiciosas demandas a la mesa de negociaciones, dijo Rachitaa Gupta, coordinadora de una red global de organizaciones que abogan por la justicia climática. Al mismo tiempo, afirma que cada año hay más normas contra la difamación que prohíben a los manifestantes señalar a países o nombres específicos.
“Sentimos que las restricciones han alcanzado un nivel donde lo que podemos decir es una batalla constante”, agregó. De acuerdo con el código de conducta de la CMNUCC, los activistas no pueden nombrar países, personas o empresas concretas.
Mientras, al otro lado de la ciudad, en un edificio del centro de Bakú, activistas pintan, cortan tela y esculpen con cartón y papel maché en busca de símbolos visualmente impactantes de la acción climática. El espacio artístico fue en un su día un espacio de comunidad donde la gente expresaba sus sentimientos a través de un medio creativo, explicó Amalen Sathananthar, coordinador de un colectivo llamado Artivist Network. Pero ahora su equipo mantiene el espacio en privado y no revela su ubicación por motivos de seguridad.
Las restricciones, sin embargo, pueden fomentar la creatividad entre los encargados de diseñar las pancartas, banderas y accesorios que los manifestantes usan durante las protestas. En lugar de nombrar a personas o países específicos, o de llevar banderas nacionales, tienen que idear otras imágenes para transmitir sus mensajes.
Una de las piezas de este año fue una serpiente de tamaño gigante para una acción con el lema “Weed Out the Snakes” (“Erradica las serpientes”), que llama la atención sobre la eliminación de grandes contaminadores y cabilderos de combustibles fósiles en estas cumbres. algo que ha sido “escandaloso”, dijo Jax Bongon, cuya organización forma parte de la coalición Kick Big Polluters Out. ”¿Invitarías a un pirómano a apagar el fuego?”, apuntó.
Es un problema que es “particularmente complicado para mí como filipino”, agregó Bongon, que dijo que era “realmente edificante” ver cómo la acción se unía a pesar de los desafíos.
Los manifestantes izaban la serpiente de color fuego sobre sus hombros y cabezas. Juntos, sus siseos llenaban la tienda, dando vida a la serpiente.
“Creo que la única razón por la que la gente se atreve a hacer esto es porque, uno, están luchando ser escuchados”, dijo Dani Rupa, uno de los artistas que trabaja en Bakú con The Artivist Network. “Pero, dos, porque hay un apoyo creativo para que puedan hacer esto”.
The Artivist Network lleva haciendo lo mismo desde hace mucho tiempo, asistiendo a COPs de manera no oficial desde principios de los 2000 y oficialmente desde 2018. Sathananthar ha visto la multitud de formas en que los manifestantes han tenido que discutir con los países anfitriones y con el órgano rector de la CMNUCC para obtener un espacio para el activismo. Pero en concreto este año es una lucha, “negociaciones dentro de negociaciones”, que han hecho que Sathananthar se quede despierto hasta tarde en la noche en conversaciones que en algunas ocasiones lo han enojado.
Un vocero de la CMNUCC dijo que han “sido un líder global reconocido en asegurar espacios cívicos seguros en las COPs durante muchos años”, lo que normalmente no ocurre en otros eventos intergubernamentales.
Sin embargo, los activistas sienten que poder protestar únicamente dentro de ciertas áreas en el recinto, cuando en años anteriores se han visto marchas masivas en las calles de las ciudades anfitrionas, puede ser frustrante.
“Ahora, tienes que luchar por cada acción desesperadamente”, afirmó Sathananthar. “Luchamos para obtener estos espacios y lucharemos para mantenerlos”.
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JMRS
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